Según indica ese colectivo, “este pelotazo del señor Blecua se ajusta perfectamente al modelo que sigue Aramón: acuerdo con el Ayuntamiento en la frontera de la legalidad, revalorización salvaje de unos terrenos para beneficio propio y operación sufragada utilizando dinero público”.
Por ello, este caso “no debe ser entendido como algo personal y aislado, sino como la norma de funcionamiento de la empresa Aramón. Ahí están los diferentes convenios urbanísticos firmados con determinados ayuntamientos (Montanuy, Sallent de Gállego, Benasque, Panticosa, etcétera) y calificados por el propio Blecua de “alegales”, muchos de ellos firmados y diseñados precisamente por Javier Blecua”, dicen desde la Plataforma.