La conducta del alcalde de sallent con desnivel

Desnivel preguntó a la DGA por la ampliación de Formigal, y el Director General de Medio Natural, Alberto Contreras, respondió: «El ayuntamiento de Sallent es quien debe otorgar las autorizaciones definitivas para la ampliación».

Posteriormente Desnivel se dirigió al propio alcalde de Sallent de Gállego, José Luis Sánchez Sáez, el pasado 11 de mayo y le hizo seis preguntas: 1. ¿Ha dado el Ayuntamiento de Sallent autorización definitiva al estudio de impacto ambiental? 2. Si la respuesta anterior es afirmativa, ¿cuándo dio autorización al estudio de impacto ambiental? 3. Actualmente, ¿cuántas licencias de obras ha pedido Aramón en relación con la ampliación de Formigal y para qué en concreto? 4. ¿Cuántas se le han concedido y para qué son? 5. ¿Cuántas están en estudio y para que serían? 6. ¿Cuántas se han denegado (si fuera el caso) y para que serían?

La entrada de las máquinas en Espelunciecha 3 días más tarde motivo que Desnivel, y con la voluntad de informar de un modo rápido y veraz sobre los últimos acontecimientos, solicitó a Sallent nuevamente y por escrito «la colaboración y transparencia de las administraciones» con tres cuestiones más:
1) Nos informan de que las máquinas para la ampliación de Formigal han entrado ya. ¿Lo confirman desde el Ayuntamiento de Sallent?
2) Si es así, es de suponer que están bajo su responsabilidad y control: ¿qué máquinas han entrado y para qué obra u obras tienen permisos concedidos?
3) Igualmente, si es así, ¿está todo correctamente legalizado por parte del Ayuntamiento con todas las autorizaciones que le corresponden?

Nueve días después de las primeras preguntas responde a Desnivel José Luis Sánchez Sáez, Alcalde de Sallent de Gállego, quien dijo quería responder él personalmente.

SU CARTA ES ESTA (NO NECESITA COMENTARIOS, SIENDO QUE PROCEDE DE UN ALCALDE ELEGIDO DEMOCRÁTICAMENTE):

«DESNIVEL» o el solipsismo medioambiental triunfante.
Que sólo soy yo, sólo mis ideas, sólo mis emociones, sólo mi percepción de la alta montaña…yo solo…lejos del disfrute grupal del esquí alpino, de las colas y rostros ajenos…yo solo y mi piolet, hincándolo con energía en la costra helada de esta ladera…Yo y mi congoja …contra las estaciones de esquí…Lejos del bullicio de los jóvenes y mayores, familias, grupos, centenares, miles de personas que en domingo suben a un terreno que hasta no hace mucho era mío…y sólo mío y de mi angustia y atracción por el riesgo…».

¿Sería esa la línea editorial de su revista?, dicho con todo respeto.

Conocida es la línea editorial de su revista, y por ello no me sorprende el contenido y orientación que dan en sus editoriales y tribunas, ni por las preguntas que me transmiten sobre las obras en la estación de Esquí de Formigal, cuestión esta que Uds. previamente ya han sancionado, diciendo inexactitudes como la de que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón declaró ilegal la ocupación de la zona de Anayet. Les manifiesto mi más absoluto respeto por su publicación, pero preciso será señalar que el deporte que Uds. promocionan (la escalada pura y dura) tiene, ciertamente, pocos puntos de contacto con el mundo de las estaciones de esquí, que es el que da los medios para subsistir a mi gente, los montañeses de hoy.

Déjeme señalarles que tras repasar su revista del mes de febrero de 2004 en sus 80 primeras páginas, aparecen 88 fotografías con personas, de las cuales 74 fotos sólo tienen una o dos personas fotografiadas; con más de cinco personas sólo hay 6 fotos de las 88, de las cuales sólo una tiene más de 10 personas y es una vista lejanísima de una pista de fondo. La escalada pura y dura es un deporte extremadamente individual, que choca en sus sueños y deseos con esta otra forma de estar en la montaña, como es la del esquí alpino, para la que exijo, no más, pero sí el mismo respeto que para las prácticas que Uds. promocionan.

Soy el Alcalde de Sallent de Gállego, y con tal representación echo en falta la proporcional preocupación por los medios de vida de los montañeses de hoy, del siglo XXI, echo en falta que la bucólica manifestación del amor a nuestra tierra, a nuestra montaña y a «La Espelunciecha», se acompañe, la mayor parte de las veces, desde su revista y por sus colaboradores, de un componente utópico fundamental, como es el suponer que la población de estas montañas, en invierno, sin el esquí, dispondríamos de la más mínima posibilidad de supervivencia o dicho de otra forma, que la contemplación de la perdiz nival nos daría alimento a nuestra alma y… también al cuerpo.

