Visto para sentencia el juicio por la demanda de vecinos de cerler contra aramón

HERALDO DE ARAGON

Aramón sostiene que los suelos que prometió en Cerler no eran un pago

El juicio civil que se sigue en el Juzgado de Boltaña por la demanda presentada contra Aramón por los antiguos propietarios de los suelos en los que se asienta la urbanización de Cerler quedó ayer visto para sentencia tras una vista oral en la que las partes enfrentadas dieron una versión de los hechos llamativamente distinta. Como era de esperar, el grupo aragonés de la nieve sostuvo que no procede atender la solicitud de los demandantes de que se den por resueltos los contratos firmados hace 40 años entre los anteriores dueños de las parcelas y la estación de esquí.

Si el juez estima esa petición de los vecinos de Cerler, Aramón tendría que devolver a sus ex propietarios unas 32 hectáreas de terreno valoradas en más de 84 millones de euros. Además, la empresa participada al 50% por la DGA e Ibercaja no podría ingresar los 140 millones que espera obtener por la venta de los suelos que posee en la urbanización, suelos que constituyen su única fuente de ingresos a corto plazo.

Prácticamente puede decirse que en lo único que están de acuerdo los demandantes y Montañas de Aragón es en que en 1967 los antiguos dueños de los suelos de Cerler firmaron sendas escrituras públicas de compraventa con Telesquís del Pirineo S. A. por las que traspasaban la propiedad de sus parcelas a cambio de un pago en metálico. Las partes también admiten que a continuación se firmaron otros tantos contratos privados por los que la sociedad que luegó pasó a denominarse Fomento y Desarrollo del Valle de Benasque se comprometía, sin dar plazos, a entregar a cada propietario una superficie equivalente al 10% del terreno que entregaba, pero ya urbanizado -y por tanto revalorizado-.

A partir de ahí, cada parte hace una interpretación totalmente distinta. Los demandantes consideran que lo que se acordó fue un sistema de pago mixto en el que la contraprestación en especie tuvo más peso que la dineraria. Por esta razón, sus abogados, Javier Ballarín y Fernando Rivarés, consideran que aquella operación fue «un negocio jurídico mixto de permuta» en el que se cambiaba un bien presente -los suelos rústicos de los vecinos- por otro futuro -las parcelas ya urbanizadas-.

Este planteamiento fue refrendado por los testigos presentados ayer por los antiguos propietarios, que declararon que el precio que se les pagó en metálico fue «muy bajo» y que lo aceptaron porque Telesquís del Pirineo también se comprometía a proporcionarles suelos urbanizados.

Siempre según los demandantes, cuatro décadas después ese compromiso adquirido por la estación de esquí todavía no se ha cumplido, a pesar de que los anteriores dueños lo han reclamado una y otra vez durante años -uno de los testigos dijo que empezó a pedirlo en 1979-. Por ese motivo, sus abogados han solicitado al juez titular de Boltaña que declare que los documentos firmados en 1967 fueron negocios jurídicos mixtos de permuta, que dé por resueltos esos contratos por incumplimiento y que obligue a Aramón a devolver los suelos.

Por el contrario, el grupo aragonés de la nieve considera que la operación por la que la estación se hizo con los suelos no fue una permuta, sino una compraventa pura que quedó totalmente cerrada en el momento de la firma. Según su abogado, Luis Biendicho, el contrato privado que se redactó a continuación no fue un pago complementario en especie, sino un reconocimiento voluntario a la buena voluntad de los vecinos.

En su declaración como testigo de Aramón, el director de la estación, Gabriel Mur, también calificó ese compromiso de entregar un total de 23.522 metros cuadrados ya urbanizados como un «agradecimiento» por el «buen hacer» de los anteriores propietarios. Por su parte, su antecesor en el cargo entre los años 1978 y 1982, José María Mata, no dudó en afirmar que la entrega de esos terrenos a los antiguos dueños de Cerler es más «un regalo» que «un derecho». El grupo de la nieve llegó a equipararla a los `forfaits´ gratuitos que la estación regala a los vecinos.

A partir de ahí, el abogado de la empresa demanda recuerda que los contratos solo pueden resolverse si se da la condición de que haya reciprocidad, es decir, que las dos partes aporten algo. Siempre según este razonamiento, si lo que hubo hace 40 años fue una compraventa pura independiente de la entrega de suelos, los contratos privados suscritos a continuación no cumplen ese requisito, ya que en ellos los propietarios de los terrenos no aportan nada.

Aramón admite que podría ser procedente pedirle que cumpla los contratos privados, pero rechaza que se puedan resolver las escrituras públicas de compraventa y, por tanto, pide al juez que rechace la totalidad de la demanda.

