El Planeamiento Urbanístico del pueblo de Fraxen (Entidad Local Menor de Torla) quedó paralizado hace cinco años por los fallos que se apreciaron en su concepción. Ante el punto muerto en el que quedó esta situación, durante la primavera pasada, la Asamblea Vecinal de Fraxen instó al alcalde a reactivarlo, con el fin de racionalizar y abordar democráticamente el futuro desarrollo urbano de nuestro pueblo. Un futuro en el que deseábamos imperara el sentido común frente a los continuos rumores sobre proyectos especulativos irracionales que se cernían sobre Fraxen. A pesar de ello el Planeamiento Urbanístico sigue en vía muerta.
Mediante convocatoria de Sesión Ordinaria del Pleno del Ayuntamiento de Torla, prevista para el día 11 de enero de 2005, se tiene conocimiento de que en uno de los temas del Orden del Día se solicita la recalificación de una finca rústica próxima al pueblo para la construcción de una urbanización de 10 chalets y 8 apartamentos (dos bloques) por parte de AFER PIRINEOS, S.L. Dos días antes de este Pleno se celebra en Fraxen una Asamblea Vecinal en la que, ante el asombro por no haber sido consultados en este asunto vital para el pueblo, se debate la situación con la asistencia masiva de los vecinos del lugar. El acuerdo, que se toma por mayoría absoluta en esta reunión, es el de hacer saber al Ayuntamiento de Torla la voluntad de la Asamblea; esta no es otra que solicitar una moratoria en la concesión de recalificaciones puntuales hasta que no esté finalizado el Plan General Urbano de Fraxen.
El Pleno del Ayuntamiento de Torla, en una actuación sin precedentes, desoye a los habitantes de Fraxen; con los 4 votos del PP, los 2 del PSOE y el voto en contra del concejal de CHA se da el visto bueno a esta recalificación que constituye la caída de la primera ficha de dominó de la especulación y el urbanismo irracional, lejos del control efectivo de los vecinos.
Desde CHA, y con el apoyo mayoritario de los vecinos de Fraxen, queremos manifestar que no estamos en contra del crecimiento del pueblo, pero que lo queremos hacer de forma ordenada, equitativa y democrática; que sean todos los vecinos de Fraxen quienes propongan el Planeamiento Urbanístico que regule las nuevas construcciones y las supedite a la capacidad del núcleo en cuanto a posibilidades reales de abastecimiento de agua y depuración de sus residuos. Nuestro pueblo tiene unos treinta habitantes y grandes problemas con el suministro de agua (lo que obliga a bombearla desde la fuente, aunque a día de hoy todavía sufrimos cortes frecuentes en el abastecimiento). Las instalaciones ganaderas, así como la adaptación de viviendas y bordas al Turismo Rural, hacen que las necesidades de agua del pueblo vayan más allá de las de sus treinta habitantes escasos. Esta situación contrasta con la falta de contadores que regulen su consumo y de informes farmacéuticos que avalen su potabilidad. Es llamativo el afán del Ayuntamiento de Torla por permitir duplicar (en principio) el tamaño del núcleo urbano desentendiéndose de los problemas derivados del suministro de aguas y vertidos (cloaca directa al río Sorrosal).
Todavía no contamos con una sola papelera; no tenemos servicio de limpieza de calles, nadie que cuelgue los avisos y servicios que presta nuestro Ayuntamiento o Comarca en un tablón de anuncios inexistente; los pocos contenedores que tenemos (3) están generalmente a rebosar durante los días siguientes a cualquier fin de semana y su suciedad se esparce por los campos de alrededor. Las pocas obras de acondicionamiento de caminos o arreglos generales se hacen mediante el trabajo “a jornal”, del que estamos orgullosos, aunque a veces éste sea insuficiente.
Cuando muchos de nuestros vecinos de Torla, Linás o Víu nos comentan asustados lo que oyen sobre el futuro de Fraxen no podemos más que darles la razón, compartir su preocupación por lo que se nos viene encima. No queremos que las constructoras se hagan las dueñas del lugar, no queremos que nuestro Ayuntamiento mire para otro lado, no queremos asestar la puntilla a nuestros ríos y a nuestras formas tradicionales de vida, no podemos faltar al respeto a las generaciones que nos han precedido consiguiendo con su trabajo una armonía entre Hombre y Naturaleza que provoca la envidia y la admiración en todos aquellos que nos visitan. No queremos morir atenazados por los bloques de hormigón (aunque vayan forrados de piedra). Queremos que el pueblo se abra al futuro priorizando obras que asienten población, recuperando casas y patrimonios perdidos. Queremos escuchar las risas de los niños que hace mucho que no oímos en el pueblo, servicios públicos que no tenemos, conservar vivos nuestros ríos. Deseamos poner un freno a la especulación urbanística y salvaje que poco a poco se apodera de los últimos lugares vírgenes, devorando sus tierras, reduciendo su cultura a cenizas.
Si permitimos ahora este proyecto ¿quién va a tener la fuerza moral para decir que no a los que luego vendrán? Si esto es la muestra de lo que viene, pronto veremos a Fraxen como una sombra de lo que fue: un lugar de treinta habitantes con una población flotante en torno a cuatrocientas o seiscientas personas. Se habrá perdido para siempre aquel lugar que un día logro atraer miradas, cautivar, enamorar y hacer soñar a generaciones de montañeses.
Fraxen es un núcleo singular en muchos aspectos:
• Está afectado por varios LICs (Lugares de Interés Comunitario) entre ellos el del Puerto de Otal – Cotefablo y el del río Ara.
• Es ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) y área de influencia del P.N de Ordesa y Monte Perdido.
• Es un ecosistema equilibrado donde se practica la ganadería de Montaña y el Turismo Rural de calidad. Esto le hizo ser escogido junto a otros tres de Europa (dos en un cantón de los Alpes y el tercero en las Higlands escocesas) como punto de experimentación y estudio de los ecosistemas agro-ganaderos de Alta Montaña.
• Es un lugar con orígenes enclavados en la época romana tardía (todavía visibles en su configuración urbana ), circundado por un pequeña sierra de origen glaciar, con unas bordas y sus eras. Estas eras y bordas están protegidas en la actualidad, aunque ahora dicha protección ha quedado sin valor y las eras a merced de la voluntad de las constructoras.
Desde CHA pedimos la moratoria de las recalificaciones puntuales y clamamos por un Planeamiento Urbano racional y consensuado por los vecinos. Por un futuro sostenible, por la revitalización de nuestros pueblos y la supervivencia de nuestros ríos.
Queremos pueblos vivos y no urbanizaciones camufladas en ampliaciones del casco urbano que sólo generan población de fin de semana.