EL PERIODICO DE ARAGON
Las explotaciones venderían sus productos artesanos como en Francia.Agricultores y ganaderos piden políticas especiales para subsistir
La agricultura y ganadería de montaña tienen los días contados como sectores económicos si no se toman las medidas adecuadas y no hay ayudas. En el tercer documento consensuado por los miembros que componen la Mesa de las Montañas (tras los criterios del esquí y el nuevo modelo de desarrollo), se establecen 30 medidas para mantener la agricultura y la ganadería. Entre otras, se contempla la reapertura de mataderos locales para favorecer la comercialización de los productos locales; cláusulas urbanísticas que permitan implantar nuevas explotaciones en espacios protegidos, o asegurar la presencia de este sector en los órganos colegiados.
La Mesa de las Montañas pidió ayer una «revisión en profundidad de la normativa vigente para adaptar determinados aspectos a las condiciones singulares de estos territorios», además de reconocer ambas actividades como de «especialmente protegidas».
REUNIÓN En concreto, una especificidad en normativa sanitaria que permita la venta directa de productos en las propias explotaciones, a la manera de, como por ejemplo, se hace en Francia. También la posibilidad de realizar la matanza domiciliaria de animales de granja. Y la creación de redes de pequeños mataderos locales que favorezcan productos de calidad, con denominaciones concretas, etiquetas verdes del Pirineo y Sistema Ibérico, etc.
«No queremos que las ayudas vengan en forma de una subvención, sino que se asuma que este sector es el verdadero garante de la montaña, y que es fundamental para que los vecinos de los pueblos sigan subsistiendo», explicó ayer Jesús Edo, alcalde de Alcalá de la Selva y representante en la mesa de la Federación de Municipios y Provincias (FAMP).
Ahora, tras un año de deliberaciones, la Mesa de las Montañas ha concluido su trabajo y lo presentará el próximo miércoles en las Cortes de Aragón.
ABC
«Si no se toman medidas adecuadas, a la agricultura y a la ganadería de montaña les quedan los días contados como sectores de actividad económica», según recoge la Mesa en el preámbulo del documento, en el apuesta por revisar en profundidad la normativa vigente que incide sobre las zonas de montaña para adaptarla a su singularidad y poder hacer realidad las propuestas.
Esa revisión debería completarse con la inclusión en las normas de máximo rango que se aprueben, como la ley de las montañas, de una disposición en la que se reconozcan expresamente a la agricultura y a la ganadería como «actividades especialmente protegidas» para contrarrestar la creciente presión sobre estas actividades derivadas de los desarrollos urbanísticos y el turismo y evitar el desplazamiento hacia el sector servicios.
Garantizar el bienestar de los profesionales del sector primario y sus familias; considerar a agricultores y ganaderos gestores históricos de las montañas y potenciar las producciones de calidad y su identificación (favoreciendo los circuitos cortos de comercialización, haciendo posible la matanza domiciliaria de animales de granja, la venta directa al consumidor y que los municipios puedan crear una red de pequeños mataderos locales) son algunos de los ejes de actuación.
También apoyar a las explotaciones familiares (con un plan ayudas a la incorporación de jóvenes y a la modernización de explotaciones); favorecer el reconocimiento social de las actividades agrícolas y ganaderas tradicionales y fomentar la economía de proximidad y el consumo de productos locales.
Asimismo, el texto incluye como líneas prioritarias de actuación mejorar y ampliar pistas de acceso y limpiar y mantener caminos o cauces de ríos mediante la ganadería extensiva; contar con el sector a la hora de planificar y gestionar los espacios incluidos en la Red Natural de Aragón y reconocer que estos profesionales son conocedores del medio.
El director general de Participación Ciudadana del Gobierno de Aragón, Ignacio Celaya, ha presentado hoy el documento elaborado por la Mesa sobre la agricultura y ganadería en las zonas de montaña, cuyo abandono, ha advertido, está provocando la progresiva despoblación de los núcleos rurales y la desaparición de los ecosistemas tradicionales.
Celaya ha asegurado que el documento conserva parte del «ADN» de las demandas de cada uno de los participantes en la mesa de las Montañas, que ha supuesto una «nueva forma de hacer política» y que, después de un año de vida, cerrará su actividad el próximo 14 de abril, con la presentación al presidente del Gobierno, Marcelino Iglesias, y a los grupos parlamentarios de las Cortes los tres documentos consensuados.
