Desde el valle de tena. sobre el esquí

Ayer, cuando atravesaba la cordillera pirenaica, pude observar las dos partes diferenciales de un mismo entorno, al pasar por el lado sur (España). Primero mi vista se nubló con grúas gigantescas, más arriba polvo, máquinas, escombreras, destrozos, desmontes, desmanes, salvajadas. No fui lo bastante fuerte como para reprimir que mis ojos se humedecieran, pero no ya de impotencia y rabia como semanas atrás, ahora eran lágrimas de tristeza. Tristeza porque estaba siendo testigo de la ambición e ignorancia de unos pocos que con su actitud están destruyendo el patrimonio de muchos (de todos). Tristeza porque el falso ³progreso² está acabando con todo en cuestión de pocos años. Tristeza porque la ignorancia, la incultura, el dinero y el poder juntos nos llevan a estas situaciones, tristeza porque intentan vendernos lo invendible, porque ya no se trata como dice un edil de la zona, que este deterioro afecte a cuatro ³esquiadores o escaladores de montaña². Invito a cualquiera a que pasen y vean y os aseguro que el que tenga un mínimo de sensibilidad, sea alpinista, senderista, montañero, carpintero, fontanero, paseante, guía o pintor, se quedará atónito con lo que sus ojos contemplarán y posiblemente a más de uno también se le humedecerán.
Sólo al cruzar la frontera, pude despertar del mal sueño, ovejas, vacas, caballos pastando tranquilamente, torrentes de agua bajando libres sin canalizar, excursionistas paseando, montañeros hacia sus destinos, bosques de hayas y prados con algún sarrio salpicándolos, me hicieron volver a sentir el Pirineo con el que siempre uno sueña y se imagina. Desde estas líneas quiero felicitar a nuestros vecinos, que han sabido conjurar turismo y tradición, progreso sin horribles edificios de apartamentos (generalmente vacíos), calidad de vida con respeto a su entorno, y desde estas líneas también quiero ponerles un cero muy grande a los gestores de este lado de la cordillera, por no haber entendido nada, por su ambición sin límites, por su manera llamémosle hortera y simple de entender el ³progreso² y sobre todo y esto quiero recalcarlo por su profundo desconocimiento de la montaña.
Espero que nuestros hijos sepan llevar esto de otra manera, recuperen la cultura pirenaica, amen a sus montañas con la suficiente fuerza como para defenderlas de especuladores sin escrúpulos. Sólo si veo que vamos por ese camino desaparecerá el nudo que tengo en la garganta.

El autor de esta carta no desea que su nombre aparezca publicado por trabajar como guía de montaña en el valle de Tena

La travesía regresa a españa

Durante todo este recorrido se ha comprobado el brutal contraste entre la ordenación y protección del paisaje de la montaña en la vertiente francesa y la desmedida especulación urbanística en el lado aragonés.

Ello ha motivado numerosas muestras de apoyo de ciudadanos y montañeros del lado francés, máxime ante la preocupación por cómo puede afectar a la periferia del Parque Nacional francés de Les Pyrénées.

La Travesía llega hoy miercoles, 7 de julio a Jaca, donde será recibida por los jaqueses (hora aprox. 18 horas).

Asi mismo, mañana jueves, 8 de julio, se presentará la Plataforma en Sabiñánigo (Casa de la cultura del Ayuntamiento de Sabiñánigo a las 20 horas).

La marcha entra en francia

Organizaciones ecologistas, entidades internacionales y amantes de la montaña formarán una columna humana en el Pirineo aragonés y francés para exigir diálogo y denunciar las agresiones de las empresas urbanísticas en la montaña.

Xavier Aldekoa (03/07/2004)
«Prohibido el paso, Perímetro de obra». Así reza un cartel situado a la entrada de lo que hace tan sólo unas semanas era uno de las zonas más vírgenes del Pirineo Aragonés, el valle de Espelunciecha. El mismo lugar dónde ahora gigantescas máquinas excavadoras remueven la tierra que albergará la ampliación de la vecina estación de esquí del Formigal. La Plataforma en Defensa de las montañas de Aragón, con el apoyo de varias organizaciones ecologistas, ha convocado una marcha internacional del 4 al 11 de julio para denunciar el «constante deterioro ambiental» que genera la proliferación de estaciones de esquí y que, además, conlleva la construcción de grandes urbanizaciones a su alrededor. Pese a que no es contraria a las nuevas formas de desarrollo económico rural, la travesía internacional reclama diálogo entre todos los sectores implicados para minimizar el impacto ecológico y alerta de la vulnerabilidad de una economía basada en el «monocultivo del esquí».

La llegada del «boom urbanístico» a la montaña ha puesto en alerta a organizaciones ecologistas y amantes de la montaña que ven como la administración permite la conversión de zonas montañosas en suelo urbanizable sin una planificación adecuada que ocasione el menor impacto posible en la naturaleza. «Alternativa blanca» es el manifiesto presentado por estas entidades para exigir un diálogo «social, amplio y sereno» que permita analizar con profundidad el impacto del esquí y cuáles son las posibles alternativas para lograr un progreso eficaz y ecológico.

Según Juan Carlos Cirera, miembro de la organización internacional SEO/Birdlife, el objetivo de las iniciativas es exigir un «replantemiento» del modelo constructivo y enmarcarlo en un proceso planificado. En el caso concreto de Espelunciecha, Cirera denuncia la «ausencia de diálogo» de la empresa responsable Aramón, propiedad de Ibercaja y el Gobierno de Aragón, y el impacto real que las obras provocarán en el hábitat de decenas de especies. Aunque se trata de un ejemplo entre muchos otros, para Cirera en esta ocasión se trata de un caso «especialmente grave» al tratarse de una zona colindante con el parque natural de los Pirineos Franceses. La diferente legislación entre países ha provocado que no se tenga en cuenta el impacto que tendrán estas obras en el parque natural situado a pocos kilómetros al norte del valle.

Por este motivo, la travesía internacional pide una moratoria de las obras y que en el futuro no se reproduzcan formas de actuación similares. La marcha internacional forma parte de la campaña de acción «DM» (siglas de Diálogo y Moratoria y Defensa de las Montañas) y cuenta con el apoyo de entidades ecologistas, las secciones medioambientales de CC.OO., asociaciones culturales y naturalistas y federaciones de montaña. Además de las organizaciones internacionales Mountain Wilderness o Birdlife International, destaca la participación de clubs de montaña de todo el mundo y el apoyo recibido por Reinhold Messner (considerado el mejor alpinista de todos los tiempos).

El negocio del ladrillo detrás de la polémica

Pese a que el daño en Espelunciecha «ya está hecho», José Luis Martínez, miembro de la Plataforma organizadora de la travesía, señala que aún hay mucho que hacer para evitar que se repitan formas de actuar similares. «En este caso, se ha trabajado aceleradamente para que no haya marcha atrás y el resultado es un proyecto irresponsable que, por ejemplo, ha proyectado un párking para más de 2.000 vehículos, lo que es una total barbaridad». Martínez señala como culpable a la empresa Aramón que promueve también la ampliación de las estaciones de esquí de Panticosa, Cerler, Javalambre y Valdelinares y la «inevitable» construcción de grandes urbanizaciones. Para Cirera, el interés de las empresas constructoras está detrás del «afán constructivo» que amenaza los Pirineos. «Creemos que el negocio del ladrillo está detrás de toda esta polémica», asegura.

La travesía internacional se inicia el domingo día 4 y finaliza el próximo día 11 con la ascensión al Pico Anayet (2.545 m). El acto está abierto a todo aquél que quiera participar tanto en su totalidad como en alguno de los tramos. Paralelamente, se ha puesto en marcha una iniciativa para recoger firmas de apoyo a través del correo electrónico y enviar cartas a los responsables de medio ambiente de las Comunidades Autónomas. Los interesados deben enviar su nombre y DNI a montanaviva@wanadoo.es.

Más información;

Plataforma en Defensa de les Muntanyes

Canal Solidario-OneWorld 2004

A punto de arrancar la marcha a pie contra ibercaja y la dga

4-11 julio: Travesía Internacional en Defensa de las Montañas

En dicha columna humana participarán y colaborarán personas tanto de Aragón, como venidas de toda España e incluso desde diversos puntos de otros países: la Travesía cuenta con el apoyo de entidades internacionales como Mountain Wilderness o BirdLife International, y diversos grupos de otros países, siendo el más alejado geográficamente el Club Andinista Cordillera Blanca de Perú. Entre las personas de allende nuestras fronteras destacan Reinhold Messner (el mejor alpinista de todos los tiempos), Gianluca Solera (eurodiputado) o Christian Ravier (guía pirenaico de alta montaña). Todo ello, unido a un itinerario que recorre tanto España como Francia, le han conferido a esta Travesía el título de Internacional, siempre con el objetivo de defender el valiosísimo patrimonio natural y cultural que representan las montañas de Aragón.

La razón para poner el acento en el macizo del Anayet es que ha sido el elegido por Aramón para iniciar su desmedido, insostenible e irreversible plan: las máquinas ya están trabajando en el valle de Espelunciecha (valle de Tena, origen del río Gállego), convirtiendo un paisaje virgen de alta montaña en un solar urbanizable. Después, vendrán otros: Castanesa, Ardonés, Javalambre, Valdelinares…

Las etapas de esta Travesía Internacional en Defensa de las Montañas de Aragón son:
Domingo 4 de julio. 8,00 horas. Desde la localidad de Escarrilla (carretera general Sabiñánigo-Francia) inicio de la travesía. Paso por la frontera del Portalet. Cabaña de Soques. Central de Fabrèges (por la margen izquierda del río). Gabas (por carretera). Bious Artigues (final de jornada en el área de acampada 1km. Antes).
Lunes, 5 de julio. Bious Artigues. Entrada en la G.R. 10. Lago Gentau o Lacs d´Ayous. Col de Ayous (2.200 metros). Chemin de la Mature. Urdos (zona de acampada ante de llegar a Urdos)
Martes, 6 de julio. Salida de Urdos por la carretera general hasta la frontera del Somport. Candanchú. Carretera de Canfranc (acampada en camping de Canal Roya).
Miércoles, 7 de julio. Camping Canal Roya a Canfranc estación. Continuará el trayecto por el Camino de Santiago por Canfranc Pueblo, Villanúa, Castiello y Jaca. Acampada en camping.
Jueves, 8 de julio. Salida de Jaca por un sendero P.R. hacia Parador Oroel (se propone aprovechar para hacer la subida a la Peña Oroel). Continuación por carretera secundaria a Navasa. Jarlata. Sasal. Sabiñánigo.
Viernes, 9 de julio. Sabiñánigo-Biescas por la Ruta del Serrablo. Latas. Larrede. San Juan de Busa. Oliván. Orós. Biescas.
Sábado, 10 de julio. Biescas a Santa Elena por la P.R. Presa de Búbal. Hoz de Jaca. El Pueyo de Panticosa. Escarrilla. Acampada en el camping “Escarra”. El camping “ESCARRA” es el sitio de contacto para la gente que participe en el final de travesía. Teléfono 974 487154 – 487128. info@campingescarra.com
Domingo, 11 de julio. ASCENSIÓN al Anayet. Aproximación desde el camping de Escarrilla hasta el “Corral de las Mulas” en vehículos privados (parking del Anayet). Inicio de la ascensión a las 8,00 horas por la G.R. 11. Opcional coronar Pico Anayet (2.545 metros) o el Vértice del Anayet (2.559 metros, pero exento de cualquier riesgo).

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Esta acción se enmarca dentro de la campaña D M (Diálogo Moratoria, Defensa Montañas) inciada por la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón para pedir diálogo frente a estos proyectos irreversibles acompañado de una moratoria a la ampliación de las grandes estaciones de esquí. Dicha campaña ya realizó, entre otras acciones, una multitudinaria Cadena Humana que unió las sedes de Ibercaja y el Gobierno de Aragón y una Ciberacción pidiendo la protección de Espelunciecha que fue la página web de corte ambiental más seguida de España y la décima de todo el mundo.

El holding de la nieve ARAMON (Ibercaja y Gobierno de Aragón) ha proyectado la ampliación de distintas instalaciones de estaciones de esquí en las montañas aragonesas (Pirineo y sierras turolenses). Dichas ampliaciones significan obras de gran impacto ambiental como construcción de nuevos remontes, líneas eléctricas, centros comerciales, carreteras en zona virgen, gigantescos aparcamientos, embalses para la innivación artificial, entubado de ríos, contaminación en cabecera y –muy importante- recalificación de paisajes de montaña para la construcción de chales y segundas residencias.

Aramón ha comenzado ya obras de gran impacto en el valle de Espelunciecha (Sallent de Gállego), frente a las cuales la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón lleva meses realizando movilizaciones y protestas.

Recogida de firmas para una «montaña viva»

Manifiesto “MONTAÑA VIVA”

Los abajo firmantes sentimos que las montañas, y en particular, las zonas de alta montaña, son en sí mismas portadoras de valores y recursos ambientales, sociales, histórico-culturales, científicos, artísticos, formativos y deportivos, que van mucho más allá del mero aprovechamiento mercantil de los mismos y, en consecuencia, merecedoras de una protección especial por parte de los poderes públicos en quienes los ciudadanos hemos delegado su gestión.

Que estos valores y recursos resultan incompatibles con el actual modelo de desarrollo económico y social dominante, tendente a transformar en mercancía y en objeto de cambio cualquier recurso, buscando en ello la mayor rentabilidad económica a corto plazo y en beneficio exclusivo de grupos económicos y de poder.

Que como consecuencia de ello, se produce un deterioro irreversible y la perdida del disfrute y aprovechamiento de los recursos y valores que la alta montaña nos ofrece en su estado salvaje, en su estado más natural.