EL PERIODICO DE ARAGON

Cerler solo ha saldado sus deudas con tres de los 18 dueños de sus terrenos

Fomento y Desarrollo del Valle de Benasque, la empresa de la estación de Cerler –integrada hoy en el hólding semipúblico Aramón–, solo ha saldado sus deudas con tres de los 18 propietarios de los suelos urbanizables del complejo, que vendieron sus prados en 1967. Los otros quince reclamaron ayer en el Juzgado de Boltaña la anulación de los contratos, al considerar que no se han cumplido, y la consiguiente recuperación de los terrenos.

Los contratos de venta incluían dos pagos: de 9 a 11 pesetas por metro cuadrado de prado –que podrían seguir trabajando hasta su ocupación– más un 10% de la superficie entregada, que les sería devuelta una vez urbanizada. Esa porción solo ha sido traspasada a tres familias, cuyas escrituras señalan que con la entrega de las parcelas se da por cumplidos los contratos de 1967.

El resto la han reclamado, a lo largo de 40 años, en las juntas de accionistas y a los consejos de administración. De hecho, Cerler llegó a sortear las parcelas de La Solaneta en julio del 90 para entregarlas y un año más tarde inició el proceso de segregación. Sin embargo, el traspaso nunca se efectuó. El exdirector de la estación José Mata, sostuvo que, si no se materializó, fue porque la estación tenía otras prioridades –aunque fueron enajenadas dos fincas de esa zona por más de 650.000 euros cada una en 1999–. Y el abogado de la empresa, Guillermo Bendicho, aseguró que la estación «es consciente de que existe un compromiso y ha dado pasos para ejecutarlo». No obstante, añadió un matiz: en su opinión los suelos son de la sociedad y la deuda es en realidad una especie de premio –nunca concretado– que la firma decidió dar a los antiguos propietarios por su contribución al proyecto. Y también aportó algunos datos, como que los suelos en litigio –32 hectáreas– tenían en 1967 un valor de 18.229,73 euros que hoy se eleva a 84.337.433,32.

Para los demandantes, «cuarenta años es simplemente demasiado tiempo», concluyó uno de sus abogados, Javier Ballarín. El letrado hizo hincapié en que la estación ha efectuado «repetidos actos de reconocimiento del derecho» a la entrega de las tierras, como el sorteo y la segregación, y anotó que la transmisión del 10% del terreno una vez urbanizado constituye una parte del precio; impagada, en este caso. «Es evidente que los terrenos tienen un gran valor, pero eso no afecta a la demanda», añadió.

Poco antes, Bendicho le había preguntado al alcalde de Benasque, José Ignacio Abadías, si «es usted consciente de que de prosperar esta demanda quince familias de Cerler podrían obtener propiedades por valor de 85 millones». «Esa no es mi guerra», respondió el edil.

Bendicho, por su parte, indicó que «nunca ha habido una reclamación en forma para la devolución de los terrenos», aunque añadió que la promotora de la estación «ha señalado siempre su disposición» a efectuar la entrega del 10% de la superficie. En su opinión, los terrenos son propiedad de Cerler, por lo que sostuvo que los demandantes únicamente pueden reclamar la transferencia de las porciones pendientes, pero en ningún caso les reconoce base jurídica para la resolución de los contratos y el retorno de todos los terrenos a sus propietarios iniciales.

Aramón ha vendido esos terrenos –y alguno más– por 120 millones de euros, aunque la operación no está completamente cerrada al no poder inscribirla los compradores en el Registro de la Propiedad mientras no se dirima el litigio que debe decidir quién es el dueño de las fincas.

DIARIO DEL ALTOARAGON

Visto para sentencia el juicio por la demanda de vecinos de Cerler contra Aramón

El juicio que enfrenta a los antiguos propietarios de los terrenos de la estación de esquí de Cerler y al holding aragonés de la nieve, Aramón, quedó ayer visto para sentencia tras una intensa jornada. El juez de primera instancia de Boltaña deberá ahora estudiar toda la documentación presentada el pasado mes de septiembre, analizar las declaraciones realizadas ayer por los ocho testigos que comparecieron en el juicio y repasar las conclusiones finales de los abogados de ambas partes, antes de emitir un veredicto que, en cualquier caso, podría ser recurrido.

Como consecuencia de la demanda interpuesta por los antiguos propietarios el pasado mes de enero en el Juzgado de Boltaña contra Fomento y Desarrollo del Valle de Benasque -sociedad encargada de gestionar la estación de Cerler-, ayer se celebró el juicio en el juzgado sobrarbense, que se prolongó durante más de seis horas y en el que tan sólo se hizo una pausa de cinco minutos.

A tenor de las declaraciones tras la sesión, ambas partes se mostraban satisfechas, si bien diferían en el tiempo en que puede demorarse el veredicto. Fuentes de Aramón comentaron que “se trata de un asunto de naturaleza jurídica complicada y calculamos que el juez podría tardar entre dos y tres meses”, mientras que uno de los demandantes pensaba que el veredicto tardaría un mes, si bien reconocía que este asunto “tal vez es el más complejo que se tramita en este juzgado”.

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