MANIFIESTO CIUDADANO
POR UNA GESTIÓN SOSTENIBLE DEL VALLE DE BENASQUE
Nosotr@s, todos habitantes del Valle de Benasque, firmamos el siguiente manifiesto unidos por los vínculos emocionales que nos ligan a este Valle, así como al resto de los paisajes pirenaicos. Unos hemos nacido aquí y otros no, pero todos vivimos aquí, y es aquí donde uno a uno estamos creando nuestro proyecto de vida, y donde entre todos podemos crear un proyecto común.
Firmamos este manifiesto preocupados por el rumbo que está tomando la gestión territorial de nuestro Valle. Tenemos conocimiento de proyectos de claro carácter expansionista dirigidos y financiados desde el exterior. Proyectos que siguen considerando el “monocultivo de la nieve” como la única alternativa de desarrollo de los pueblos de montaña. Un triste ejemplo, bastante cercano y actual, es la ampliación de Formigal hacia el valle de Espelunziecha y el desenfreno constructivo que paralelamente sufre el municipio de Sallent de Gállego.
No olvidamos que en su origen el turismo blanco reactivó, no sólo la economía, sino la vida de unos pueblos que agonizaban. Tampoco ignoramos las evidentes mejoras en comunicación y servicios, ni el cambio de rumbo demográfico que ello supuso. Pero creemos que en la actualidad, y dada la evidente tendencia climática hacia un calentamiento global, tales proyectos pueden no revertir tan beneficiosamente como podría parecer a nuestro bienestar y menos aun cuanto más a largo plazo.
Observamos también un crecimiento urbanístico asociado, desproporcionado y agresivo con el entorno natural y cultural que gozamos. Un crecimiento urbanístico, de gran semejanza al modelo mediterráneo, que no responde a las necesidades de vivienda existentes, y ni siquiera a la demanda turística, sino a una economía especulativa en la que son inversiones externas al Valle las que recogen los mayores beneficios.
Simultáneamente asistimos a una subida exponencial de los precios de la vivienda, tanto de compra, como de alquiler. Observamos también que el empleo que ofrece este modelo es muy estacional y dependiente de la climatología y asistencia de turismo, por lo tanto inestable y frágil. Estos dos factores, cogidos de la mano, incrementan sobremanera las dificultades para fijar una población estable en el Valle. Y una población estable que llegue a tener un sentimiento de identidad colectiva es un requisito fundamental para encaminarnos, a nivel local, hacia un desarrollo sostenible. El modelo de desarrollo en que vivimos actualmente, a nuestro entender, no responde a un proceso de evolución cultural, sino a una triste pérdida de valores.
Sabemos que el Pirineo no es un territorio inerte, ni un bien de cambio más, sino un territorio vivo de gran valor y fragilidad. Y no es su valor únicamente económico, sino histórico, cultural, espiritual y ecológico, y que es por ello que atrae, y queremos que siga atrayendo. Es un legado que las generaciones futuras nos han dejado en depósito a condición de que nosotros salvaguardemos.
Es por todo esto que desde la Plataforma Ciudadana del Alto Ésera proponemos un diálogo social amplio y sereno. Un diálogo que surge a tiempo de aprender de las experiencias de países vecinos con más tradición en el turismo de montaña. Países que hace ya tiempo siguen políticas no expansionistas de gestión del territorio y dirigen sus esfuerzos hacia actuaciones de mejora y restauración de las infraestructuras existentes. Un diálogo encaminado a la búsqueda común de alternativas de desarrollo que no hipotequen el futuro de las generaciones venideras.
Mientras tanto, y dada la magnitud e irreversibilidad de las actuaciones previstas, demandamos formalmente una moratoria a los planes de ampliación de la estación de esquí de Aramón Cerler hacia el valle de Ardonés – Balberdera, así como hacia el vecino Castanesa. Demandamos también una revisión de los planes de ordenación urbana de los municipios del Valle. Creemos oportuno y necesario, que entre tanto, un equipo multidisciplinar e independiente lleve a cabo un estudio profundo de la realidad ambiental, social y económica del Valle, una valoración de sus potencialidades de desarrollo y capacidad de acogida, así como un análisis realista y serio de coste-beneficio que valore la rentabilidad a corto, medio y largo plazo del negocio de la nieve.
Creemos que sólo en el marco del diálogo y el respeto a las leyes, podemos construir entre todos una alternativa que nos permita seguir contando con el valioso Patrimonio de Cultura y Naturaleza que caracteriza y da identidad a nuestro Valle. Si nos quedamos cruzados de brazos, actuando de meros y simples espectadores, ¿Cómo explicaremos a nuestros hijos que un día tuvimos en nuestras manos la oportunidad de legarles algo mejor y la dejamos escapar?
Benasque, 7 de febrero de 2005