Entendemos que esta concepción humanista y social de la montaña es infinitamente más rica que la que se puede derivar de un modelo desarrollista no sostenible. Estos modelos, promovidos desde grupos económicos y en los que desgraciadamente se implican en ocasiones las administraciones, crean falsas ilusiones en las poblaciones locales, que ante el abandono y ausencia de desarrollo en la zona, optan por aceptar cualquier plan por descabellado e imprudente que resulte.

En montaña, la construcción de grandes proyectos turísticos, estaciones de ski, vías de acceso al automóvil, grandes infraestructuras (embalses, centrales hidroeléctricas, líneas de tensión, canalizaciones, teleféricos, antenas, etc.) o el desarrollo del llamado “ocio de aventuras”(¡!), no se realiza en muchas ocasiones, con las suficientes garantías de protección ambiental, ya sea porque éstas directamente no se aplican (falta de estudios de impacto ambiental), o porque son demasiado laxas y condescendientes con sus promotores.

En concreto, si los poderes públicos no actúan regulando y modificando esta dinámica destructora, obtendremos en un horizonte próximo:
– La pérdida irreversible de la diversidad biológica; fauna y flora alpina (que el sistema se encargará de “vender” en parques temáticos.)
– La contaminación de los ríos y la pérdida por sobreexplotación de los recursos hídricos.
– La contaminación paisajística y estética.
– La pérdida de actividades económicas tradicionales.
– El crecimiento urbano desordenado, la especulación, y la elevación de precios del suelo.
– El incremento de la siniestralidad y de los riesgos de accidentes por dejación de las normas de seguridad.
– La pérdida del “atractivo” o del reclamo inicial, por masificación, elevación de los precios y vulgarización estética y paisajística.

Proponemos un cambio de perspectiva, un modelo alternativo, otra forma de entender la montaña, una visión humanista que preserve sus valores ambientales y sociales.

Abogamos por un mínimo intervensionismo en los medios alpinos, y en su caso, por promover nuevas actividades económicas que implique a las poblaciones locales en su desarrollo, de tal forma que formen parte y sean garantes de su conservación. Suscitar actividades educativas y de enseñanza en el medio, repoblaciones ecológicas de fauna y flora, investigación científica, actividades lúdico-deportivas respetuosas con el medio: alpinismo, senderismo, ciclismo, espeleología, piragüismo, turismo ecuestre, etc., además de un turismo alternativo y de bajo impacto: cultural, histórico, artístico, monumental,… que junto a la actividad económica tradicional, agrícola, ganadera y forestal, permitan un desarrollo local compatible con la conservación.

En definitiva, los abajo firmantes reclamamos de los poderes públicos una actuación más decidida en defensa de los entornos alpinos, aplicando una moratoria preventiva a los grandes proyectos de desarrollo, mientras se inicia un proceso de participación democrática, que permita incorporar los elementos necesarios de estudio y reflexión. Esperamos de las administraciones un compromiso con una montaña viva para el disfrute de los ciudadanos y no con una montaña vulgarizada por el consumo y objeto de explotación de intereses y grupos comerciales.

Iniciativa “MONTAÑA VIVA”

ADHESIÓN AL DOCUMENTO: ENVIA UN MENSAJE CON TU NOMBRE Y DNI A:
montanaviva@wanadoo.es

«la razón» denuncia el boom urbanístico de la alta montaña de aramón

«Boom» urbanístico en la alta montaña

Las ampliaciones de las estaciones de esquí disparan el negocio de la construcción

Por Clemente Álvarez

Hace unos días, las excavadoras entraron por primera vez en el valle pirenaico de Espelunciecha y comenzaron a arrasar un paraje que hasta entonces se había mantenido casi intacto para proceder a la ampliación de la estación de esquí de Formigal. Muchos de los vecinos de los pueblos cercanos han visto simbolizada en estas máquinas la promesa de progreso y riqueza. Sin embargo, otros muchos habitantes, ecologistas y montañeros han puesto el grito en el cielo, no ya sólo por la «profanación» de este precioso valle, sino sobre todo por lo que consideran que supone la llegada a las montañas españolas de un fenómeno tan temido como conocido en otras partes del país: la especulación urbanística más salvaje.
Según alertó la semana pasada en Madrid una delegación de diferentes plataformas en defensa de las montañas, las excavadoras de Espelunciecha son en realidad una simple avanzadilla de otras muchas máquinas que se adentrarán pronto en las sierras turolenses de Javalambre y Gúdar, en los montes cantábricos del puerto de San Glorio, en las laderas de Sierra Nevada y en macizos pirenaicos de Navarra, Aragón y Cataluña. Sin duda, un auténtico «boom» de proyectos de ampliaciones y nuevas estaciones de esquí que comparten un denominador común: todas van asociados a la construcción de centros comerciales, hoteles, aparcamientos, urbanizaciones e incluso campos de golf. De momento, según estas plataformas sociales, el precio del suelo se ha disparado en algunas zonas de montaña y el metro cuadrado en Baqueira Beret o en Sierra Nevada puede llegar a costar más de 3.000 euros, más que el precio medio del metro cuadrado en Madrid capital. De hecho, la construcción en primera línea de nieve resulta ya entre un 5 y un 7 por ciento más rentable que en la de playa.

Alarma por el proyecto de Aragón de duplicar las pistas de esquí

«Después de la especulación urbanística en la costa y en el interior, ya sólo quedaban las montañas», comenta Theo Oberhuber, coordinador general de Ecologistas en Acción, que asegura que «la construcción en estas zonas es ahora mismo el mayor negocio del país».
Según destacan los representantes de las distintas plataformas de protesta aparecidas en España como respuesta a este nuevo fenómeno, la punta del iceberg son las numerosas ampliaciones de estaciones de esquí proyectadas en todo el territorio nacional, pues todavía peor que estas actuaciones son los grandes proyectos urbanísticos de los que van acompañados.
«Yo mismo soy esquiador, no tengo nada especial contra este deporte», subraya Mariano Polanco, de la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón, «el problema es que si una estación de esquí no lleva asociado un proyecto urbanístico no puede ser rentable económicamente».
Sólo algunas cifras: En la estación leonesa de San Isidro se van a construir 2.500 viviendas, cerca de diez hoteles, un centro comercial y un palacio de deportes. En Baqueira Beret, ya en Pirineos, un área residencial con 500 viviendas, tres hoteles, 2.000 plazas de aparcamiento y una zona comercial. En la estación de Panticosa, una urbanización de 250 chalets. En Jaca, 90 apartamentos. En Sallent de Gállego, 600 apartamentos turísticos, hoteles y espacios comerciales. Y en Sierra Nevada, 300 nuevas viviendas.
El caso de Aragón es especialmente significativo. Allí, cuenta Polanco, ha sido el propio Gobierno autonómico del PSOE y el PAR el que ha creado junto a Ibercaja una empresa específica, Aramón (Montañas de Aragón, S.A.), para llevar a cabo la ampliación de sus estaciones de esquí. El objetivo de partida consiste en dedicar 216 millones de euros en duplicar la superficie esquiable de las montañas aragonesas, pero en algún ocasión sus responsables han dado a entender que su pretensión es ir incluso más lejos.
Paradójicamente, la plataforma aragonesa ha denunciado que justo la persona que debe velar por que todos estos proyectos respeten el entorno natural, el consejero de Medio Ambiente aragonés Alfredo Boné, fue uno de los fundadores y primer presidente de la empresa Aramón. Y, ya de momento, el Gobierno aragonés ha presentado un anteproyecto de una nueva Ley del Suelo en el que, según Polanco, se abre la puerta a la construcción en suelos protegidos de alta montaña.
«Las montañas son patrimonio de todos los ciudadanos», destaca Mario Rodríguez, de Greenpeace, que lamenta que sean las propias administraciones las que, en lugar de velar por su conservación, faciliten que unos pocos especulen con ellas.
Las ampliaciones proyectadas afectan a los valles pirenaicos de Espelunciecha, Ardonés, Balberdera y Castanesa, pero también a las sierras turolenses de Gúdar y Javalambre, siendo esta última considerada por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) como uno de los tres núcleos de alta prioridad botánica mundial que hay en España junto a los Pirineos y Sierra Nevada.
Otro ejemplo también muy llamativo se ha dado en Navarra y de nuevo por la actuación de la Administarción. Según las plataformas en defensa de las montañas, en la Comunidad Foral se ha descatalogado parte de la Reserva Natural de Larra, en el Valle del Roncal, para que espacios de gran interés hasta ahora protegidos puedan ser ocupados por nuevas pistas de esquí de fondo. Por pistas de esquí de fondo y, como no, por dos nuevos refugios y un aparcamiento ampliado.
Del mismo modo, ha resultado igual de sorprendente la presentación por parte de un consorcio de empresarios, denominado Tres Provincias S.A., de un proyecto para construir una macroestación de esquí junto al Puerto de San Glorio, en la Cordillera Cantábrica, que se extendería por las tres vertientes del macizo de Fuentes Carrionas, la cantábrica, la leonesa y la palentina. La intención de estos empresarios es invertir 74 millones de euros para construir 80 kilómetros de pistas e infraestructuras para atender a unos 30.000 esquiadores a la hora. La pega es que un gran porcentaje de los terrenos sobre los que se asentaría la estación están dentro de los límites del Parque Regional de Picos de Europa y del Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuentes del Cobre, y también incluidos en la futura Red Natura 2000, pues tiene un valor altísimo para especies amenazadas como el urogallo o el oso pardo.
Como en el caso anterior, los promotores ya han pedido que se recorte estos espacios protegidos para que no se conviertan en un «problema», y muchos alcaldes de la zona se han mostrado partidarios de la propuesta esperanzados en que la futura estación de esquí impulse el desarrollo de la región.
El derecho de estas poblaciones aisladas en las montañas a crecer tanto como el resto del país suele ser el argumento principal para justificar las ampliaciones. Y nadie niega que la construcción de estas infraestructuras pueda mejorar la economía de los montañeses. Pero, ¿vale todo?
«Nosotros no estamos en contra del desarrollo socioeconómico de las comarcas», señala la portavoz de la Sociedad Española de Ornitología, Carlota Viada, «pero queremos que se busquen otras vías de desarrollo más sostenibles». Algunas alternativas, comenta la ornitóloga, pueden ser las explotaciones forestales, el turismo rural o el deporte de aventura, que se ha demostrado que han valido para impulsar otros municipios de Pirineos o la Cordillera Cantábrica.
Además, las organizaciones ecologistas recuerdan que las nuevas pistas de esquí pueden tener puesta su fecha de caducidad antes de construirse por culpa del cambio climático. «Hay que preguntarse dónde se quedará la cota de nieve en el futuro por el calentamiento de la Tierra, estas ampliaciones son pan para hoy y hambre para mañana», recalca Mario Rodríguez.
Por su parte, la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (Fedme) –que representa al colectivo de los montañeros– no ha suscrito el Manifiesto en Defensa de las Montañas firmado por todas plataformas y organizaciones ecologistas por diversas discrepancias en Aragón, pero comparte la mayor parte de las reivindicaciones de estos. Carlos Ferrís, coordinador del recién creado Consejo Asesor Científico de las Montañas de la Fedme, considera que lo que está pasando con las estaciones de esquí es lo mismo que ocurre con los campos de golf en el litoral. «Hay que reflexionar si todos estos proyectos tienen sentido, creemos que las administraciones deben tener coherencia, pues no se puede pedir protección para algunos espacios y quitársela a otros», afirma.
Ferrís entiende que habría que repasar caso por caso para determinar el impacto de cada estación. No obstante, esta seguro de que, aunque pueda haber algún proyecto cuya viabilidad sea más discutible, hay otros que se caen por su propio peso. «La federación española no es un grupo ecologista, pues no dejamos de ser usuarios de las montañas», asegura, «pero sí es cierto que detrás de todo esto hay un tema urbanístico, pues realmente la rentabilidad no puede venir de una estación de esquí por sí sola».
En medio de las protestas y el ruido de las máquinas excavadoras que ya han comenzado a trabajar en Espelunciecha, los representantes de las plataformas han solicitado una moratoria de las ampliaciones para poder dialogar todas las partes interesadas. Según Theo Oberhuber, «es imprescindible dialogar para ver qué tipo de desarrollo queremos para las montañas y cuáles son los intereses verdaderos de estas ampliaciones». «Con casi mil kilómetros esquiables, nuestro país tiene suficientes pistas de esquí, hoteles e infraestructuras».
Además, estos colectivos –que han pedido reunirse con la ministra de Medio Ambiente– reclaman la elaboración de una Ley específica para las montañas que regule el desarrollo urbanístico en estas zonas, tal y como existe una para las Costas, y la aprobación de la Carta de las Montañas iniciada hace dos años con motivo del Año Internacional de las Montañas.

Un bello relato: el paisaje perdido

EL PAISAJE PERDIDO
Eduardo Martínez de Pisón

ASALTOS DE LOS RECUERDOS.

El grupo de casas de piedra tenía como conjunto un magnífico carácter y cada edificio era una atractiva muestra del viejo estilo. Aquel apartado pueblo de la montaña había perdido la mitad de su pequeña población desde 1950 y ello se acusaba en el deterioro de fachadas y tejados; en una segunda mirada, su aspecto era el de una planta marchita. Al cambiar el siglo tenía unos cien habitantes, aunque figuraban más en el censo gracias a la prestación de nombres de emigrantes con el objeto de superar el número mínimo de población que la Autonomía había establecido para conservar escuela propia.

