El Instituto Aragonés de Garantía Ambiental (Inaga) emitió el miércoles el permiso para la ocupación del suelo sobre el que se levanta, un monte público propiedad del ayuntamiento de Benasque. Esta autorización suele ser, habitualmente, previa a la emisión de la licencia municipal de obras.
Paralelamente a la tramitación del permiso, el Departamento de Medio Ambiente, dirigido por Alfredo Boné, abrió unas diligencias previas para determinar si los responsables de la estación de esquí cometieron alguna infracción al construir el telesilla sin permiso. Los inspectores de la DGA comprobaron que las obras se efectuaron antes de obtener la autorización –lo mismo ocurrió con la cinta de transporte del paraje de Turberes–, aunque también descartaron que hubieran provocado desperfectos de carácter ecológico.
El proyecto fue eximido de pasar una declaración ambiental al considerar los técnicos de la comunidad que incluso paliaba el impacto de los remontes al necesitar menos soportes.
Ecologistas en Acción, que también denunció el asunto ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, pidió la semana pasada a la DGA que de negara el permiso para construir el telesilla y que ordenara su derribo, solicitud rechazada por Medio Ambiente.
Fuentes de Aramón señalaron que la instalación del telesilla dispuso de todos los permisos necesarios, calificaron de «trámite prácticamente automático» la autorización para ocupar el monte público y anotaron que tenían el apoyo del ayuntamiento –impulsan juntos un proyecto urbanístico–. «No íbamos a inaugurar una obra sin permisos», dijeron.
En Candanchú se dio un caso similar al de Cerler el pasado diciembre, cuando entró en funcionamiento un telesilla cuyos permisos habían sido otorgados la víspera, sin tiempo, obviamente, para construirlo.