Organizaciones ecologistas, entidades internacionales y amantes de la montaña formarán una columna humana en el Pirineo aragonés y francés para exigir diálogo y denunciar las agresiones de las empresas urbanísticas en la montaña.
Xavier Aldekoa (03/07/2004)
«Prohibido el paso, Perímetro de obra». Así reza un cartel situado a la entrada de lo que hace tan sólo unas semanas era uno de las zonas más vírgenes del Pirineo Aragonés, el valle de Espelunciecha. El mismo lugar dónde ahora gigantescas máquinas excavadoras remueven la tierra que albergará la ampliación de la vecina estación de esquí del Formigal. La Plataforma en Defensa de las montañas de Aragón, con el apoyo de varias organizaciones ecologistas, ha convocado una marcha internacional del 4 al 11 de julio para denunciar el «constante deterioro ambiental» que genera la proliferación de estaciones de esquí y que, además, conlleva la construcción de grandes urbanizaciones a su alrededor. Pese a que no es contraria a las nuevas formas de desarrollo económico rural, la travesía internacional reclama diálogo entre todos los sectores implicados para minimizar el impacto ecológico y alerta de la vulnerabilidad de una economía basada en el «monocultivo del esquí».
La llegada del «boom urbanístico» a la montaña ha puesto en alerta a organizaciones ecologistas y amantes de la montaña que ven como la administración permite la conversión de zonas montañosas en suelo urbanizable sin una planificación adecuada que ocasione el menor impacto posible en la naturaleza. «Alternativa blanca» es el manifiesto presentado por estas entidades para exigir un diálogo «social, amplio y sereno» que permita analizar con profundidad el impacto del esquí y cuáles son las posibles alternativas para lograr un progreso eficaz y ecológico.
Según Juan Carlos Cirera, miembro de la organización internacional SEO/Birdlife, el objetivo de las iniciativas es exigir un «replantemiento» del modelo constructivo y enmarcarlo en un proceso planificado. En el caso concreto de Espelunciecha, Cirera denuncia la «ausencia de diálogo» de la empresa responsable Aramón, propiedad de Ibercaja y el Gobierno de Aragón, y el impacto real que las obras provocarán en el hábitat de decenas de especies. Aunque se trata de un ejemplo entre muchos otros, para Cirera en esta ocasión se trata de un caso «especialmente grave» al tratarse de una zona colindante con el parque natural de los Pirineos Franceses. La diferente legislación entre países ha provocado que no se tenga en cuenta el impacto que tendrán estas obras en el parque natural situado a pocos kilómetros al norte del valle.
Por este motivo, la travesía internacional pide una moratoria de las obras y que en el futuro no se reproduzcan formas de actuación similares. La marcha internacional forma parte de la campaña de acción «DM» (siglas de Diálogo y Moratoria y Defensa de las Montañas) y cuenta con el apoyo de entidades ecologistas, las secciones medioambientales de CC.OO., asociaciones culturales y naturalistas y federaciones de montaña. Además de las organizaciones internacionales Mountain Wilderness o Birdlife International, destaca la participación de clubs de montaña de todo el mundo y el apoyo recibido por Reinhold Messner (considerado el mejor alpinista de todos los tiempos).
El negocio del ladrillo detrás de la polémica
Pese a que el daño en Espelunciecha «ya está hecho», José Luis Martínez, miembro de la Plataforma organizadora de la travesía, señala que aún hay mucho que hacer para evitar que se repitan formas de actuar similares. «En este caso, se ha trabajado aceleradamente para que no haya marcha atrás y el resultado es un proyecto irresponsable que, por ejemplo, ha proyectado un párking para más de 2.000 vehículos, lo que es una total barbaridad». Martínez señala como culpable a la empresa Aramón que promueve también la ampliación de las estaciones de esquí de Panticosa, Cerler, Javalambre y Valdelinares y la «inevitable» construcción de grandes urbanizaciones. Para Cirera, el interés de las empresas constructoras está detrás del «afán constructivo» que amenaza los Pirineos. «Creemos que el negocio del ladrillo está detrás de toda esta polémica», asegura.
La travesía internacional se inicia el domingo día 4 y finaliza el próximo día 11 con la ascensión al Pico Anayet (2.545 m). El acto está abierto a todo aquél que quiera participar tanto en su totalidad como en alguno de los tramos. Paralelamente, se ha puesto en marcha una iniciativa para recoger firmas de apoyo a través del correo electrónico y enviar cartas a los responsables de medio ambiente de las Comunidades Autónomas. Los interesados deben enviar su nombre y DNI a montanaviva@wanadoo.es.
Más información;
Plataforma en Defensa de les Muntanyes
Canal Solidario-OneWorld 2004