Aquí arriba (otra cosa es para el espectador ilustrado de nuestra montaña que dispone, sin duda, de otras fuentes de renta de origen urbano y generadas por una forma de vida urbana) supervivir exige una u otra forma de colonización, como siempre se ha hecho. No hay alternativa al esquí. Otra cuestión es el grado y el modo de las intervenciones, para lo que toda colaboración es poca. Si hay un impacto medioambiental de origen urbano en la montaña, causado por su demanda del esquí, hablemos de él…pero poseídos por una visión global de la presencia de nuestra especie en este medio y en el medio urbano. Y habrá que hablar del impacto medioambiental…en la propia urbe.

No deseo alargarme y dicho esto, reitero mi respeto absoluto a quien no opina sobre la montaña como la mayoría de los montañeses de hoy, ni como la inmensa mayoría de los que suben a disfrutar de nuestra montaña en invierno, con los esquís, con su familia, a entrar en contacto con la esplendorosa belleza de nuestros lugares, disfrutar del ejercicio físico y del paisaje nevado, recibido como un regalo también por esos usuarios de la montaña invernal …

Tal vez no sea la quietud de «La Espelunciecha» la que presidirá nuestro bellísimo rincón en el futuro, ni podrá ser lugar para desenvolverse en melancólicas emociones de aquellos que toman la montaña como un individualizado altar….Es bien cierto, porque desde ahora «La Espelunciecha» va a colaborar en la supervivencia de…los montañeses. Y para bien. Bien, como puede ser la alegría colectiva visionada en los rostros de sus visitantes tras el reiterado y procesional esfuerzo manifiesto en la subida semanal, para dejarse llevar, cuesta abajo, contra el viento; entre los brillos solares y también los ocasionales y profundos silencios blancos; entre las mil cimas ya conocidas, reiteradamente saludadas y queridas. Bien, que sin duda, genera la ocupación y el empleo del que disfrutamos… gracias a «La Espelunciecha».

Sería bueno, que en las páginas de su revista, y con espacios proporcionales, se abriera paso al reconocimiento del disfrute de la naturaleza practicando el esquí alpino y como sostén gráfico de nuestro afán podríamos proporcionar una foto de los patios de nuestras escuelas, en las que en un pueblo como Sallent podemos contar hasta 107 niños menores de 13 años ¡ciento siete!, en el Pirineo… y sobre ellos podríamos imaginar sobrevolando un quebrantahuesos que, sin duda, estará sorprendido por la parte de fauna que representamos en un territorio tan terriblemente despoblado como es el Pirineo Aragonés. A buen seguro que para el quebrantahuesos el Valle de Tena no deja de ser un magnífico espectáculo, pues se sentirá acompañado dentro de este inmenso territorio de soledades.

José Luis Sánchez Sáez. Alcalde de Sallent de Gállego

P.D.: Tras publicar en idénticas condiciones mi carta, a las de otras editoriales y colaboraciones, atenderé gustosamente sus preguntas.

PERO DESNIVEL HA QUERIDO PUBLICAR SU CARTA Y CONTESTARLE CON ESTA OTRA QUE ES EL EDITORIAL DEL MES DE JUNIO:
Turno de réplica
Y a continuación, la réplica escrita por Desnivel a la carta del señor Sánchez Sáez, Alcalde de Sallent de Gállego:

La línea de Desnivel
Estábamos a punto de cerrar esta edición con un par de días de retraso, cuando llegó la respuesta del Alcalde de Sallent de Gállego (ver Tribuna) a un cuestionario, casi todo sobre la adjudicación de licencias, que le enviamos para poder informar sobre las obras de ampliación de Formigal. Lejos de ceñirse a responder, centra su contestación en comentar la línea de esta revista y nuestra incomprensión. Lean primero su Tribuna y después esta réplica. 1. Desnivel no está en contra del esquí alpino como deporte, ni de las estaciones existentes como «generadoras de ingresos» para el montañés y para el inversionista. Desnivel teme la puesta en práctica del creciente número de proyectos de ampliación y nuevas estaciones, y las infraestructuras de ladrillo y hormigón que las acompañan. Desnivel apuesta por la optimización real de las estaciones de esquí actuales. En el caso de Formigal, creemos que en lugar de prolongar los planes de mejora hasta 2008, según información publicada sobre Aramón, esta empresa (Ibercaja y Gobierno de Aragón) debería acortarlos no desviando recursos a ampliar el dominio esquiable restando calidad al paisaje del alto valle de Tena. Creemos que el Ministerio de Medio Ambiente debe intervenir -tal como demandan (ver Ecología) las diversas plataformas creadas en defensa de la montaña-, antes de que se llegue en las montañas a una situación semejante a la de las costas debido a la aparición tardía de la ley. 2. Dado que el valle de Tena es el segundo más rico del Pirineo Aragonés, Desnivel cree (si es que eso es permitido a los montañeros de ciudad) que la expansión de Formigal por Espelunciecha no queda justificada por la necesidad de «supervivencia de… los montañeses» a la que apela el señor Alcalde, y como una vez más alegan los contrarios a la moratoria propuesta por la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón. Es, además de un nuevo ejercicio de inversión industrial en cemento y ladrillo, un modelo de consumo que, consideramos, ha alcanzado y sobrepasado su límite deseable (si la alta montaña fuera el Amazonas, ¿quién lo continuaría talando y quemando?). Esta decisión contribuye a alimentar la psicosis de necesitar otras ampliaciones y nuevas estaciones de esquí en otros valles que, como se esfuerzan en explicar ecologistas y científicos, lo que hacen seguro es destruir el paisaje y afectar notablemente al ecosistema de alta montaña. La realidad es que empresarios y políticos en el poder no están compartiendo un modelo de desarrollo que se pueda definir como sostenible por parte de las asociaciones y personalidades conservacionistas, desde la Cordillera Cantábrica al Pirineo pasando por Sierra Nevada. 3. La línea editorial de Desnivel resulta bien conocida: en el plano deportivo-turístico la alta montaña es de todos y para todos los que se la ganen con esfuerzo y respeto, sin dejar huella de su paso, ni destruir el paisaje natural. Quien sienta temor o tenga lagunas técnicas o físicas (como puede ser nuestra misma situación) puede formarse o contratar los servicios de de guías de montaña como los que trabajan desde hace muchos años en Aragón, en España. En el caso concreto de Espelunciecha, no se trata de un valle que atraiga por el riesgo, sino que resulta próximo y accesible para una mayoría, el lugar donde los aragoneses llevan a los niños a hacer una de sus primeras excursiones a la alta montaña virgen. Por ello posee un trasfondo cultural que entronca con uno de los mejores momentos de la Educación en España, el Regeneracionismo y la Ilustración Libre de Enseñanza. Creemos que ése el desarrollo sostenible para Espelunciecha y para el Pirineo que todavía no está afectado por las estaciones de esquí, con lo positivo y negativo que esta afección produzca. Creemos que ése es el enfoque correcto de la alta montaña hoy día. No tenemos criterio ni pretendemos hablar por los montañeses, pero creemos que una interpretación correcta del término desarrollo sostenible (el que no merma los recursos existentes ni en cantidad ni en calidad) es lo adecuado para montañeses y turistas (incluidos los montañeros). 4. La línea editorial de Desnivel no es 3solipsismo2 nuestro sino un esfuerzo por asumir e interpretar correctamente las conclusiones de diversas asociaciones españolas e internacionales. Entre éstas destacaremos la declaración de la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo de 1982, o las consideraciones elaboradas por la ONU para 2002, Año Internacional de las Montañas y también del Ecoturismo. Entre las españolas, recordamos el artículo de los Estatutos de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada, que debería ser aplicado por las federaciones autonómicas: «defender la montaña de las alteraciones de su estado natural». La FEDME, pues, marcó un criterio al que nos unimos solicitando a los demás idéntico esfuerzo por cumplirlo y hacerlo cumplir. 5. Desnivel lamenta que el señor Alcalde de Sallent de Gállego haya perdido su tiempo contando las personas que salen en las fotos de nuestra revista, en lugar de respondiendo a nuestras preguntas sobre las licencias de obra que habría otorgado el Ayuntamiento (las preguntas permanecen en desnivel.com). Preguntas planteadas con el fin de informar de una manera rápida y veraz, al recoger información enviada directamente por la Alcaldía, sobre unos hechos que estaban ocurriendo. Nuestro derecho a la información (el del ciudadano) está recogido en la Constitución gracias a nuestra democracia, y resulta insólito que su alcaldía, democráticamente elegida, lo dificulte con imposiciones arbitrarias. Señor Alcalde, usted decidirá si quiere contestar a las preguntas planteadas, pero su respuesta -o su ausencia de respuesta y lo que esto signifique- es lo que nos ha enviado y hemos reproducido. Ahora, todos quedamos al juicio de montañeros y no montañeros, de montañeses y no montañeses, de aragoneses y no aragoneses.

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