Al aproximarse el cambio al siglo XXI comenzó una verdadera epidemia
constructiva: se ensanchó la carretera, se montó una conducción de gas, se levantó una minicentral, se derribaron casas, cuadras y pajares, se rellenaron plazuelas, se levantaron grandes edificios de piedras oscuras para aparta-mentos y se urbanizaron los prados periféricos con chalets adosados. En dos años se alcanzó una oferta de quinientos pisos para residencias secunda-rias y algunos de ellos pasaron cuatro veces por distintos propietarios antes de entregarse las llaves. Hubo reuniones de compradores y contratistas, y, ya cercano el euro, colas de varones urbanos provistos de maletines con dinero contante ante las oficinas que la construc-tora había improvisado en un módulo plantado en un prado de las afueras. En poco tiempo apenas quedaba ni la sombra del viejo pueblo, de su viejo estilo ni de su carácter a la vez fuerte y marchito. Todo había pasado de pronto de un estado de necesidad de supervivencia a otro en el que se habían sobrepasado los límites de su persistencia.

Primero llegó una «zona cero», solares abiertos, muros abatidos, sillares sueltos, alternantes polvareda o barrizal, por los que circulaban excavadoras laboriosas y se levantaban las siluetas antediluvianas de gigantescas grúas; ruidos de motores, pitidos de máquinas, camiones que transportaban escombros por las pistas de montaña hacia vertederos escondidos, «Audis» de técnicos y empresarios con sospechosos planos y con cascos amarillos en la repisa trasera. Miradas codiciosas de un adulto con corbata a un establo aún sin reciclar. Luego empezó a reconfigurarse el aspecto con edificios que imitan columnas románicas y tienen ventanales-espejos que reflejan los paisajes, grandes vigas de adorno y garajes de puertas automáticas.

En plena transición, asomado a la ventana de un edificio precedente al gran cambio, con la mirada desolada sobre el campo de batalla, oigo a mediodía sonar las campanas de la iglesia con toque de gran celebración. A los dos minutos pasan por la calle con ritmo agitado la cruz y los pendones de la procesión local del Corpus, saltando tablones, esquivando zanjas, seguidos velozmente por una pequeña comitiva endomingada de naturales del lugar. Pese a la cuesta arriba que debe vencer la procesión, su ritmo se podría llamar endiablado si no fuera por el claramente opuesto sentido de la celebración, lo que certifica la presencia del clérigo de oficio materialmente corriendo a la cabeza del grupo. Unos ancianos, sin embargo, se van quedando rezagados en el sprint con la respira-ción entrecortada. Mientras la procesión ataja por los solares sorteando grúas y se pierde tras un arco de piedra que ha quedado aislado entre explanadas, dos mujeres renqueantes de la retaguardia de edad se apoyan sofocadas en una tapia y excusan la prisa que se ha adueñado del acto, del pastor y de sus fieles más vigorosos porque está a punto de comenzar la retransmisión televisiva del partido del campeonato mundial de fútbol en el que se juega un octavo puesto la selección nacional. Veo de refilón que ya la acelerada cola de la procesión ha completado su circuito por el atajo abierto en lo que hasta hace poco eran casas y está entrando de nuevo atropelladamen-te en la iglesia de la que acaba de salir. Un profundo silencio se adueñará inmediatamente del pueblo, sólo cortado por intermiten-tes gritos colectivos que salen de los bares y las viviendas, vítores cuando la patria alcanza un éxito, despechados o furiosos cuando falla o estremecidos cuando está seriamente amenazada por un peligro.

Entre escenarios perdidos y pueblos huecos se deshilachan restos de una tradición rural rebasada por otros sinsentidos. Experimento este caso como una represen-tación incómoda y desadapta-da en la que ya faltan formas y contenidos, a la que se anteponen otros intereses -sin duda vacíos, pero que se toman como más importantes- y donde, como en todo comporta-miento competitivo, sobran los débiles. Veo que, al tiempo que los vendedores de «paraísos» que ellos mismos destruyen se adueñan de las cosechas de piedra cuando éstas dan su fruto, hay nieblas mentales perdura-bles, que vuelven a circular con holgura a favor de la falta de ejercicio del pensamiento, y atraen con prioridad, recubiertas por un implícito prestigio de llamada colectiva a los buenos ciudadanos.

Cierro la ventana y me enfrasco en un libro que no pertenece a estos escenarios activos. Trata de alguien, sin embargo, que recorría estos mismos lugares hace cien años con una fuerte personalidad y una alta estima de la belleza de las peñas, los bosques y los pueblos; pero este refugio no es sino un testimonio de una referencia cultural tan claramente interesante en las bibliotecas como ya ausente de los hechos. Aquel mundo que guarda intacto el libro, sólo el libro, ha durado hasta hace un cuarto de siglo, pero ¿qué tiene que ver con esta comercializa-ción de la montaña? El libro me trae recuerdos de ese tiempo.

No hace mucho me contaba un guarda forestal a punto de jubilarse que de joven fue, como tantos otros, cazador furtivo. Subía de noche desde el pueblo con unos compañeros a una crestería elevada y se apostaban cerca de una brecha por donde pasaban los sarrios. Una vez que abatieron un macho fueron sorprendidos en la montaña por la autoridad con la pieza a sus pies. El cabo dijo que la requisaban para los pobres. Argumenta-ron los cazadores que debería ser entonces para ellos mismos, pues no había nadie más pobre en el pueblo. Los guardias, para no entrar en razonamientos perturbadores, decidieron hacer una hoguera y quemar el sarrio muerto allí mismo. Al retirarse, nuestro furtivo tiró sin que le vieran de las patas de atrás del animal y sólo dejó quemando su cabeza. A la noche siguiente volvió a subir silenciosamente, recogió los restos casi intactos de la caza, se los cargó a hombros, cruzó la sierra en diagonal por el largo y escondido descenso del bosque, pasó con su presa a cuestas el oscuro río a nado por donde no había puente ni vado y alcanzó entre las sombras la puerta de su casa justo antes de amanecer.

Por esos años, decía, conocí yo estas montañas y estos pueblos y estas gentes. El turismo apenas existía; más bien había viajeros, a título individual. Por ejemplo, uno persisten-te era un artista, presidente de una entusiasta «Asociación de Pintores Domingue-ros» en la capital regional, que acudía a este lugar irregular-men-te por tempora-das con el objeto exclusivo de plasmar al óleo el crepúsculo en las montañas; se comentaba que tenía una tarjeta de visita con los siguientes títulos: «Fulano de Tal. Cazador de ocasos». Aunque era hombre de bastante corta estatura, sólo estimaba los paisajes de gran formato, por lo que todos los atardeceres posibles se le veía salir velozmente del pueblo cargado con un caballete y un lienzo desproporcionados para su talla, jadeando y tropezan-do camino arriba hacia su punto de vista preferido. Allí se apostaba entre dos luces con la paleta y los pinceles preparados, en gran tensión, a la espera del instantáneo efecto pictórico genial, tiritando en invierno o bajo la fresca brisa del verano. Suprimidas las tardes con niebla, nieve o lluvia, en los ocasos despejados sólo no eran recomen-dables los tiempos ventosos por el incontrolable tamaño del aparejo desplegado. Pero, como todos sabemos, los crepúsculos son fugaces en su manifesta-ción, inconstantes en su aparición y variables en sus luces y sombras, por lo que el maestro sólo atinaba a dar una o dos pinceladas -o ninguna- cada atardecer; bajaba luego entre tinieblas con su obra, que nunca llegó a concluir, murmurando palabras ininteligi-bles cuando su voluminosa impedimenta chocaba con las ramas de los árboles: entonces se veía desde el pueblo que se encendía la luz de una cerilla en el monte con la cual el artista examinaba posibles desperfectos en su lentísimo cuadro y la gente hacía comentarios más o menos sarcásticos sobre el extraño asunto del arte.

Al levantar los ojos del libro, los derribos me dejan ver, en la lejanía, el cartel de propagan-da de una empresa de «turismo deportivo» y «aventura» que alquila esquís en invierno y motos todo-terreno en verano. Compartirán conmigo nuestra satisfacción por la prosperidad de este lugar, pero también comprende-rán ustedes mi resistencia a su insufrible vaciamien-to. Si supiera a quién ir, incluso solicitaría perdón para un pequeño valle ya sin más valor que la belleza de un pequeño lago solitario en el que se refleja la nieve: me dicen que gentes con iniciativas, irritadas por su recalcitrante inutilidad, tras diversos intentos frustrados de volverlo provechoso, lo han entregado finalmente al tratamiento corrector de una poderosa financiera para ver si ella, con sus métodos conocidos, puede convertirlo de una vez por todas en rentable.

Tal vez sea sólo una impresión personal, pero siento como si las mismas altas montañas, que siguen pareciendo remotas e imperturbables, hubieran también mudado de sustan-cia. En aquellos años era éste un país en el que aún quedaban territorios con «fieras», es decir con lobos y osos, particularmente en las montañas, entre otros animales salvajes menos competitivos o potencialmente temibles, pero casi todos sólo clasificados entonces como caza o como alimañas.

Se ha ganado en estima a la montaña y a sus huéspedes naturales, pero se ha disipado ese estado salvaje normal de sus paisajes. Ir entonces a la montaña alta o lejana era entrar en ese espacio. Era ir, contra corriente normalmente, de modo personal o bastante minoritario, a un mundo apartado y diferente, de referencias escasas, de dominio de lo silvestre o de lo
desabrigado: retirado, exigente para llegar a él, atracti-vo, emocionante y bello, pero nada manso. Tengo la impresión que en numerosas ocasiones hoy se ha convertido en acudir, dentro de una corriente social, a espacios acotados de un modo u otro -estaciones turísticas, campos alambrados, espacios de ocio, espacios protegidos, territorios de agencias, ofertas deportivas, itinerarios prefijados de guías-. Espacios, pues, modificados en sus fondos o en sus formas o todo lo más controlados o incluso conservados para que pervivan sus elementos y regulados para que las invasiones turísticas no los descalabren totalmente, como si aún fueran salvajes, pero sin serlo ya. A veces ir hoy a la montaña, a estas montañas, viene a ser como como hacer un simulacro de lo que fué; como ir de maniobras. No, no es esencialmente lo mismo, incluso aunque deportivamente pudiera ser igual o hasta más difícil. Hay un cambio irreversible de sustancia.

ASALTOS DE LOS SUEÑOS
Tenía entre las manos una vieja edición de los Cuentos de Hesse. Me quedé dormido en el sillón cuando se apagaron los chillones parloteos sin sustancia de los adolescentes urbanos que prolongaban aburridos su jornada bajo un farol en la calle hasta las heladas horas, las quietas horas de la medianoche, quietas realmente sólo dos pasos más allá entre las sombras espesas de las montañas.

El pequeño valle del lago ya había sido violentado por las máquinas amarillas de la Gran Contrata. Muchos hombres de uniformes anaranjados extendían con rapidez el cemento por el trazado imparable de una nueva carretera, montaña arriba, por los prados antes cubiertos de nieve o salpicados de gencianas. Las bases para el gran aparcamiento y el solar para el hipermercado habían levantado extensamente la hierba y una mancha terrosa con zanjas en las roderas de los tractores sustituía a la suave ladera baja del valle. El exceso de piedras envueltas en barro se había lanzado en masa al cauce del torrente y ahora un arroyo con los brillos grasientos de los aceites de las máquinas divagaba o se empantanaba con aspecto putrefacto entre las tripas abiertas de la montaña.

Decían que la Gran Contrata dominaba ya toda la cordillera y había trazado planos secretos hasta su último rincón, su más apartado nevero, su cumbre más elevada. Dinamita, grúas, taladradoras, excavadoras, tuneladoras, cementadoras, millones de toneladas de hormigón, legiones de pizarristas, fabricantes de marcos de ventanas, de chimeneas, de alicatados, de farolas, de bordes de aceras, de inodoros, de cables, de artículos de moda, de cremas para la cara, de gotas para los ojos, repartidores de pizza y de ensaladas seleccionados por su velocidad, megáfonos de alta potencia para el sonido ambiental, capaces de vencer las adversas condiciones del persistente silencio, viveristas de plantas exóticas, cazadores de marmotas de puntería competitiva, taladores especializados en hayas y muchos más habían sido contratados por sectores y turnos por la Empresa Global para la esperada Reconversión Mayor que estaba al llegar. Se había bendecido la oficina del Jefe Local por los más magníficos dignatarios, el mismo Alto Comisario había asegurado en persona y en el lugar que todo el asfaltado, el cementado, el hormigonado, el supermercado, lo urbanizado y lo suburbanizado se haría sin daño al Medio Ambiente y se habían abierto sucursales bancarias que regalaban menajes de cocina a las primeras clientelas tras un riguroso estudio de Impacto de sus palaciegas construcciones. El Presidente de la Gran Contrata había escrito como colofón una sencilla Oda al Progreso de la Cordillera Pirenaica y su oficicna la había distribuido por toda la prensa regional, que la había publicado junto a las oportunas alabanzas literarias de los escritores más renombrados así como de las asociaciones culturales y deportivas con mayor arraigo regional, subvencionadas por la Organización Adjunta de Propaganda.

La ciudad tenía prevista una continuidad de diez kilómetros de longitud, superando la del modelo obsoleto de Andorra, extendiéndose entre la frontera recién urbanizada y el antiguo núcleo rural, ahora barrio pintoresco periurbano situado en la confluencia de los ríos que dieron nombre a la comarca, y hasta se ha pronosticado su nombre conjunto como “Nueva Pyrene”. Nueva Pyrene, uniendo los núcleos-barrio de Vico Frontera-Espelunciecha, Vico Formigal y Vico Sallent, podrá albergar incluso algunos centenares de miles de habitantes cuando lo permita la suavización de las temperaturas que eran propias de estas cotas en el pasado y que entran, de cara a la programación futura, en la previsión científica de los informes emitidos por los meteorólogos suizos desplazados ex profeso hasta la cabecera del valle y cuyas instalaciones metálicas de garitas y observatorios son particularmente visibles pues ocultan las antiguas vistas del destacado pico del Midi.

