Vuelve el cuento de la lechera de la unión de estaciones. Con la gran idea de fuerza de crear (atención redoble) ¡la octava superficie esquiable del mundo! Eso, de por sí, se supone que va a traer la abundancia al territorio. El país de la piruleta.
Pero nos quedan muchas dudas, y cada vez a más gente. ¿Crear una superficie esquiable es la misma cosa que unir estaciones con teleféricos y carreteras? ¿Con una estación más grande el asunto de la gestión de las estaciones dejará de ser la ruina caracolera?¿El público para esa super-estación aparecerá de la nada? ¿Vendrán de otros países a buscar suerte con la nieve del Pirineo? ¿Los traerá Pyrenair en puente aéreo? ¿Cuánto bajará el sueldo Aramón a los empleados de Astún y Candanchú a modo de bienvenida –ven aquí, majete-?
En realidad parece que no hemos tenido bastante con lo vivido en estos últimos años. Y es verdad, no hemos tenido bastante, porque de hecho hemos estado mirando cómo pasaban millonadas obscenas. Venían… ¡Hop! Pelotazo, y adiós. ¡Han crecido las urbanizaciones como colonias en Cisjordania! ¿Y para qué? ¿Qué nos queda hoy? ¡Una crisis y un desbarajuste territorial como la copa de un pino! Pufos por doquier, paro, precariedad y humillaciones en el trabajo. Y las administraciones locales sin un euro, empeñadas en reiniciar la maquinita de la crisis; como si no supieran hacer otra cosa.
Pues no. Sencillamente no. No nos engañan los palabros de master en universidad privada. El Pirineo Aragonés no solo vive del esquí. No queremos que se pongan todos los huevos en la cesta del invierno. No nos gusta ver cómo Aramón tiene prácticas monopolísticas y se desarrolla a costa de otros negocios. Y creemos que es un gravísimo error y de consecuencias fatales desproteger nuestro patrimonio natural y servirlo en bandeja de plata. Esta penosa huida hacia delante supone arriesgar casi todo para dar un poquito de aire a unas estaciones de esquí desbocadas, acostumbradas al dinero gratis de la administración.
En la asociación Aqueras Montañas pensamos que es una irresponsabilidad boicotear el Catálogo de Lugares de Interés Geológico y no proseguir con el PORN Anayet-Partacua.
Por esto y por aquello, pero sobre todo porque creemos que un medio natural rico y protegido es motor de desarrollo. Estamos convencidas de que las estaciones de esquí deben apostar por la calidad. La calidad en el trato, la calidad en servicios –no en el papel, si no en el día a día- y, sobre todo, la calidad ambiental. ¿Cómo hacer competitivas las estaciones de esquí? Dándole la vuelta a todo: promoviendo figuras de protección de la naturaleza del más alto nivel en su entorno inmediato: un Parque Natural Anayet-Partacua, elevado a la categoría de Parque Nacional, unido al Parc National des Pyrénées. ¿Estaciones adosadas a un Parque Internacional? Sí. Temporada de invierno con reclamo de excepción en calidad; temporada de verano reforzada -no maltrecha-; turismo des-estacionalizado y oportunidades de negocio para la gente del entorno.
Asociación Aqueras Montañas