El Ayuntamiento de Montanuy intentó aprobar la reforma del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) antes de que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) emitiera el informe preceptivo sobre la existencia de recursos hídricos para abastecer a las 3.500 nuevas viviendas incluidas en el planeamiento urbano. El lunes, en un pleno de apenas cinco minutos, los siete concejales del consistorio apoyaron por asentimiento la propuesta del alcalde, José María Agullana, para posponer la aprobación del documento a la siguiente legislatura.
Fuentes del organismo de cuenca confirmaron que el informe fue solicitado por el promotor de la reforma, el Ayuntamiento de Montanuy, aunque su tramitación no estaba finalizada y, por lo tanto, no había sido emitido.
De haber acordado el pleno la aprobación provisional de la revisión, el legajo con el nuevo PGOU habría sido remitido a la Comisión Provincial de Urbanismo de Huesca, dependiente del Departamento de Obras Públicas.
No obstante, este organismo no podría dar el visto bueno definitivo a las nuevas normas de planeamiento sin el informe favorable de la Confederación Hidrográfica del Ebro, que también deberá pronunciarse sobre cada uno de los planes parciales con los que se irá desarrollando el nuevo Plan Urbano de Montanuy en el caso de resultar finalmente aprobado.
Hasta el momento, la CHE no ha emitido ningún informe negativo sobre desarrollos urbanos por falta de caudales en la cuenca. «No hay problemas en los puntos que se han expuesto para captaciones de recursos hídricos», señalaron las mismas fuentes.
La revisión del PGOU de Montanuy, una pequeña localidad de 300 habitantes y un centenar de casas repartidos por 17 núcleos, comenzó en el 2005, cuando un equipo técnicos pagado por Aramón, el holding semipúblico del esquí controlado al 50% por Ibercaja y la DGA, inició los trabajos para el consistorio. El 30 de agosto pasado, el avance del año anterior se vio superado por la aprobación del Plan Inicial, que añadía a las zonas edificables algunas de propiedad de concejales. El Plan Provisional, cuya aprobación frenó el pleno el lunes, recalificaba la mayor parte de las fincas que en ese tiempo ha ido adquiriendo –o controlando mediante opciones de compra– Aramón, que promueve la apertura de una estación de esquí en el núcleo de Castanesa y la constucción de hasta 2.300 de las 3.500 nuevas viviendas.
EL GOBIERNO El único departamento de la DGA que ha recibido hasta la fecha documentos relacionados con la revición del Plan General de Ordenación Urbana de Montanuy ha sido el de Medio Ambiente, que emitió un informa favorable al estar proyectadas las nuevas construcciones en el entorno de los núcleos existentes.
El vicepresidente de la DGA y consejero de Presidencia, José Ángel Biel, se desentendió ayer de la polémica suscitada por las previsiones de crecimiento del municipio ribagorzano. «No estoy muy informado. Ese es un asunto de Urbanismo», dijo tras el Consejo de Gobierno. Lo primero puede ser cierto y lo segundo no lo es del todo, anotaron fuentes del Ejecutivo: el departamento de Biel tiene las competencias en Ordenación del Territorio y es el responsable de la aplicación de las Directrices de Ordenación del Pirineo.
ECOLOGISTAS Por su parte, la Plataforma en Defensa de las Montañas calificó ayer de «irreal y absurdo» el proyecto de la estación de Castanesa.
En una nota, el colectivo ecologista aseguró que «en cuanto a Aramón, lleva el sello de la empresa: operaciones y convenios en la nebulosa de la alegalidad». «¿Es lícito un plan urbanístico municipal a medida y encargo de la empresa Aramón?», se preguntaban.