“La persistencia del Parque Nacional Francés –dicen los prospectos de la Gran Contrata- proporcina de modo inmediato a la ciudad un complemento de esparcimiento natural que incrementa el valor urbano del sector meridional de la cadena montañosa. Esta construcción será altamente ecológica pues su energía se dotará no sólo con nuevos embalses que recrecerán los antiguos y que multiplicarán sus deliciosos paisajes lacustres, sino que contará con la implantación de quince mil aerogeneradores del modelo gigante dispuestos en la arista fronteriza y cuya preciosa silueta complementará las de las torres de la ciudad y ocultará las fealdades propias de las mostruosas rocas extentidas de Estremera a Mala Cara.”

Las dotaciones urbanas serán completas, añaden: hospitales, capillas, mezquitas, sinagogas, templos budistas, sedes de partidos, cibercafés, áreas de botellón, parques artificiales de estilos florísticos diversos (rusos, saharianos, representantes de las diversas regiones al estilo del Pueblo Español (patrocinadas por instituciones federales), con maquetas de montaña, temáticos, con fieras sueltas, etc.). Periódico propio, por supuesto, filial de la Empresa de la Gran Contrata, con sede en la Plaza de la Promoción Urbanística, más zona peatonal de museos etnológicos del pasado perdido de la comarca con salas de conferencias y de cursos estivales sobre el mañana soñado, amén de estudios para artistas becados, residencias para excursionistas leales y escuelas, institutos y campus para una Universidad. Los habitantes se espera que sean preferentemente cibernautas industriales (80 % de la población activa) y serán elegidos entre los innumerables solicitantes por tasas económicas variables en función de la fuerte elevación prevista del coste del precio del suelo. Parece ser que se están siguiendo las instrucciones de un sabio austriaco llamado Handke, que ya experimentó estos futuribles en la Sierra de Gredos con menos éxito de público que de crítica y cuya tesis de casi 600 páginas conocen sólo algunos expertos especializados en pérdidas de la imagen.

Un perro enloquecido está ladrando a la luna bajo mi ventana. Me despierto con gran sobresalto y agitación. Para serenarme reabro el libro e Hesse y prosigo su lectura donde la dejé. Ah, el cuento que leía se titula “La
ciudad”: esto explica algo la transposición al sueño. El relato, publicado en 1910, arranca cuando el ingeniero al frente de sus máquinas y hombres
exclamó: -“¡Esto marcha!” y la pradera solitaria se estremeció, los animales se retiraron, las carreteras cruzaron lo que estaba despoblado, se construyeron un palacio de gobierno y un banco y surgió una nueva ciudad con su modisto de París, sus rufianes, su liga antialcohólica, sus ambulancias y su cervecería. Andando el tiempo entró en ella la decadencia, empezó a ser un superviviente de otros tiempos con sus tejidos en progresiva descomposición, mientras los sentidos de la historia iban por diferentes derroteros… y desde las montañas penetró de nuevo el bosque entre sus edificios desmoronados: la arboleda fue “cubriendo lentamente todo el país: los restos de antiguas calles, los palacios, templos, museos; y el zorro y la marta, el lobo y el oso” poblaron de nuevo la región. Y entonces, en el “maravilloso progreso renovador de la tierra”, desde la rama de un pino joven un pájaro carpintero gritó jubiloso a su vez: -“¡Esto marcha!”

Se presentó en madrid el manifiesto para la defensa de las montañas españolas

Diferentes organizaciones presentan el Manifiesto en Defensa de las Montañas

Los colectivos que firmamos el presente Manifiesto lo hacemos unidos por los vínculos emocionales que nos ligan con las montañas, un patrimonio natural y cultural de todos, que conforman nuestra identidad colectiva y son a la vez valor económico para los montañeses.

Firmamos, preocupados por la forma en la que se está planteando el desarrollo del esquí en algunas zonas de España y, aunque no negamos los efectos positivos de la “industria blanca” como motor de la economía de los valles de montaña, tampoco podemos cerrar los ojos a una realidad de constante deterioro ambiental en el entorno de las estaciones de esquí. Se han entubado y contaminado ríos desde su cabecera, dinamitado montañas y generado inmensos desmontes con la construcción de pistas, carreteras y aparcamientos provocando daños que suponen una pérdida de patrimonio irreparable.

Defendemos el desarrollo sostenible frente a una economía basada en la especulación urbanística que, a medio plazo, puede fracasar. Las perspectivas de calentamiento global (como indica un informe elaborado para la ONU por el Panel de Expertos o el reciente estudio de Francisco Ayala para el Consejo Nacional del Clima) ponen todavía más en peligro el llamado “monocultivo del esquí”, generándose un modelo económico muy vulnerable y dependiente del exterior.

Pensamos que el Gobierno de España, encabezado por el Ministerio de Medio Ambiente, debe intervenir para preservar el patrimonio natural de nuestras montañas y salvaguardar el interés general, cumpliendo así con los compromisos adquiridos: Convenio Europeo del Paisaje y Carta de las Montañas.

Sabemos que nunca se han hecho por parte de organismos oficiales estudios de beneficio-coste que demuestren que el esquí sea necesariamente la mejor opción de desarrollo, del mismo modo que tampoco se ha estudiado convenientemente el impacto social derivado de una transformación tan rápida del medio físico y económico. Estamos convencidos de que las mismas inversiones en otros sectores generarían interesantes plusvalías, con el valor añadido de que beneficiarían a sectores más amplios de la población y de que preservarían el paisaje: principal valor de las zonas de montaña y un recurso inagotable.

Por ello, queremos proponer un diálogo con todos los sectores implicados, sereno y sin prisas, que permita analizar con profundidad cuál ha sido el impacto del esquí hasta la fecha y cuáles son las previsiones de futuro y sus posibles alternativas, contando con la realidad del cambio climático. Para ello hacen falta estudios científicos independientes que hasta ahora no han existido.

Mientras tanto, y dada la irreversibilidad de las actuaciones previstas, proponemos formalmente una moratoria en los planes de ampliación y nueva creación previstos. Sugerimos que las inversiones proyectadas se destinen a la mejora de los servicios y la adecuación medioambiental de las instalaciones existentes. Nuestra propuesta viene avalada por los estudios llevados a cabo en países con más tradición en el esquí, en los cuales ya se plantea un modelo no expansionista, totalmente diferente del que se promueve en ciertas zonas de España.

Nuestra propuesta también es acorde con los objetivos de la Carta de las Montañas, documento iniciado en 2002, “Año Internacional de las Montañas”, que diagnóstica su situación y establece los principios, directrices y recomendaciones para establecer una política integral de protección de las montañas españolas. Consideramos necesario que el Ministerio de Medio Ambiente finalice y apruebe esta Carta de las Montañas, cumpliendo así un compromiso adquirido por el anterior Gobierno, pero que no fue capaz de sacar adelante.

Creemos que sólo en el marco del diálogo y el respeto a las leyes, podremos construir entre todos una alternativa que posibilite seguir contando con el inmenso Patrimonio de Naturaleza y Cultura que nos aportan nuestras montañas, desde los Pirineos y la Cordillera Cantábrica hasta Sierra Nevada.

Plataformas y organizaciones que apoyan este Manifiesto:
Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón (Pirineo aragonés y Sierras turolenses)
Plataforma de San Glorio (Cantabria, Asturias y Castilla-León)
Plataforma de Larra (Navarra)
Plataforma de Sierra Nevada (Andalucía)
Plataformas de Vall Filiá y Vall Arreu (Cataluña)
Plataforma Defensa de Cordillera Cantábrica

Ecologistas en Acción
Greenpeace
SEO/BirdLife
WWF/Adena
Mountain Wilderness

Eduardo Martínez de Pisón
Reinhold Messner
Juan Oyarzabal
Sebastián Alvaro y todo el equipo de Al Filo de lo Imposible
Joaquín Araujo

Marcha internacional a pie del 4 al 10 de julio

El holding de la nieve ARAMON (Ibercaja y Gobierno de Aragón) ha proyectado la ampliación de distintas instalaciones de estaciones de esquí en las montañas aragonesas.

Dichas ampliaciones significan obras de gran impacto ambiental como construcción de nuevos remontes, líneas eléctricas, centros comerciales, carreteras en zona virgen, gigantescos aparcamientos, embalses para la innivación artificial, entubado de ríos, contaminación en cabecera y –muy
importante- recalificación de terrenos rurales para la construcción de chales y segundas residencias.

Aramón ha comenzado ya obras de gran impacto en el valle de Espelunciecha (Sallent de Gállego), frente a las cuales la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón lleva meses realizando movilizaciones y protestas.

Como otra iniciativa más en defensa de nuestras montañas y nuestro patrimonio natural nace esta “Travesía Internacional”. El trazado que hemos diseñado es el siguiente:

Domingo 4 de julio. 8,00 horas. Desde la localidad de Escarrilla (carretera general Sabiñánigo-Francia) inicio de la travesía. Paso por la frontera del Portalet. Cabaña de Soques. Central de Fabrèges (por la margen izquierda del río). Gabas (por carretera). Bious Artigues (final de jornada en el área de acampada 1km. Antes).

Lunes, 5 de julio. Bious Artigues. Entrada en la G.R. 10. Lago Gentau o Lacs d´Ayous. Col de Ayous (2.200 metros). Chemin de la Mature. Urdos (zona de acampada ante de llegar a Urdos)

Martes, 6 de julio. Salida de Urdos por la carretera general hasta la frontera del Somport. Candanchú. Carretera de Canfranc (acampada en camping de Canal Roya).

Miércoles, 7 de julio. Camping Canal Roya a Canfranc estación. Continuará el trayecto por el Camino de Santiago por Canfranc Pueblo, Villanúa, Castiello y Jaca. Acampada en camping.

Jueves, 8 de julio. Salida de Jaca por un sendero P.R. hacia Parador Oroel (se propone aprovechar para hacer la subida a la Peña Oroel). Continuación por carretera secundaria a Navasa (muy poco tráfico rodado). Jarlata. Sasal. Sabiñánigo. Acampada en camping.

Viernes, 9 de julio. Sabiñánigo-Biescas por la Ruta del Serrablo. Latas. Larrede. San Juan de Busa. Oliván. Orós. Biescas. Acampada en camping.

Sábado, 10 de julio. Biescas a Santa Elena por la P.R. Presa de Búbal. Hoz de Jaca. El Pueyo de Panticosa. Escarrilla. Acampada en el camping “Escarra” . El camping “ESCARRA” es el sitio de contacto para la gente que participe en el final de travesía. Teléfono 974 487154 – 487128. info@campingescarra.com

Domingo, 10 de julio. ASCENSIÓN al Anayet. Aproximación desde el camping de Escarrilla hasta el “Corral de las Mulas” en vehículos privados (parking del Anayet). Inicio de la ascensión a las 8,00 horas por la G.R. 11. Opcional coronar Pico Anayet (2.545 metros) o el Vértice del Anayet (2.559 metros, pero exento de cualquier riesgo).

INSCRIPCIONES: José Luis Martínez 976 395880 negrozeta@tiscali.es

Se establecerá una pequeña cuota diaria para cubrir el pago de gasolina de dos coches de apoyo (donde llevaremos mochilas y tiendas).

La inscripción puede realizarse por la travesía completa o especificando días de participación.

Cierre de inscripción el lunes 28 de junio.

Paisaje de invierno

PAISAJE DE INVIERNO.
por Eduardo Martínez de Pisón.

“En la pradera donde había disfrutado de niña, saltando por los neveros y escuchando asombrada el eco de su voz, pululaban quizá hasta 10.000 hombres aplastando la hierba y profanando el grave silencio del lugar… hasta la configuración del paisaje aparecía singularmente desprovista de sus antiguos reflejos”. Jack London.

Es tiempo de lecturas. Algunas me parece necesario compartirlas. Elijo primero un profundo libro de María Zambrano, titulado Claros del bosque. En uno de los muchos puntos lúcidos que desperdiga por sus páginas, escribe la autora: “Aunque no preste atención el hombre al incesante sonar de su corazón, va por él sostenido en alto, a un cierto nivel. Le bastaría quedarse sin este latir sonoro para hundirse en una mayor oscuridad, para sentirse más extraño, más sin albergue, como privado de una cierta dimensión, o de una llamada que por sí misma crea la posibilidad de su existencia”.

Pienso que es esto exactamente lo que nos está moviendo ahora a defender unos paisajes del Pirineo: es el sonar de nuestro corazón lo que nos obliga a ello. Si no le hacemos caso en esto o en otro asunto que nos importe estaremos traicionando las claves de nuestra vida.

Otro autor que no eludía afrontar su conciencia ni las exigencias que brotan del ánimo, Miguel de Unamuno, concretaba más ese latir en el sentido hondo de la montaña: “No se envanezca, señor, de vivir al pie de la más alta montaña o al borde del más caudaloso río del mundo, que si usted no lleva una montaña de pensamientos en la cabeza o un río de sentimientos en el corazón, de poco habrá de servirle”.

Hechas estas claras confesiones del trasfondo personal que nos mueve en este debate, imparables exigencias del alma o consecuencias de poner en ejercicio los sentimientos, añadamos que además hay razones objetivas para que nos lata el corazón de este modo, unos daños concretos, y que hay datos precisos sobre los valores que aquí y ahora van a perderse.

Para ir entrando más en nuestro modo de percibir esta cuestión, tomo aún otro libro, uno reciente de alpinismo, La libertad de las cimas. En él se habla directamente de “responsa­bilidades” en la práctica de los deportes de montaña en su lógico contacto con los medios naturales, ya que el conocimiento de las destrezas deportivas no es un salvoconducto para atropellar los paisajes, sino que debe integrar una actitud civilizada, incluso como si esa capacidad le otorgara al montañero un título de “visitante distinguido” o de “huésped honorable” del lugar. Y ello “le obligara”, como antaño se decía de la nobleza, explícitamente a una ética de particular respeto a la roca, a las plantas, las aguas, la fauna y los escenarios naturales y rurales en los que desarrolla su actividad. Por lo tanto, el verdadero montañismo de hoy se debería caracterizar por su exigencia de mínimo impacto. El crecimiento del «sentimiento responsable» sería así el índice real del progreso, del avance.

