Un 70-75% menos de ingresos y unos gastos que se han incrementado entre el 15 y 20%. Este es el desastroso balance que la Asociación de Empresarios de la Jacetania realiza de la temporada invernal en las estaciones de esquí de Astún y Candanchú. Por ello, el colectivo insiste en reclamar la declaración de zona catastrófica o «de grave crisis» para el sector de la nieve, petición a la que se suman, por ahora, las organizaciones empresariales CEOS y CREA, los ayuntamientos de Jaca y Canfranc y la Comarca de la Jacetania.
La Asociación de Empresarios ha dado a conocer datos del avance del informe de los resultados de la temporada 2006-2007 en la comarca, que hará llegar al Gobierno de Aragón para sustentar la petición de zona catastrófica. Según este informe, la producción de nieve artificial, ante la escasez de precipitaciones, se ha incrementado un 225% respecto al año anterior, teniendo en cuenta que el coste del metro cúbico es de 0,588 euros (el 40% corresponde a electricidad y el resto a personal y mantenimiento). Otro gasto que apuntan los empresarios es el impuesto del transporte por cable, que se ha duplicado.
El colectivo empresarial subraya que, aunque se han reducido los costes de personal al disminuir la contratación de trabajadores eventuales -«con el consiguiente sacrificio de empleo en la comarca», apunta-, y a pesar del menor consumo por la apertura parcial de remontes, sigue habiendo gastos fijos. «Esto supone que la repercusión final en los gastos por estos ahorros no supera el 5% del total», señala. Un dato muy inferior a la reducción de ingresos, que se cifra en un 70-75% en las estaciones de esquí. Y hasta el 80% llega en los establecimientos de equipación de deportes de nieve.
Como dato, esta temporada las ventas de abonos han bajado más de un 60%. En cuanto a afluencia, se calcula que ha sido la tercera parte de la registrada el año anterior (30-35%). Empezar la temporada 21 días después que la campaña pasada supuso un 36% de pérdida de actividad. Y en las fechas navideñas y hasta final de enero, con sólo un 12% de las instalaciones abiertas, la pérdida se cifró en un 26%. Todo ello ha repercutido en la ocupación en Jaca y el valle del Aragón, que ha descendido el 30% respecto a la temporada pasada.