El objetivo de la Mesa, ha destacado Celaya, no era la elaboración de la Ley de las Montañas, pero se ha mostrado convencido de que las Cortes, y en su caso el Gobierno, serán corresponsables para poder poner en marcha las medidas pactadas porque los acuerdos sociales «tienen más potencia incluso que el Boletín Oficial».
Celaya ha comparecido junto a Jesús Edo, de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP); David Solano, de UAGA, quien se ha mostrado seguro de que las propuestas saldrán adelante porque «no son imposibles», y Ramón Ballarín, de Asaja, quien ha abogado por dar continuidad a la Mesa por medio una comisión o consejo al amparo de la Ley de las Montañas para poder influir de forma constante en cualquier decisión que afecte a estas zonas.
20 MINUTOS
Así lo explicaron hoy en rueda de prensa el director general de Participación Ciudadana del Gobierno aragonés, Ignacio Celaya, los representantes de las organizaciones agrarias y ganaderas UAGA, David Solano, y ASAJA, Ramón Ballarín, y Jesús Edo, en representación de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP) y de los municipios de las montañas de Teruel.
Los nueve objetivos acordados se dirigen a garantizar el bienestar de los profesionales del sector primario y de sus familias; considerar estos sectores como gestores históricos de las montañas; mejorar y ampliar las pistas de acceso y mantener los caminos y cauces de río mediante la colaboración de la ganadería extensiva; y potenciar las producciones de calidad y su identificación.
También proponen apoyar a las explotaciones familiares; favorecer el reconocimiento social de las actividades agrícolas y ganaderas tradicionales; y fomentar la economía de proximidad y el consumo de productos locales agroganaderos.
Asimismo, piden tener en cuenta al sector a la hora de planificar y gestionar los espacios incluidos en la Red Natural de Aragón y que estos profesionales puedan «influir en cualquier decisión que se adopte sobre la montaña»; y reconocer que los profesionales de las actividades agrícolas y ganaderas son expertos conocedores del medio, tanto por habitar en estas zonas como por realizar una actividad ligada al medio.
De esta forma, este tercer documento presenta los ‘Aspectos clave a tener en cuenta para definir un futuro posible para la agricultura y ganadería en zonas de montaña’, que han sido «la estrella y la sorpresa» de los debates de la Mesa de la Montaña, indicó Celaya, al señalar que en este foro no sólo se ha hablado «de nieve», sino que la ganadería y la agricultura han sido «un elemento sustancial» en los debates y al que «más tiempo se le ha dedicado».
La Mesa de la Montaña, continuó Celaya, «reconoce el abandono de las prácticas agrícolas y ganaderas» en estas zonas, que ha provocado una progresiva despoblación de los núcleos rurales y, también, la desaparición de los ecosistemas tradicionales.
Por ello, «es imprescindible que se revise la normativa vigente que incide en las zonas de montaña para adaptarla a los aspectos singulares de estos territorios» y frenar su despoblación y abandono, afirmó Celaya, con el impulso de medidas como la regularización de instalaciones ganaderas, usos agrícolas y ganaderos permitidos en Espacios Naturales Protegidos, extensión de matanza domiciliaria a especies diferentes del porcino, creación de marcas diferenciadas de calidad o aprovechamiento cinegético y control de fauna.
Actividad «fundamental»
Jesús Edo, de la FAMCP, incidió también en los problemas de despoblación que afectan a las zonas de montaña, especialmente en los núcleos turolenses, donde la densidad de población es de «3,5 habitantes por kilómetro cuadrado», apuntó, al advertir de que en estas zonas se suma el «problema de vivir a una altura muy superior».
A su juicio, la actividad agrícola y ganadera es «fundamental» para garantizar la subsistencia de los pueblos y, por este motivo, la Mesa sugiere que se incluya, en la normativa vigente y en la futura Ley, una disposición por la que se reconozca expresamente a la agricultura y la ganadería de montaña como ‘Actividades especialmente protegidas’, de modo que se contrarreste la presión creciente sobre el sector derivada del desarrollo urbanístico y el turismo, y se consiga limitar el desplazamiento del sector primario por el de servicios.
Por su parte, Ramón Ballarín, de ASAJA, incidió en la importancia de que la agricultura y la ganadería dispongan de presupuesto suficiente para seguir apoyando aspectos como la incorporación de jóvenes, la industria agroalimentaria, las concentraciones parcelarias y todas las medidas que le permiten ser competitiva, porque los agricultores y ganaderos que desean «crecer», «lo tienen complicado con la normativa actual».