De los libros del montañero Sonnier, de hace varios años, se desprendía ya entonces, sin embargo, una conciencia de paso de una percepción poética de la montaña, tradicional en el viejo alpinismo, a un planteamiento cada vez más únicamente deportivo, competitivo y turístico. Pero el mayor peligro en aquel cambio estribaba en que ese talante podía ser indiferente a lo que llamaba «la herencia amenazada», proceso emprendido por otros juegos y usos que requieren el marco de la montaña sin que ésta sea ni su objeto esencial ni su fundamento cualitativo.

Esos usos dan lugar a unas relaciones funcionales, como canchas recreativas o financieras, pero claramente desprovistas de ese sentimiento que era una de las condiciones clave del alpinismo. Para la puesta en práctica de tales usos, para estos aprovechamientos se han de implantar además infraestructuras. Esos usos requieren, por tanto, tales equipamientos y rentabilidades que acaban deshonrando en numerosos sitios y en extensión los paisajes auténticos de las montañas.

Pero el montañismo no debería presentarse, por lealtad a sus mejores tradiciones, sólo como un deportivismo turístico desnudo de connotaciones culturales. No debería dejarse arrastar hacia estas otras concepciones menores y desfiguradoras de la montaña. Esas connotaciones culturales no sólo le son propias, no sólo son compatibles con su ejercicio, sino que son hasta procedentes de la práctica profesional del alpinismo, a través del oficio de los guías.

Pero si se deja arrastrar por esas otras corrientes de contenido hueco pero de imagen poderosa que están asaltando las montañas, se enajena de buena parte de su mismo sentido, se despoja de sus mejores significados. Ello puede conducir incluso hacia la insensibilidad al estado del medio en el que se practica la actividad montañera. Esos contagios son visibles en determinadas concepciones empresariales del montañismo, de las que acaba por resultar el equipamiento excesivo de la alta montaña, como una parte complementaria de la transformación urbanística y turística de los valles, con el deterioro no sólo de los entornos de altitud, sino de la misma calidad de la actividad realmente alpinista, que pierde su mejor temple, su soledad, la perfección de su encuentro con el paisaje, y hasta su propia percepción de la montaña.

Como todos sabemos, en tal experiencia no importa sólo cómo sea el espectáculo de las montañas sino quiénes sean sus espectadores, pero está claro que sin las calidades de aquéllas no podrá haber nada ni para buenos ni para malos espectadores. Y, además, la cuestión es que ahora las dos cosas van juntas. La consecuencia es que la montaña intocada se va acantonando. Lo que habría que acantonar, en cambio, es la montaña deteriorada.

Finalmente, hago aquí un nuevo llamamiento a los alpinistas de Aragón, a los naturalistas, los clubs e integrantes de las asociaciones de montaña, a los periodistas, escritores, artistas, a los profesores aragoneses, para que se sumen a nuestras razonables peticiones de defensa de unos concretos lugares amenazados en el Pirineo aragonés y que, sin su voz, quedarán mudos. Y, mudos, es evidente que los paisajes no consiguirán por sí mismos defender sus calidades. Ni éstos ni los que los seguirán en cadena, como todos sabemos, cada vez más altos, cada vez más dentro, inmediatamente después. Es aquí donde hay que parar el avance de la sombra.

Verde billete de banco

VERDE BILLETE DE BANCO

Las agresiones al medio ambiente y la sobreexplotación de los recursos naturales tiene una causa principal y difícil de combatir: la codicia y el afán social de seguir consumiendo pase lo que pase

JOSE LUIS Trasobares 07/06/2004

Este sábado se celebró (es un decir) el Día Mundial del Medio Ambiente. Ya saben ustedes lo que son estas jornadas: una ocasión para que aliviemos la conciencia y consumamos publicidad en pro de una causa que todos los días del año suele ser pisoteada a modo por los que mandan… y a menudo también por los que obedecen. De hecho, a lo largo de la semana pasada cualquier observador avisado hubiera captado en los medios informativos un sinnúmero de noticias horripilantes sobre lo que le estamos haciendo al planeta.

Les recito de memoria algunas de estas malas nuevas: El cambio climático sigue bollante y durante los próximos años se prevén nuevos incrementos de las temperaturas medias. Las zonas de baño en los ríos y lagos españoles han disminuido drásticamente por la contaminación de las aguas dulces, pero el anterior Gobierno falseó los datos que enviaba a la UE para disimular tal situación (ese mismo Gobierno colocó a nuestro país en el selecto grupo de estados que incumplen el protocolo de Kyoto sobre emisiones causantes del efecto invernadero ). Los mares han sido convertidos en gigantescos basureros y la sobreexplotación pesquera ha alcanzado niveles de delirio. El ritmo de deforestación y de extinción de especies resulta abrumador… Todo esto se ha podido leer en los diarios u oír en los audiovisuales.

Otros datos relevantes sobre lo que podríamos denominar actualidad ecológica ni siquiera han llegado a los medios. Por ejemplo, la cadena humana que el pasado jueves montaron ecologistas aragoneses para unir las sedes de la DGA y de Ibercaja en una protesta contra la ampliación de pistas de esquí, cuyas obras provocan ahora mismo intervenciones muy duras en zonas particularmente sensibles del Pirineo.

EN LO QUE al Pirineo aragonés se refiere apenas ha habido espacio para el debate público (DGA e Ibercaja van de la mano en Aramón y cuentan con el apoyo entusiasmado de los ayuntamientos pirenaicos); pero en otros casos donde si ha sido posible o inevitable abrir ese debate, el peso de los argumentos viciados se hace insufrible. Es lo que pasa con el tema hidrológico. Hemos tenido que escuchar una y mil veces esas desdichadas admoniciones sobre el agua de los ríos que se pierde en el mar . Dirigentes políticos supuestamente razonables nos han advertido contra aquellos que pretenden hacer del agua un simple elemento del paisaje . Y en este desbocado concurso de barbaridades se ha llegado al punto de que el presidente de Valencia se está planteando modificar el Estatuto de su comunidad para que en él se recoja su derecho a disponer de agua (se supone que a bajo coste, en cantidades ilimitadas y sin hacer más esfuerzo que abrir el grifo).

ESPAÑA, QUE es un país con unos recursos naturales relativamente abundantes todavía está siendo objeto de una presión (industrial, agrícola y urbanística) que en poco tiempo puede causar daños irreparables. Y en estos momentos no se vislumbra la forma de detener semejante locura. Este mismo jueves, el director del programa de la 2 de TVE El escarabajo verde se preguntaba inquieto (acababa de pasar un escalofriante reportaje sobre la bahía de Portmán en la costa murciana) cómo es posible que las personas no asumamos los problemas medioambientales hasta los que tenemos encima y son irresolubles). Era naturalmente un interrogante retórico, porque todos sabemos cuál es la causa de esas situaciones que ahora se han generalizado: la codicia. Frente al verde característico de los billetes de banco, el verde de la naturaleza no tiene nada que hacer. Los intereses económicos se lo llevan todo por delante. Y dichos intereses afectan en cascada a amplios sectores de la sociedad: la gente quiere esquiar, quiere una segunda residencia en el mar o la montaña, quiere ir y venir con su automóvil, quiere ganarse la vida pescando o trabajando en industrias pesadas altamente contaminantes… Los habitantes de zonas con encantos naturales también quieren vender sus campos a precio de oro o beneficiarse del desarrollo de su territorio. Por supuesto que los grandes beneficios siempre se los llevan los que manejan el cotarro (que no suelen ser precisamente gente de la montaña y de la costa); pero… Las propias instituciones (véase el caso aragonés) invierten en actividades insostenibles, eluden legislar a favor de la protección medioambiental y asumen de cabo a rabo los criterios favorables a explotar los recursos naturales hasta la extenuación.

Lamentablemente, así está el patio. Defender el medio ambiente sigue siendo una tarea dura.

Exito de la cadena humana y la ciberacción previas al día mundial del medio ambiente

Siguiendo el calendario de acciones marcado por la nueva estrategia «DM» (Diálogo y Moratoria, Defensa de las Montañas»), la Plataforma consiguió el pasado día 3 de junio un nuevo éxito al congregar a medio millar de personas que se unieron unos a otros formando una cadena humana que unía las sedes de Ibercaja en Zaragoza con la del Gobierno de Aragón, edificios separados por un kilómetro. El recorrido se unió con cuerdas de escalada simbolizando el valor de las montañas y la solidaridad del colectivo montañero con la causa.
Personas portadoras de esquíes -dando a entender que no existe oposición al esquí ni a los deportes de invierno, sino a una filosofía de llevarlos a cabo obviando el respeto al medio-, y otros disfrazados de montañeros, «cuatreros» especuladores, superhéroes e incluso alguno que otro embutido en un frac de banquero… contribuyeron a animar y a dar mayor resonancia a la concentración por las montañas.
Una vez alcanzada la sede gubernamental, el montañero y naturalista Juan Carlos Cirera leyó el Manifiesto para la Defensa de las Montañas de Aragón. Acto seguido se colgaron en la verja de entrada a la Diputación General de Aragón los cientos de carteles de vistosos colores que reclamaban diálogo y la moratoria en las obras, así como el respeto al patrimonio natural, y que a lo largo del acto principal fueron portados por los eslabones de la cadena.

Después de la masiva concentración de montañeros, naturalistas y esquiadores que se produjo el 20 de marzo en el Portalet, la Plataforma se congratula de la repercusión de la convocatoria, resaltando que esta vez la reivindicación ha estado plenamente apoyada desde Aragón, aún a pesar del boicot informativo de los medios de «comunicación» regionales que días antes hicieron caso omiso de la existencia de esta convocatoria a la que obviaron por presiones políticas y económicas.

Al día siguiente, 4 de junio, víspera del Día Mundial del Medio Ambiente, la protesta tuvo lugar en el ciberespacio. Esta página web de la Plataforma para la Defensa de las Montañas de Aragón se habilitó para que llegaran mensajes al Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón bajo el título de «Yo pido la protección de Espelunciecha».
El resultado fue de más de 2.246 visitantes el día 4 de junio. La ciberacción, contra lo previsto, también estuvo activa el día 5 de junio, con 816 participantes. Cada envío de correos era doble: uno directo al Consejero y otro para el Departamento que él dirige. La cifra de recepción de e-mails pidiendo la protección de las montañas de Aragón podría estar próxima a las 5.000.
Nuestra página fue la más visitada en España de Medio Ambiente y la décima a nivel mundial.
La Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón dispuso en su página web un formulario que fue enviado al Consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón y su Gabinete Técnico. Dicho formulario pudo ser suscrito por todo aquel que esté frente a los planes de agresión del propio Gobierno de Aragón e Ibercaja sobre el valle de Espelunciecha. La Plataforma quiso de esta manera resaltar el carácter irreversible de las obras que Aramón ha empezado a llevar a cabo para la ampliación de la estación de esquí de Formigal por el valle de Espelunciecha, y asimismo solicitó al Departamento de Medio Ambiente la creación del Parque Natural del Anayet que englobaría los valles de Anayet, Espelunciecha, Canal Roya e Izas, solicitando la paralización de las obras que esta realizando ARAMÓN mientras se redacta un Plan de Ordenacion de Recursos Naturales (PORN) del espacio a proteger.

Ese mismo día se presentaba en la Libería FNAC de Zaragoza el DVD para la proyección de las montañas que incluye la película «Mi último valle » de Daniel Orte.

Acude hoy a la cadena humana en defensa de las montañas

Cadena Humana por la defensa de las montañas

Hoy, 3 de junio, una gran Cadena Humana pedirá la protección de los paisajes de montaña de Aragón. Cientos de aragoneses pedirán al Gobierno de Aragón y a Ibercaja diálogo para afrontar el futuro de nuestros más bellos espacios naturales, un diálogo sereno, sin presiones, que debe de ir acompañado de una Moratoria a las ampliaciones de las estaciones de esquí actualmente en marcha, principalmente para el valle de Espelunciecha (Formigal-Portalet, Huesca), actualmente desnaturalizado por las excavadoras de Formigal.

Esta cadena humana es un nuevo eslabón de la campaña D M (Diálogo Moratoria, Defensa Montañas), promovida por la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón y que sigue su curso ante la negativa de la empresa Aramón (Ibercaja y Gobierno de Aragón) a entablar ese diálogo, continuando con su política de hechos consumados, como la entrada de las máquinas en Espelunciecha demuestra.

Y es que las máquinas de Aramón siguen dilapidando, sin una pausa para el diálogo, el patrimonio natural y cultural de todos los aragoneses; las imágenes de las excavadoras arrasando praderas y paisajes vírgenes de alta montaña son sobrecogedoras. Y más sabiendo que es sólo el inicio de un plan sin fin, después vendrán Castanesa, Ardonés, Javalambre, Valdelinares… hasta que las montañas de Aragón sean sólo un recuerdo sepultado bajo capas de hormigón, convertidas en zonas urbano-industriales.

Por ello, la Cadena Humana unirá las sedes de Ibercaja y Gobierno de Aragón, centenares, miles de voces pidiendo diálogo y cordura. Un acto que será espectacular no sólo por la avalancha humana que formará esa cadena, sino por la presencia de numerosas pancartas, superheroes, animación de calle y diversas sorpresas que jalonarán este acto para convertirlo en un grito en defensa de nuestras montañas: que lo que la naturaleza ha tardado millones de años en crear, no lo destruyan unos pocos en un momento.

