Turismo de nieve… y sol

Aramón (Grupo Montañas de Aragón) presentó por primera vez este año su oferta de esquí en Madrid. Toda una declaración de intenciones del que es el primer grupo empresarial español de turismo de nieve y montaña. Hasta ahora siempre dio el pistoletazo de salida a su temporada en Zaragoza. «Pero es que más del 70% de nuestros visitantes son de fuera de Aragón. La mayoría llegan de Madrid, y algunos incluso desde el extranjero», justificó Francisco Bono, presidente del grupo, participado al 50% por el Gobierno de Aragón e Ibercaja.

Han invertido 150 millones de euros en seis años para actualizar las pistas

Ahora buscan atraer a esquiadores extranjeros en busca del buen tiempo

El presidente saca pecho cuando habla de sus montañas nevadas. Bajo su gestión tiene las estaciones pirenaicas de Cerler, en el valle de Benasque; Formigal y Panticosa, en el valle de Tena, y las pistas de Javalambre y Valdelinares, en el Sistema Ibérico turolense. No son los Alpes, pero para Bono ni falta que hace. «Aspiramos a todo, porque no tenemos ningún complejo de inferioridad», defiende.

Cuando el proyecto de Aramón comenzó, nadie se atrevía a esperar demasiado. Al fin y al cabo, nació porque había varias estaciones aisladas que se habían quedado fuera de mercado, con instalaciones muy obsoletas. Seis años y 150 millones de inversión más tarde, según Bono, ahora tienen «instalaciones equiparables a cualquier estación europea». Si las pistas se miran por separado, no son precisamente gigantes. Valdelinares cuenta con sólo nueve kilómetros esquiables. Formigal, la mayor de todo el grupo, 137 kilómetros, frente a los 193 kilómetros de Grandvalira, en Andorra, o los 650 kilómetros de Trois Vallées, en Francia. Pero en conjunto, el caso es que suman la mayor superficie esquiable de España, con el 20% del total español bajo sus manos.

«Vimos claro que el único camino para rentabilizarlas era la inversión», cuenta Bono. Para esta temporada han gastado 20 millones, un 35% más que un año antes. «En el turismo de esquí nos hemos sabido mantener mucho más al día que en el turismo de sol y playa», presume. Ellos dicen haber sido capaces de profesionalizar sus plantillas, mejorar el servicio de asistencia sanitaria, renovar los remontes, instalar sistema de nieve artificial, renovar hoteles y cafeterías… Y este año estrenan en Javalambre cinco kilómetros esquiables y el snowpark más grande de España en Cerler.

«Así es como se captan clientes», explica Bono. ¿Incluso en plena crisis? «La crisis aprieta, eso es innegable. Y pensamos que algo nos afectará. Pero el año pasado ya dijimos que no esperábamos un impacto importante. Y al final ganamos en esquiadores, en ingresos e incluso equiparamos el gasto medio por esquiador. Se notó algo en lo accesorio, como hostelería, pero en conjunto no. Este año la crisis es más profunda, pero pensamos en equiparar e incluso en incrementar un 2% los ingresos», asegura. De beneficios, dice un portavoz, prefieren no hablar. «Estamos en pleno proceso inversor a largo plazo. Hablar de beneficios ahora no tiene sentido», se excusan. Sí informan sobre su deuda: 65 millones, al tiempo que subrayan que por primera vez su EBITDA es positivo, con 12,5 millones.

Rentabilidad y visión empresarial. Ésa es la máxima de Aramón, lo que ha hecho que reciba críticas de grupos de aficionados a la montaña o defensores del medioambiente. «Teniendo en cuenta que nuestros accionistas son el Gobierno de Aragón e Ibercaja, nuestro principal objetivo es conseguir el desarrollo del territorio. Pero nuestro otro objetivo, igual de importante, es que se haga con criterios económicos», se defiende. De cada 100 euros que gasta un esquiador cuando visita Aramón, 80 van a parar a otros beneficiarios. Desde restaurantes y gasolineras hasta dueños de apartamentos. «Nosotros buscamos el desarrollo de la zona, pero sin que le cueste nada al erario público. Críticas a los empresarios que nos rodean no nos llegan», dice. Según Aramón, gracias a la presencia de sus estaciones de esquí se crean 800 empleos directos (500 de ellos, temporales) y otros 13.000 indirectos. «Esos contratos que arrastra el esquí en Aragón son vitales para una tierra que se estaba quedando despoblada. Hay pueblos donde el colegio tenía 20 niños hace 10 años y hoy matriculan a 120. Eso es lo que los accionistas nos pidieron a los gestores, y creo que lo estamos logrando», explica Bono.

Los objetivos ahora son dos. El primero, conseguir que los esquiadores no salgan a buscar lejos lo que tienen tan cerca. Para eso, Aramón cuenta con dos armas poderosas: por una parte, las estaciones de Teruel, pequeñas, pero ideales para pasar el día y para que aquellos que ahora no se pueden permitir una semana blanca se den el gusto de una jornada; también apuesta por más ampliaciones: en Cerler preparan una que convertirá las pistas en las más grandes de España. «Ampliaremos hacia Castanesa, por cuestiones técnicas. Será una estación sostenible, y el diseño del complejo principal se lo hemos encargado a Norman Foster», adelanta Bono. Sobre una posible unión con Astún [estación de gestión privada del Valle de Aragón], queda descartada. «Con Candanchú [también en ese valle], de momento tampoco hay acuerdo. Quizá a la larga se retomen las conversaciones», deja caer.

Pero para seguir contando con ingresos positivos, también cuentan en Aramón con algo que a priori puede sonar disparatado: la afluencia extranjera. «Nuestra estrategia incluye captar mercado europeo, especialmente inglés y portugués. Incluso algo del sur de Francia. Ya empezamos el pasado año y hemos atraído a visitantes. Somos realistas, no vamos a centrarnos sólo en esto, pero buscamos algo razonable», confirma el directivo. ¿Cómo se le vende a un extranjero un viaje de esquí a España? «Pues con el sol. Sol y nieve. Esquiar la mayor parte de la temporada con sol es un lujo fuera. En el resto de Europa tienes nieve, pero con niebla y ventisca la mayor parte del tiempo», defiende. «Bueno, con eso y con unos trabajadores muy atentos y una oferta cultural muy interesante, que incluye museos y gastronomía inmejorable», añade. El próximo fin de semana Aramón abrirá sus pistas. Empieza la carrera de la nieve. «Si el tiempo lo permite», apostilla Bono.

 

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