Los compradores del suelo de aramón en cerler se echan atrás en la operación

El grupo de empresas que adquirió los terrenos que Aramón tiene en la urbanización de Cerler ha deshecho la operación dejando al holding aragonés de la nieve sin los más de 100 millones de euros que esperaba ingresar por la venta. Los compradores decidieron resolver el contrato a finales del año pasado al no haber podido inscribir las parcelas a su nombre a causa de la declaración de litigiosidad aprobada por el Ayuntamiento de Benasque tras la demanda planteada contra Montañas de Aragón por los antiguos propietarios de esos mismos suelos.

La decisión de Alto Cerler XXI -sociedad participada por López Soriano, Alosa, Ágreda Automóviles, Ordisa y la firma vasca Cosimet- también tiene que ver con la desaceleración del mercado inmobiliario, y ha dejado a Aramón sin su única fuente importante de ingresos a corto plazo. La empresa participada al 50% por la DGA e Ibercaja sigue teniendo 18 hectáreas de terreno en la urbanización, pero hasta que el Consistorio benasqués no levante la litigiosidad de esas parcelas no podrá venderlas a cambio de una buena inyección económica.

El pasado miércoles, el Juzgado de Instrucción de Boltaña desestimo en su totalidad la demanda de los anteriores dueños de los suelos. Esto podría cerrar el conflicto judicial que sustenta la litigiosidad, pero sus abogados ya han anunciado que recurrirán la sentencia ante la Audiencia Provincial de Huesca, lo que prolongará el bloqueo de los terrenos de Aramón en Cerler.

El proceso de venta

Los suelos en cuestión forman parte de la ampliación de la urbanización actual. Esa segunda unidad de ejecución ocupa unas 18 hectáreas que pertenecen en su gran mayoría al grupo aragonés de la nieve. Después de un largo proceso administrativo, la aprobación en febrero de 2006 del nuevo plan parcial de Cerler -el anterior databa de hace 40 años- posibilitó que el holding sacara a la venta sus parcelas.

Sus responsables decidieron convocar un concurso restringido en el que se primaban, entre otras cuestiones, la sustitución de parte de las viviendas por habitaciones de hotel. De las cinco propuestas presentadas, la que obtuvo mayor puntación según la empresa fue la de Alto Cerler XXI

Una vez resuelto en concurso, Aramón decidió ejecutar la urbanización en varias fases, por lo que a mediados de 2006 cerró la venta de las primeras 4,4 hectáreas por unos 25 millones de euros. Un año después, en julio de 2007, se conoció que el holding ya había vendido el resto de sus suelos a Alto Cerler XXI por unos 120 millones de euros. No obstante, este periódico ha podido saber que la cantidad pactada entre Aramón y los compradores fue algo inferior, superando eso sí los 100 millones.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que, una vez pagados los impuestos correspondientes, los beneficios netos para la empresa participada por la DGA e Ibercaja iban a ser en torno al 60% de esa cantidad.

La renuncia

El problema para el holding -y también para los compradores de los terrenos- es que en el tiempo transcurrido entre la compra de las primeras 4,4 hectáreas y la del resto de las parcelas los antiguos dueños de los terrenos presentaron una demanda contra Aramón que a su vez provocó la declaración de litigiosidad del proyecto de reparcelación.

Desde que en mayo del año pasado el Ayuntamiento de Benasque adoptó esa polémica decisión -tomada contra los informes de los técnicos municipales, con solo dos votos a favor de nueve posibles y a solo tres días de las elecciones-, cualquier inscripción registral de las parcelas afectadas está condicionada por la advertencia de que esos terrenos están a expensas de que se resuelva un contencioso judicial.

Al no poder escriturar los suelos adquiridos, Alto Cerler XXI decidió a finales de año resolver el contrato de compraventa acogiéndose a una cláusula que le ofrecía esa posibilidad si para el 31 de diciembre las parcelas no habían sido inscritas a su nombre. La sociedad esgrime como razón la litigiosidad, aunque fuentes consultadas por este periódico indican que en su decisión también ha pesado la convulsa situación actual del mercado inmobiliario, mucho menos halagüeña que la que se vivía en 2006.

Además, el grupo comprador ha pedido a Aramón que le devuelva el dinero que ya pagó en concepto de señal, de gastos jurídicos complementarios y de costes de constitución y disolución de la sociedad. En total, la cantidad solicitada por Alto Cerler XXI ronda el 15% del coste de la compra de los terrenos.

Fuentes oficiales de Aramón confirmaron ayer la resolución del contrato y la disposición del grupo a devolver el dinero reclamado por Alto Cerler XXI. También sostuvieron que esta situación no varía el estatus económico de la filial que gestiona la estación de Cerler. «Volvemos a tener unos terrenos que se venderán en su momento», recordaron. Las mismas fuentes aseguraron que la venta frustrada tampoco afectará a las actividades que el grupo desarrolla en otros valles del Pirineo oscense.

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