OS CONVOCAMOS A ASISTIR A ESTA CADENA HUMANA EN DEFENSA DE NUESTRAS MONTAÑAS

Cadena Humana: jueves, 3 de junio
Concentración inicial a las 19 h en Glorieta Sasera, Zaragoza, frente a la sede central de Ibercaja. Concentración final de asistentes y lectura del manifiesto en defensa de las montañas de Aragón frente al Edificio Pignatelli, Sede del Gobierno de Aragón, a las 20’00 horas.

Posición de la federación aragonesa de montañismo ante las obras de aramón

UN PARQUE NATURAL PARA EL ANAYET ¡YA!
La ordenación de los territorios de montaña es vital para compatibilizar la conservación de la naturaleza y el desarrollo económico.

La defensa del patrimonio natural aragonés constituye un objetivo permanente de la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) que, a tal fin, tiene creado un Comité de Defensa de la Naturaleza desde 1985. Un propósito que siempre se ha enmarcado en la disposición al diálogo y a la colaboración entre los montañeros y otros colectivos, entidades y administraciones públicas, sin perder de vista la consecución del bienestar de las poblaciones que tienen en la montaña su hogar y sustento. Estas reflexiones nos llevan a reivindicar, en consecuencia, una ordenación de los territorios de montaña que pueda garantizar una conservación de la naturaleza compatible con el desarrollo económico y la práctica deportiva. Y la forma de conseguir esto no es otra que la participación ciudadana y el diálogo o consenso social.

Una vez realizada esta declaración de intenciones, lamentamos profundamente el cariz que están tomando las cosas en la inminente ampliación de la estación de esquí de Formigal hacia el valle de Espelunciecha. La industria de la nieve puede contribuir al desarrollo de las zonas de montaña siempre que se realice desde criterios escrupulosamente sostenibles. Pero, en el caso que nos ocupa, está empezando a perder el norte, a demostrar cómo no se tienen que hacer las cosas, sin diálogo entre las partes implicadas, constatando la ausencia de ordenación en estos frágiles territorios. Esta forma de actuar no compatibiliza desarrollo y conservación. Sólo impulsa desarrollo (término que, en mi opinión, en el contexto territorial de los valles del Aragón y del Gállego, es cuando menos muy discutible).

En la FAM, desde 1999, queremos un Parque Natural en el Anayet. Para ello demandamos al Gobierno de Aragón la realización de un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) que permita delimitar el ámbito territorial objeto de ordenación (desde Espelunciecha hasta Canal Roya y Canal de Izas), definir el estado de conservación de los ecosistemas, determinar las limitaciones respecto a posibles usos y actividades, así como establecer los regímenes de protección pertinentes. Si no se impulsa inmediatamente ese PORN y se introducen las máquinas en Espelunciecha sin un diálogo sosegado entre todas las partes implicadas, los montañeros entenderemos que no hay voluntad ni de consenso, ni de planificar el territorio. Entonces defenderemos el Macizo del Anayet. Estamos a tiempo de llegar a un acuerdo.

Fernando Lampre Vitaller.
Comité de Defensa de la Naturaleza de la FAM

Ruta naturalista en espelunciecha, preludio de la gran cadena humana

Las máquinas de Aramón siguen dilapidando, sin una pausa para el diálogo, el patrimonio natural y cultural de todos los aragoneses. Las imágenes de las excavadoras arrasando praderas y paisajes vírgenes de alta montaña son sobrecogedoras.

Ante esto, la campaña DM (Diálogo Moratoria, Defensa Montañas) promovida por la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón sigue adelante, con acciones que irán siendo cada vez más contundentes. El nuevo paso se dió este domingo, 30 mayo, con una ruta naturalista por el valle de Espelunciecha, en el que se mostraron los tremendos valores de este paisaje y se pudo comprobar, sobre el terreno, la aberración que supone su destrucción y conversión en una zona urbano-industrial.

Como complemento a esta ruta, se realizó un encuentro internacional con montañeros franceses para mostrar el apoyo a nuestras montañas recibido desde numerosos puntos allende nuestras fronteras y, sobre todo, se realizó un ensayo de cadena humana simbólico de cara a la gran Cadena Humana que unirá las sedes de Ibercaja y el Gobierno de Aragón el próximo jueves, 3 de junio (19 h, Glorieta Sasera, Zaragoza).

La conducta del alcalde de sallent con desnivel

Desnivel preguntó a la DGA por la ampliación de Formigal, y el Director General de Medio Natural, Alberto Contreras, respondió: «El ayuntamiento de Sallent es quien debe otorgar las autorizaciones definitivas para la ampliación».

Posteriormente Desnivel se dirigió al propio alcalde de Sallent de Gállego, José Luis Sánchez Sáez, el pasado 11 de mayo y le hizo seis preguntas: 1. ¿Ha dado el Ayuntamiento de Sallent autorización definitiva al estudio de impacto ambiental? 2. Si la respuesta anterior es afirmativa, ¿cuándo dio autorización al estudio de impacto ambiental? 3. Actualmente, ¿cuántas licencias de obras ha pedido Aramón en relación con la ampliación de Formigal y para qué en concreto? 4. ¿Cuántas se le han concedido y para qué son? 5. ¿Cuántas están en estudio y para que serían? 6. ¿Cuántas se han denegado (si fuera el caso) y para que serían?

La entrada de las máquinas en Espelunciecha 3 días más tarde motivo que Desnivel, y con la voluntad de informar de un modo rápido y veraz sobre los últimos acontecimientos, solicitó a Sallent nuevamente y por escrito «la colaboración y transparencia de las administraciones» con tres cuestiones más:
1) Nos informan de que las máquinas para la ampliación de Formigal han entrado ya. ¿Lo confirman desde el Ayuntamiento de Sallent?
2) Si es así, es de suponer que están bajo su responsabilidad y control: ¿qué máquinas han entrado y para qué obra u obras tienen permisos concedidos?
3) Igualmente, si es así, ¿está todo correctamente legalizado por parte del Ayuntamiento con todas las autorizaciones que le corresponden?

Nueve días después de las primeras preguntas responde a Desnivel José Luis Sánchez Sáez, Alcalde de Sallent de Gállego, quien dijo quería responder él personalmente.

SU CARTA ES ESTA (NO NECESITA COMENTARIOS, SIENDO QUE PROCEDE DE UN ALCALDE ELEGIDO DEMOCRÁTICAMENTE):

«DESNIVEL» o el solipsismo medioambiental triunfante.
Que sólo soy yo, sólo mis ideas, sólo mis emociones, sólo mi percepción de la alta montaña…yo solo…lejos del disfrute grupal del esquí alpino, de las colas y rostros ajenos…yo solo y mi piolet, hincándolo con energía en la costra helada de esta ladera…Yo y mi congoja …contra las estaciones de esquí…Lejos del bullicio de los jóvenes y mayores, familias, grupos, centenares, miles de personas que en domingo suben a un terreno que hasta no hace mucho era mío…y sólo mío y de mi angustia y atracción por el riesgo…».

¿Sería esa la línea editorial de su revista?, dicho con todo respeto.

Conocida es la línea editorial de su revista, y por ello no me sorprende el contenido y orientación que dan en sus editoriales y tribunas, ni por las preguntas que me transmiten sobre las obras en la estación de Esquí de Formigal, cuestión esta que Uds. previamente ya han sancionado, diciendo inexactitudes como la de que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón declaró ilegal la ocupación de la zona de Anayet. Les manifiesto mi más absoluto respeto por su publicación, pero preciso será señalar que el deporte que Uds. promocionan (la escalada pura y dura) tiene, ciertamente, pocos puntos de contacto con el mundo de las estaciones de esquí, que es el que da los medios para subsistir a mi gente, los montañeses de hoy.

Déjeme señalarles que tras repasar su revista del mes de febrero de 2004 en sus 80 primeras páginas, aparecen 88 fotografías con personas, de las cuales 74 fotos sólo tienen una o dos personas fotografiadas; con más de cinco personas sólo hay 6 fotos de las 88, de las cuales sólo una tiene más de 10 personas y es una vista lejanísima de una pista de fondo. La escalada pura y dura es un deporte extremadamente individual, que choca en sus sueños y deseos con esta otra forma de estar en la montaña, como es la del esquí alpino, para la que exijo, no más, pero sí el mismo respeto que para las prácticas que Uds. promocionan.

Soy el Alcalde de Sallent de Gállego, y con tal representación echo en falta la proporcional preocupación por los medios de vida de los montañeses de hoy, del siglo XXI, echo en falta que la bucólica manifestación del amor a nuestra tierra, a nuestra montaña y a «La Espelunciecha», se acompañe, la mayor parte de las veces, desde su revista y por sus colaboradores, de un componente utópico fundamental, como es el suponer que la población de estas montañas, en invierno, sin el esquí, dispondríamos de la más mínima posibilidad de supervivencia o dicho de otra forma, que la contemplación de la perdiz nival nos daría alimento a nuestra alma y… también al cuerpo.

Aquí arriba (otra cosa es para el espectador ilustrado de nuestra montaña que dispone, sin duda, de otras fuentes de renta de origen urbano y generadas por una forma de vida urbana) supervivir exige una u otra forma de colonización, como siempre se ha hecho. No hay alternativa al esquí. Otra cuestión es el grado y el modo de las intervenciones, para lo que toda colaboración es poca. Si hay un impacto medioambiental de origen urbano en la montaña, causado por su demanda del esquí, hablemos de él…pero poseídos por una visión global de la presencia de nuestra especie en este medio y en el medio urbano. Y habrá que hablar del impacto medioambiental…en la propia urbe.

No deseo alargarme y dicho esto, reitero mi respeto absoluto a quien no opina sobre la montaña como la mayoría de los montañeses de hoy, ni como la inmensa mayoría de los que suben a disfrutar de nuestra montaña en invierno, con los esquís, con su familia, a entrar en contacto con la esplendorosa belleza de nuestros lugares, disfrutar del ejercicio físico y del paisaje nevado, recibido como un regalo también por esos usuarios de la montaña invernal …

Tal vez no sea la quietud de «La Espelunciecha» la que presidirá nuestro bellísimo rincón en el futuro, ni podrá ser lugar para desenvolverse en melancólicas emociones de aquellos que toman la montaña como un individualizado altar….Es bien cierto, porque desde ahora «La Espelunciecha» va a colaborar en la supervivencia de…los montañeses. Y para bien. Bien, como puede ser la alegría colectiva visionada en los rostros de sus visitantes tras el reiterado y procesional esfuerzo manifiesto en la subida semanal, para dejarse llevar, cuesta abajo, contra el viento; entre los brillos solares y también los ocasionales y profundos silencios blancos; entre las mil cimas ya conocidas, reiteradamente saludadas y queridas. Bien, que sin duda, genera la ocupación y el empleo del que disfrutamos… gracias a «La Espelunciecha».

Sería bueno, que en las páginas de su revista, y con espacios proporcionales, se abriera paso al reconocimiento del disfrute de la naturaleza practicando el esquí alpino y como sostén gráfico de nuestro afán podríamos proporcionar una foto de los patios de nuestras escuelas, en las que en un pueblo como Sallent podemos contar hasta 107 niños menores de 13 años ¡ciento siete!, en el Pirineo… y sobre ellos podríamos imaginar sobrevolando un quebrantahuesos que, sin duda, estará sorprendido por la parte de fauna que representamos en un territorio tan terriblemente despoblado como es el Pirineo Aragonés. A buen seguro que para el quebrantahuesos el Valle de Tena no deja de ser un magnífico espectáculo, pues se sentirá acompañado dentro de este inmenso territorio de soledades.

José Luis Sánchez Sáez. Alcalde de Sallent de Gállego

P.D.: Tras publicar en idénticas condiciones mi carta, a las de otras editoriales y colaboraciones, atenderé gustosamente sus preguntas.