Asimismo, subrayó la necesidad de que se facilite la comercialización de productos agrícolas y ganaderos en las zonas en que se producen y pidió al Gobierno de Aragón que «apueste y ayude a los ganaderos y agricultores a desarrollar su actividad en la montaña», eliminando las limitaciones que marca la normativa en la actualidad. «Sin ayudas, la ganadería y la agricultura están condenadas a desaparecer», aseveró.
Por último, David Solano insistió en la necesidad de que la actividad de estos profesionales, pastores, ganaderos y campesinos, cuente «con reconocimiento social», así como propiciar que estos profesionales «vean la protección del medio ambiente como una oportunidad y no como una condena».
Además, Solano reclamó a la administración que «faciliten los trámites burocráticos» para los profesionales de estos sectores, para concluir que «las cosas que pedimos no son imposibles», por lo que apreció que «se conseguirán» y se tendrán en cuenta en la elaboración de la futura Ley de la Montaña.
«labor de acuerdo»
El director general de Participación Ciudadana, Ignacio Celaya, destacó la «labor de acuerdo» entre administración y sindicatos agrarios para alcanzar un documento «muy profundo y muy interesante», que «todo el mundo puede sentir como suyo».
El documento recoge un preámbulo, nueve objetivos y cerca de 30 medidas que reconocen la singularidad de las actividades agrícolas y ganaderas en las zonas de montaña, para asegurar que esta actividad permita vivir con dignidad y con el reconocimiento que se merece como gestores históricos de los territorios de montaña.
El texto, junto con el que recoge el ‘Modelo de desarrollo para los territorios de Montaña’ y el texto ‘Criterios que deberán cumplir los proyectos de nieve’, conformarán el grueso de la documentación que el próximo miércoles, 14 de abril, se entregará al presidente del Ejecutivo autónomo, Marcelino Iglesias, y al de las Cortes de Aragón, Francisco Pina, para que las aportaciones de la Mesa, tras un año de debate en veinte sesiones, se tengan en cuenta en el proceso de elaboración de la futura Ley de la Montaña de Aragón.
Ignacio Celaya indicó que el próximo miércoles se entregarán no sólo estos tres documentos, sino un texto final, titulado ‘Mesa de la Montaña: una experiencia de deliberación’ y las actas de todas las reuniones.
El director general de Participación Ciudadana confió en que las deliberaciones de este foro se incluyan en la nueva Ley, al considerar que se trata de un acuerdo social con «potencia» y recordar que fue el propio presidente del Ejecutivo autónomo, Marcelino Iglesias, quien puso en marcha la Mesa.
Con motivo de presentar los principales ejes ya ratificados por la mesa, el director general de Participación Ciudadana y coordinador de la Mesa de la Montaña, Ignacio Celaya, acompañado de representantes de las organizaciones agrarias y de los municipios de montaña de Teruel, han presentado este viernes el documento que recoge aspectos clave a tener en cuenta para definir un futuro posible para la agricultura y ganadería en zonas de montaña.
Un punto que ha acaparado dos sesiones de la Mesa de la Montaña y ha ido ganando peso con cada reunión. Según ha manifestado Celaya, “el debate sobre el futuro de la agricultura y la ganadería de montaña ha sido la sorpresa agradable y el verdadero protagonista de la Mesa durante todo este tiempo”.
El documento, que cuenta con nueve temas a desarrollar y 30 medidas concretas, se inicia con un preámbulo que sitúa el estado del sector primario en las zonas de monte de la Comunidad. “El abandono de las prácticas agrícolas y ganaderas en las zonas de montaña está provocando la progresiva despoblación de los núcleos rurales y la desaparición de los ecosistemas tradicionales, pudiendo afirmar que, si no se toman las medidas adecuadas, a la agricultura y ganadería de montaña les quedan los días contados como sectores que mantienen un Pirineo vivo”, ha indicado Celaya.
Para intentar revertir la situación, el coordinador de la mesa ha apostado por llevar a cabo “una revisión en profundidad de la normativa vigente que incide especialmente en las zonas de montaña para adaptar determinados aspectos de la misma a las condiciones singulares de estos territorios, de manera que se puedan reconocer y propiciar las medidas propuestas en el documento”.
