Protección de las montañas o fomento del esquí

Este planteamiento supone ocupar más territorio. Pero crecer a partir de la ocupación y alteración de espacios naturales ya no se considera crecimiento. Es demasiado alto el precio del ecosistema alterado, un balance que nunca se había hecho, pero que ahora es imprescindible. No es lo mismo ocupar territorio de una zona industrial próxima a una Este modelo no solamente es obsoleto, sino que es éticamente reprobable. Hay que tener en cuenta las incertidumbres a las que nos enfrentamos en el futuro próximo por el Cambio Climático: aumento de las temperaturas, pérdida de biodiversidad etc. que harán que los valores naturales cobren una dimensión insustituible. Los Pirineos no necesitan para realzar su identidad más pistas de esquí, postes de hormigón, cabinas, aparcamientos carreteras, arroyos intubados etc. Les basta con sus valores paisajísticos, biológicos y climáticos, que son toda su riqueza y todo lo que se debe proteger. Y allí está la verdadera alternativa. La creación de espacios protegidos como el Parque Nacional o Internacional de Los Pirineos. Esto iba a conferir al espacio una calidad y de una entidad únicas. Se crearían puestos de trabajo y un turismo permanente, no solamente estacional. Se puede poner el ejemplo de Sierra Nevada, que siendo estación de esquí y Parque Nacional, el PIB que genera como Parque es superior al de la estación. Todas estas cuestiones deberían de abrir un serio debate en la zona del Valle del Aragón con todos los sectores. No permitiendo que uno solo se considere depositario de todas las reivindicaciones que se hagan a la administración, porque existen muchas más sensibilidades con el mismo

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