PERO DESNIVEL HA QUERIDO PUBLICAR SU CARTA Y CONTESTARLE CON ESTA OTRA QUE ES EL EDITORIAL DEL MES DE JUNIO:
Turno de réplica
Y a continuación, la réplica escrita por Desnivel a la carta del señor Sánchez Sáez, Alcalde de Sallent de Gállego:

La línea de Desnivel
Estábamos a punto de cerrar esta edición con un par de días de retraso, cuando llegó la respuesta del Alcalde de Sallent de Gállego (ver Tribuna) a un cuestionario, casi todo sobre la adjudicación de licencias, que le enviamos para poder informar sobre las obras de ampliación de Formigal. Lejos de ceñirse a responder, centra su contestación en comentar la línea de esta revista y nuestra incomprensión. Lean primero su Tribuna y después esta réplica. 1. Desnivel no está en contra del esquí alpino como deporte, ni de las estaciones existentes como «generadoras de ingresos» para el montañés y para el inversionista. Desnivel teme la puesta en práctica del creciente número de proyectos de ampliación y nuevas estaciones, y las infraestructuras de ladrillo y hormigón que las acompañan. Desnivel apuesta por la optimización real de las estaciones de esquí actuales. En el caso de Formigal, creemos que en lugar de prolongar los planes de mejora hasta 2008, según información publicada sobre Aramón, esta empresa (Ibercaja y Gobierno de Aragón) debería acortarlos no desviando recursos a ampliar el dominio esquiable restando calidad al paisaje del alto valle de Tena. Creemos que el Ministerio de Medio Ambiente debe intervenir -tal como demandan (ver Ecología) las diversas plataformas creadas en defensa de la montaña-, antes de que se llegue en las montañas a una situación semejante a la de las costas debido a la aparición tardía de la ley. 2. Dado que el valle de Tena es el segundo más rico del Pirineo Aragonés, Desnivel cree (si es que eso es permitido a los montañeros de ciudad) que la expansión de Formigal por Espelunciecha no queda justificada por la necesidad de «supervivencia de… los montañeses» a la que apela el señor Alcalde, y como una vez más alegan los contrarios a la moratoria propuesta por la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón. Es, además de un nuevo ejercicio de inversión industrial en cemento y ladrillo, un modelo de consumo que, consideramos, ha alcanzado y sobrepasado su límite deseable (si la alta montaña fuera el Amazonas, ¿quién lo continuaría talando y quemando?). Esta decisión contribuye a alimentar la psicosis de necesitar otras ampliaciones y nuevas estaciones de esquí en otros valles que, como se esfuerzan en explicar ecologistas y científicos, lo que hacen seguro es destruir el paisaje y afectar notablemente al ecosistema de alta montaña. La realidad es que empresarios y políticos en el poder no están compartiendo un modelo de desarrollo que se pueda definir como sostenible por parte de las asociaciones y personalidades conservacionistas, desde la Cordillera Cantábrica al Pirineo pasando por Sierra Nevada. 3. La línea editorial de Desnivel resulta bien conocida: en el plano deportivo-turístico la alta montaña es de todos y para todos los que se la ganen con esfuerzo y respeto, sin dejar huella de su paso, ni destruir el paisaje natural. Quien sienta temor o tenga lagunas técnicas o físicas (como puede ser nuestra misma situación) puede formarse o contratar los servicios de de guías de montaña como los que trabajan desde hace muchos años en Aragón, en España. En el caso concreto de Espelunciecha, no se trata de un valle que atraiga por el riesgo, sino que resulta próximo y accesible para una mayoría, el lugar donde los aragoneses llevan a los niños a hacer una de sus primeras excursiones a la alta montaña virgen. Por ello posee un trasfondo cultural que entronca con uno de los mejores momentos de la Educación en España, el Regeneracionismo y la Ilustración Libre de Enseñanza. Creemos que ése el desarrollo sostenible para Espelunciecha y para el Pirineo que todavía no está afectado por las estaciones de esquí, con lo positivo y negativo que esta afección produzca. Creemos que ése es el enfoque correcto de la alta montaña hoy día. No tenemos criterio ni pretendemos hablar por los montañeses, pero creemos que una interpretación correcta del término desarrollo sostenible (el que no merma los recursos existentes ni en cantidad ni en calidad) es lo adecuado para montañeses y turistas (incluidos los montañeros). 4. La línea editorial de Desnivel no es 3solipsismo2 nuestro sino un esfuerzo por asumir e interpretar correctamente las conclusiones de diversas asociaciones españolas e internacionales. Entre éstas destacaremos la declaración de la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo de 1982, o las consideraciones elaboradas por la ONU para 2002, Año Internacional de las Montañas y también del Ecoturismo. Entre las españolas, recordamos el artículo de los Estatutos de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada, que debería ser aplicado por las federaciones autonómicas: «defender la montaña de las alteraciones de su estado natural». La FEDME, pues, marcó un criterio al que nos unimos solicitando a los demás idéntico esfuerzo por cumplirlo y hacerlo cumplir. 5. Desnivel lamenta que el señor Alcalde de Sallent de Gállego haya perdido su tiempo contando las personas que salen en las fotos de nuestra revista, en lugar de respondiendo a nuestras preguntas sobre las licencias de obra que habría otorgado el Ayuntamiento (las preguntas permanecen en desnivel.com). Preguntas planteadas con el fin de informar de una manera rápida y veraz, al recoger información enviada directamente por la Alcaldía, sobre unos hechos que estaban ocurriendo. Nuestro derecho a la información (el del ciudadano) está recogido en la Constitución gracias a nuestra democracia, y resulta insólito que su alcaldía, democráticamente elegida, lo dificulte con imposiciones arbitrarias. Señor Alcalde, usted decidirá si quiere contestar a las preguntas planteadas, pero su respuesta -o su ausencia de respuesta y lo que esto signifique- es lo que nos ha enviado y hemos reproducido. Ahora, todos quedamos al juicio de montañeros y no montañeros, de montañeses y no montañeses, de aragoneses y no aragoneses.

Reflexiones para el debate, por juan doria

Pirineo aragonés occidental: esquí y protección de la montaña

Bajo las altivas siluetas de los picos «dosmiles» del Pirineo aragonés occidental, las suaves laderas que se extienden hacia los valles, acogen un importante número de centros invernales para la práctica del esquí alpino. Candanchú y Astún en el valle del Aragón, y Formigal y Panticosa en el valle de Tena, consiguen concentrar cuatro grandes estaciones de esquí que, aunque pertenecen en la actualidad a empresas distintas, geográficamente forman un potente conjunto, líder del sector en España.

Es obligado reconocer la valiosa aportación de las estaciones de esquí al desarrollo turístico de algunos valles pirenaicos. La creación de puestos de trabajo directos e indirectos, la mejora de las comunicaciones, el desarrollo de los municipios afectados, asi como la potenciación de los servicios y el turismo en general, ha hecho que las estaciones de esquí puedan considerarse como verdaderos motores del desarrollo de estas zonas. Por otra parte, el esquí alpino es un deporte que permite gozar con intensidad de la belleza de los paisajes de montaña nevados. La práctica del esquí se ha extendido entre un numeroso público, que accede cada invierno a la grandiosidad de la montaña.

Sin embargo, el impacto medioambiental de una estación de esquí en un paraje de montaña tan frágil como es el Pirineo, no puede ser despreciado. La retirada de la nieve muestra las verdaderas heridas de la montaña. No sólo son las pilonas, postes, telesillas o telearrastres, los tendidos eléctricos, los cañones de nieve artificial, o los despercidios y objetos de todas las clases abandonados por los miles de esquiadores y que, en verano, florecen como si fuera una nueva especie vegetal. Los enormes movimientos de tierra, los grandes aparcamientos, la creación de pistas circulables para maquinaria, las instalaciones auxiliares en plena montaña como cafeterías o restaurantes y, sobre todo, la creación de las «pistas» para la práctica del esquí mediante la igualación de pendientes, transforman por completo el paisaje original.

Ya no vale con esquiar adaptádose a las pequeñas irregularidades de una suave y herbosa ladera nevada. Ahora resulta que hay que adaptar la ladera a las exigencias del esquiador, obligando a que la inclinación de la pendiente sea matemáticamente constante. Las máquinas mueven y roturan la tierra, igualando pendientes, como si el terreno de alta montaña fuese un campo que hubiese que labrar y preparar para el cultivo. De esta forma, cuando caiga la nieve, la superficie esquiable quedará técnicamente perfecta, pero naturalmente destrozada. Laderas profundamente transformadas, collados irreconocibles modificados para la instalación del final del telesilla, o escarpes rocosos dinamitados para conseguir los perfiles adecuados, hacen que la montaña se convierta en un paisaje fuertemente degradado, transformado irreversiblemente por la mano del hombre. Y estamos hablando de unos parajes de alta montaña, frágiles, de una belleza suprema.

Una estación de esquí no debería constituir una agresión tan frontal a la naturaleza. No debería ser obligatorio cambiar tan radicalmente la fisonomía de la montaña, para promocionar el turismo y el desarrollo en los valles de montaña. En todo caso, el diseño de una estación de esquí debería integrarse, en la medida de lo posible, en las exigencias de la naturaleza. El hombre está empeñado en adaptar la naturaleza a sus propias exigencias, despreciándola, maltratándola. Cuidémosla, de otro modo, a la larga quizás nos arrepintamos.

La ampliación proyectada en Formigal invade un valle de altitud modesta, pero de gran belleza: el valle de Espelunciecha. La conquista del collado de la Canal Roya por los remontes mecánicos, abre un horizonte todavía más inquietante: el pico de la Raca y la estación de Astún quedarán ya a la vista, y la pretendida conexión entre estaciones cada vez más cerca. Restará abordar el valle de la Canal Roya, y el destrozo del magnífico enclave natural que representa, sería, en ese caso, de una magnitud incalculable.

Curiosamente, al otro lado de la frontera, nuestros vecinos franceses han acogido con la figura de Parque Nacional una larga franja de montaña pirenaica. Paradógicamente, las pistas de esquí proyectadas lindarán con territorio protegido con la mayor figura legal: la de Parque Nacional.

El esquí es una opción de desarrollo para los valles pirenaicos. Cierto. Pero también es cierto que el desarrollo se concentra en los municipios afectados y áreas próximas. El valle de Tena ha experimentado un auge extraordinario. Pero muy cerca, en la comarca del Serrablo, se siguen encontrando núcleos abandonados y otros muchos a punto de hacerlo, con una población envejecida. Sin embargo, el camino elegido parece ser la concentración de la inversión en los mismos lugares.

El precio del suelo en Sallent de Gállego, y en prácticamente todo el valle de Tena, se ha disparado en los últimos años. Las grúas dominan el paisaje de los pequeños núcleos de población. Nuevas urbanizaciones crecen sin cesar, y la demanda de la segunda vivienda parece tener un crecimiento imparable. Los precios suben sin ley y, de esta forma, el rentable negocio inmobiliario y la especulación urbanística, han pasado a ser potentes dominadores de la economía de montaña. Y la carrera no aparenta tener la meta cerca. La consigna que se lanza es la de ampliar pistas, ampliar dominio esquiable, para ser los más grandes, los más competitivos, el mayor holding de la nieve. La extensa superficie esquiable ganada en el Pirineo aragonés occidental, no parece ser suficiente. Así, la ampliación de las pistas de esquí y el aumento de la construcción residencial, guardan una interrelación llamativamente evidente. Con el ladrillazo hemos topado. A la alta montaña, que guarda silencio, le espera su contribución a este negocio.

Llenar la montaña de paisajes degradados, únicamente rentables para la práctica del esquí alpino, supone liquidar el valioso patrimonio natural, y hacerlo además para un modelo que, hoy puede ser rentable, pero mañana, está en entredicho. Por desgracia, el cambio climático que padecemos (contrastado científicamente con el aumento progresivo de la temperatura media, la regresión de los glaciares…), no parece augurar un futuro, a medio plazo, excesivamente halagüeño. Estudios científicos prevén que la subida de temperaturas en este siglo, provoque el que las precipitaciones en forma de nieve sean cada vez más escasas, irregulares e impredecibles. Con este panorama, un reciente estudio del profesor R. Bürki, de la Universidad de Zurich, advierte de las consecuencias que ello podría tener en las estaciones de esquí de los Alpes, con un posible cierre en torno al 40 – 50% de los centros invernales actuales, y en un horizonte temporal comprendido entre los años 2030 – 2050.

El esquí alpino en el Pirineo aragonés occidental ha fortalecido decisivamente las economías de los altos valles del Aragón y del Gállego. Indudablemente, es posible y deseable un mayor crecimiento, mejorando y optimizando las instalaciones existentes. Pero ampliar los dominios esquiables, invadiendo nuevos valles vírgenes y destruyendo parajes excepcionales, no parece ser el camino adecuado. El esquí alpino no es la única opción para el desarrollo de la montaña. Con el dinero que se va a invertir en la ampliación de Formigal, se podrían financiar multitud de proyectos de desarrollo rural, y además, en los núcleos de montaña verdaderamente necesitados.

Es necesario estudiar exhaustivamente, y con todo detenimiento, la intervención del hombre en la naturaleza. La irreversibilidad de la afección, hace que la responsabilidad que se tiene entre las manos, sea extraordinariamente alta.

Juan Doria
DNI 18.206.398
Profesor de la Universidad de Zaragoza y montañero

¿qué hace ibercaja con mi dinero?

D*M ¿Qué hace Ibercaja con mi dinero?

Miles de aragoneses somos clientes de Ibercaja. Con nuestro dinero e impuestos Ibercaja y el Gobierno de Aragón proyectan una gigantesca ampliación de las pistas de esquí. Nada tenemos que objetar al deporte, pero esconden un gigantesco «pelotazo» urbanístico: planes de construcción de carreteras y miles de apartamentos en zonas de alta montaña.
Creemos que este proyecto no beneficia ni al patrimonio natural ni a la economía de los montaneses. Sólo pedimos que detengan estos planes y abran un estudio riguroso sobre lo que se puede y no se puede hacer en nuestras montañas para garantizar su futuro.

Por esta razón, el jueves 3 de junio, a las 7,00 de la tarde y desde la Glorieta de Sasera (Zaragoza) participaré, con cientos de aragoneses, en la Cadena Humana que unirá Ibercaja con la sede del Gobierno de Aragón.
iiPor el diálogo y la moratoria a la extensión de las pistas de esquí!!

Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón
www.ecologistasaragon.org/nieve

Esquía y respeta la montaña

Comienza una nueva etapa en defensa de las montañas de aragón

En defensa de las montañas

El 20 de mayo, para demostrar que nuestras montañas valen mucho más que un puñado de billetes, la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón repartió miles de euros entre los asombrados ciudadanos que pasaban por la puerta de Ibercaja, entidad financiera que junto al gobierno aragonés forma Aramón, la empresa cuyo objetivo es urbanizar las montañas aragonesas. En esta labor la Plataforma fue ayudada por “superhéroes” defensores de las montañas, a los que no ha importado regalar esos billetes (en cuyo reverso figuraba la petición de diálogo y moratoria) ya que el valor de los euros desaparecerá en unos pocos años, pero el de las montañas lleva millones de años con nosotros y no somos nadie, o no deberíamos serlo, para dilapidarlo en un momento para beneficio económico de unos pocos.
Así mismo, en respuesta a la invasión de Espelunciecha por parte de las máquinas de Aramón, rompiendo unilateralmente el diálogo, se presenta la campaña DM: «Defensa Montañas – Diálogo Moratoria».

Una campaña que irá aumentado su contundencia paso a paso, siempre dispuestos a iniciar en cualquier momento un diálogo tranquilo y sin presiones en el que estén representadas todas las partes. Una campaña que tendrá como principales actuaciones las que se citan a continuación, acompañadas de otras acciones sorpresa, actos divulgativos y los requerimientos judiciales necesarios para evitar que las montañas, ese valioso patrimonio natural y cultural de todos, sea convertido en ese producto con el que unos pocos quieren mercadear por un puñado de billetes.

APUNTA ESTAS FECHASA EN TU AGENDA. NO FALTES:
30 mayo, domingo: Excursión naturalista a Espelunciecha para comprobar “in situ” los tremendos valores de este paisaje y la aberración que supone su destrucción.
(salida 7 h en autobús desde Plaza Aragón – Capitanía en Zaragoza. Inscripción previa en ANSAR 976 251742)

3 junio, jueves: Cadena Humana que unirá la sede central de Ibercaja y del Gobierno de Aragón, los dos socios de la empresa Aramón que pretende urbanizar nuestras montañas.
(19 h en Glorieta Sasera)

4-11 julio: Marcha por la Defensa de las Montañas. Marcha a pie entorno al macizo del Anayet, tanto por la vertiente española como por la francesa, con la participación de colectivos de toda España y Europa.

¿que y a quien defiende el departamento de medio ambiente?

HERALDO DE ARAGON 21 de mayo de 2004

La ampliación de Formigal respeta el impacto ambiental
El consejero Boné defendió ayer el rigor con el que se ha tramitado el proyecto de Aramón .

AGENCIAS. Zaragoza | El consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Alfredo Boné, afirmó ayer que el proyecto de Aramón para ampliar la estación de esquí de Formigal, en el término municipal de Sallent de Gállego, «ha sido sometido rigurosamente a los procedimientos que establece la normativa medioambiental».

Así lo manifestó después de que miembros de la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón se concentraran en Zaragoza ante las puertas de Ibercaja, entidad financiera que forma parte de Aramón junto con el Gobierno de Aragón, para mostrar su rechazo a las obras.

Boné explicó que el Departamento de Medio Ambiente tramita los expedientes que le van llegando y en el caso de la ampliación de Formigal se sometió a impacto ambiental y «se hicieron recortes y limitaciones importantes, desestimaron tres pistas enteras de las que proponía el proyecto, se recortaron dos pistas previstas, y se condicionaron pistas y remontes a un estudio más detallado, además de que se obliga a una restitución total de la cubierta vegetal».

«Nos encontramos satisfechos del trabajo que hicimos y me parece respetable que la gente se manifieste», dijo, pero «hay que aspirar a establecer marcos de encuentro donde puedan entenderse los planteamientos de unos y otros», añadió. «Creo en el proyecto de Aramón -añadió el consejero de Medio Ambiente-, que hay que abordar desde la sostenibilidad» y recordó que «la primera declaración que hace el plan estratégico de Aramón es el enorme respeto por el medio ambiente e indica que todas sus actividades deberán realizarse en un entorno sostenible».
Lo dice en el Heraldo de Aragón con estas palabras.

La de ayer era la primera acción de la plataforma dentro de la campaña «DM (Diálogo y Moratoria, Defensa de las Montañas)». Miembros de este colectivo, disfrazados de «superhéroes» que luchan por estos paisajes, pidieron una moratoria en las obras y diálogo entre las partes implicadas y repartieron entre los ciudadanos fotocopias de euros para simbolizar que «los paisajes de montaña valen mucho más que un puñado de billetes», explicó Francisco Iturbe, miembro del mencionado colectivo conservacionista.

El próximo 3 de junio, jueves, la plataforma tiene previsto formar una cadena humana entre las sedes de Ibercaja y el Gobierno de Aragón. El domingo 30 de mayo se ha organizado una excursión naturalista a Espelunciecha. Y del 4 al 11 de julio también está prevista una marcha a pie entorno al macizo del Anayet.

Aramón rechaza la moratoria

NO HUBO MORATORIA
Por Redacción digital digital@desnivel.es

Han sido cinco meses de continua pugna por el valle de Espelunciecha. Cinco meses en los que se sucedían actos que no dejaban hueco en la agenda. Ecologistas, montañeros, geógrafos y otras personas anónimas aunaron sus esfuerzos en la defensa de una causa de toda justicia: parar la ampliación de la estación de esquí de Formigal, que acosaba al espacio natural del valle, amenazándo con convertirlo en un mar de pilonas, remontes e instalaciones para el «après-ski», todo para el disfrute del deporte blanco y, sobre todo, para el lucrativo «pelotazo» de unos pocos, los únicos que saldrán beneficiados de esta pérdida para todos.

Las peticiones de diálogo y de una moratoria al comienzo de las obras no han sido escuchadas y las máquinas han comenzado su invasión del valle. El juez del tiempo ha certificado la muerte del valle, y Eduardo Martínez de Pisón, una de las personas más comprometidas en la defensa de este espacio natural, escribe su acta de defunción.

Triste despedida de martínez de pisón.

ACTA DE DEFUNCIÓN POR ESPELUNCIECHA.
Eduardo Martínez de Pisón.

Ya no escribiré más ni haré referencias a lo que habría que proteger en Espelunciecha: las máquinas han entrado en el valle y su paisaje es objeto de la dañina cirugía que estaba prevista en los planes de la empresa de obras.
No han podido esperar ni a que se quitara la nieve, como si se tratara de resolver un desafío o como si hubiera prisa en desfigurarlo para que no haya nada que conservar si acaso las cosas tomaran otro rumbo. Ya habrá poco que defender allí. Hemos perdido otro valle. En este momento todos somos, no sólo el lugar, algo menos de lo que éramos hace unos días.
Escribo ahora porque hay que levantar acta. El acta de defunción por Espelunciecha. Hemos dicho que a nuestro Pirineo le convenía extender la protección y acantonar el deterioro. Lo que se ha hecho es justamente la inversa: ampliar el deterioro y acantonar la protección.
Espelunciecha está casi rodeada por espacios protegidos: como un golfo, tiene al oeste el Lugar de Interés Comunitario europeo del Anayet, al este la Reserva de la Biosfera de la UNESCO de Ordesa Viñamala y al norte el Parque Nacional francés de los Pirineos. Sólo por el sur limita con un lugar deteriorado y urbanizado, la estación de esquí de Formigal, de patente propia. Por sus dos kilómetros de terreno podría haberse cubierto ese pequeño golfo de forma lógica en una figura cerrada de protección. Pero se ha elegido hacer lo contrario: lo que se ha extendido por él es la sombra del deterioro desde su límite con la estación y se ha acantonado la protección circundante a lo lugares donde estaba.
Se acantona, en efecto, la protección no sólo aquí sino en más casos llamativos: La Reserva de la Biosfera está desactivada en la práctica y ello puede llevar al bochorno de su descalificación próxima por la Unesco, porque el Comité MaB español no puede mantener esta ficción más tiempo. El Parque Nacional de Ordesa es de muy pequeñas dimensiones comparado con los Parques de los Picos de Europa o de Sierra Nevada o el Parque francés, pero nada parece que se haga por su cada vez más indispensable ampliación.
Y se extiende en cambio el deterioro no sólo aquí sino, como es sabido, en Cerler y en otras montañas. Y está previsto, en colisión evidente con la necesaria – pero frenada – ampliación de Ordesa, el asfaltado de una pista y la instalación de un teleférico en Bujaruelo. Recontemos los hechos y hagamos balance cualitativo de lo que cada día se supone ganado y de lo realmente perdido.
El estado de un paisaje es un implacable espejo de los hombres que lo cuidan o lo maltratan. Tal vez alguien desde dentro del sistema debería pensar y planificar una opción más refinada, una alternativa más cultural para el Pirineo que su entrega progresiva a un tosco turismo de hierro, cemento y multitudes.
Ojalá fuera la última vez que tuviéramos que recordar en este u otro asunto aquella ironía de Machado sobre quienes confunden valor y precio. He escrito sobre Espelunciecha por contribuir a conservar un paisaje querido, por él mismo y para los demás y no quiero ahora mostrar mi tristeza a los que no le concedieron el indulto. Como le gustaba decir también a aquel escritor, no he pretendido enseñar nada, acaso en un momento arar algún barbecho que me pareció olvidado, pero encontré en él y en la misma labor numerosas y excelentes personas. Para las próximas Espelunciechas ya sabemos que estamos juntos.

800.000 personas saben por «as» lo que aramón «quiere» a espelunciecha

ACTA DE DEFUNCIÓN POR ESPELUNCIECHA.

Por Sebastián Álvaro, Director del Programa de TVE «Al filo de lo imposible».

Hoy no es un buen día. Seguro que un vistazo a los periódicos o a los telediarios nos cargarán de razones para confirmar tan sombría opinión. Sin embargo, también hay otras noticias que no van a merecer ni siquiera un hueco en la vorágine de los medios de comunicación pero que tienen la cualidad de convertirse en faros que nos advierten del peligro. Hoy no es un buen día porque las máquinas de las empresas constructoras han entrado en el valle pirenaico de Espelunciecha. Y hoy quiero ceder este rincón de AS para que resuenen algunas de las sabias palabras que mi amigo el profesor y geógrafo Eduardo Martínez de Pisón ha escrito sobre el tema, quien ha abanderado la lucha que muchos hemos asumido durante los meses pasados en defensa de ese espacio natural. «… No han podido esperar ni a que se quitara la nieve, como si se tratara de resolver un desafío o como si hubiera prisa en desfigurarlo para que no haya nada que conservar si acaso las cosas tomaran otro rumbo… Hemos perdido otro valle. En este momento todos somos, no sólo el lugar, algo menos de lo que éramos hace unos días. Escribo ahora porque hay que levantar acta. El acta de defunción por Espelunciecha… El estado de un paisaje es un implacable espejo de los hombres que lo cuidan o lo maltratan. Tal vez alguien desde dentro del sistema debería pensar y planificar una opción más refinada, una alternativa más cultural para el Pirineo que su entrega progresiva a un tosco turismo de hierro, cemento y multitudes. Ojalá fuera la última vez que tuviéramos que recordar en éste u otro asunto aquella ironía de Machado sobre quienes confunden valor y precio… No quiero ahora mostrar mi tristeza a los que no le concedieron el indulto. Como le gustaba decir también a aquel escritor, no he pretendido enseñar nada, acaso en un momento arar algún barbecho que me pareció olvidado, pero encontré en él y en la
misma labor numerosas y excelentes personas. Para las próximas Espelunciechas ya sabemos que estamos juntos.»
Desde luego que estaremos juntos en las próximas batallas. Nuestro compromiso con una forma noble y solidaria de entender la aventura, el alpinismo, y la defensa del paisaje que nos rodea, en relación con el hombre, es decir con humildad y respeto, tiene que ser constante. Nos va en ello el futuro.

¡¡las excavadoras de aramón, irrumpen en espelunciecha!!

Aramón, la empresa integrada por el Gobierno de Aragón e Ibercaja para desarrollar estaciones de esquí y urbanizaciones en las montañas de Aragón, ha roto los intentos de diálogo que pretendían alcanzar un acuerdo que permitiera el desarrollo socioeconómico de las zonas de montaña y la conservación de esos valiosos paisajes.

A pesar de las numerosas voces, tanto de científicos, montañeros, ecologistas, montañeses, artistas, o simplemente ciudadanos que pedían ese diálogo, el gobierno aragonés e Ibercaja han ido dando largas a esas peticiones formales de encuentro de posturas, para romperlo unilateralmente con la entrada por primera vez en la historia de las máquinas excavadoras en el valle de Espelunciecha (valle de Tena, Portalet), lo que significa el comienzo de las obras de urbanización de este paisaje alpino situado a los pies del Anayet, y hasta el momento virgen de infraestructuras humanas. Para la Plataforma de Defensa de las Montañas de Aragón es el comienzo de un proyecto urbanístico que pretende convertir nuestras montañas, patrimonio natural y cultural de todos, en un producto mercantilista que poder vender para beneficio de unos pocos.

La entrada de las máquinas en Espelunciecha, la ruptura del diálogo con todas las partes, supone un punto de inflexión lo suficientemente grave y urgente como para que la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón adopte una nueva estrategia mucho más contundente. Nueva estrategia que sigue basada en la petición de diálogo —los que no quieren dialogar y frenar su ritmo loco de destrucción de la naturaleza son el gobierno aragonés e Ibercaja— y que va a significar el inicio inmediato de toda una campaña de actuaciones: desde concentraciones o actividades espectaculares, hasta acciones judiciales contra los responsables directos de esta “invasión bárbara”, tan propia de empresas industriales implacables, incapaces de rectificar.

La nueva estrategia de la campaña, bautizada como DM (Diálogo y Moratoria, Defensa de las Montañas), será presentada en una rueda de prensa realizada en el transcurso del primero de esos actos, antes de que la semana finalice, donde se demostrará que los paisajes de montaña valen mucho más que un puñado de billetes.

Debate abierto sobre la defensa del paisaje de montaña

Horarios: 18 horas: Proyección de la Película “Mi último valle”, por Daniel Orte, de Imanat Producciones.

18’30 horas: Mesa redonda “La defensa del paisaje de montaña”. Intervendrán Mariano Polanco (Plataforma para la Defensa de las Montañas), Joan Vázquez (Asociación ecologista IPCENA), un representante del Parque Natural Alt Pirineu y un representante de la Fundació Natura.

Otras actividades:

Conciertos (Ojos de Brujo, Aïsha, Kepa Junkera, Cheick Lô), música tradicional (El Pont de Arcalis, Ronda dels Ferrer, Les Violines), ascensiones de montaña, teatro, bailes tradicionales, expsociones, rutas de naturaleza, rutas en BTT, etc.).

Más información en: www.festivalpyrene.com