Para dar salida al actual panorama, el documento aboga por una regularización de instalaciones ganaderas; usos agrícolas y ganaderos permitidos en Espacios Naturales Protegidos para actuar como medidas contra incendios; extensión de la matanza domiciliaria a especies diferentes del porcino; creación de marcas diferenciadas de calidad o aprovechamiento cinegético y control de fauna, entre otras.
|
Reconocimiento
Durante sus intervenciones, los representantes de las asociaciones agrarias y de la Federación Aragonesa de Municipios y Comarcas (Fampc) de la Ibérica turolense han querido poner de relieve la importancia del documento.
El representante de la Fampc Jesús Edo ha insistido “en la importancia que tiene la actividad ganadera para que los pueblos sigan subsistiendo”, y ha recordado que “20 de los 35 pueblos más altos de España se encuentran en Teruel” y que la tasa demográfica de la provincia se sitúa en 3,5 personas por cada kilómetro cuadrado. Con el consiguiente riesgo existente a la despoblación de los núcleos rurales ante las desigualdades a la hora de recibir atenciones.
Por su parte, el miembro de Asaja Ramón Ballarín ha resaltado la necesidad de que “cada uno de los puntos y temas del documento sean desarrollados de manera coordinadas como eslabones de una cadena”.
Además, Ballarín ha instado a las Administraciones a poner en marcha las medidas con las consiguientes partidas presupuestarias suficientes para seguir apoyando sectores como la industria agroalimentaria, la tecnificación del campo o la concentración parcelaria.
Menos centrado en el aspecto económico, la intervención del portavoz de UAGA en la Mesa de la Montaña, David Soriano, ha estado centrado en la figura del campesino y ganadero y el grado de reconocimiento que merecen éstos. “Este documento lo que demuestra es que lo importante de la montaña es la gente que vive ahí de manera sostenible y ha sabido mantener los ecosistemas naturales durante miles de años”.
Por ello, Soriano ha apostado por acompañar todas las medidas económicas y legales planteadas en el informe con un “reconocimiento social que haga que cuando un niño le pregunten qué quiere ser de mayor al decir pastor o ganadero ninguno de sus compañeros se ría”.
Ignacio Celaya ha manifestado que «el debate sobre el futuro de la agricultura y la ganadería de montaña ha sido la sorpresa agradable y el verdadero protagonista de la Mesa durante todo este tiempo´´ y ha añadido que «el abandono de las prácticas agrícolas y ganaderas en las zonas de montaña está provocando la progresiva despoblación de los núcleos rurales y la desaparición de los ecosistemas tradicionales, pudiendo afirmar que, si no se toman las medidas adecuadas, a la agricultura y ganadería de montaña les quedan los días contados como sectores que mantienen un Pirineo vivo´´.
Por este motivo, el coordinador de la Mesa ha recordado, tal y como recoge el preámbulo, que «sería preciso realizar una revisión en profundidad de la normativa vigente que incide especialmente en las zonas de montaña para adaptar determinados aspectos de la misma a las condiciones singulares de estos territorios, de manera que se puedan reconocer y propiciar las medidas propuestas en el presente documento, como regularización de instalaciones ganaderas, usos agrícolas y ganaderos permitidos en Espacios Naturales Protegidos, extensión de matanza domiciliaria a especies diferentes del porcino, creación de marcas diferenciadas de calidad o aprovechamiento cinegético y control de fauna´´.
Los representantes de las organizaciones han hecho hincapié en los nueve objetivos del documento, con especial incidencia en el que expresa la necesidad de que los profesionales de las actividades agrícolas y ganaderas obtengan el reconocimiento de la sociedad, tal y como ha explicado el representante de UAGA, David Solano. Por su parte, Jesús Edo, de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias, ha incidido en que «la actividad ganadera y agrícola es fundamental para que los pueblos sigan subsistiendo´´. Y Ramón Ballarín, de Asaja, se ha referido a la importancia que tiene que la agricultura y la ganadería dispongan de presupuesto suficiente para seguir apoyando aspectos tan importantes como la incorporación de jóvenes, la industria agroalimentaria, las concentraciones parcelarias y todas las medidas que le permiten ser competitiva.
Este documento, aprobado por unanimidad por los miembros de la Mesa de la Montaña, recoge un preámbulo, nueve objetivos y cerca de 30 medidas que reconocen la singularidad de las actividades agrícolas y ganaderas en las zonas de montaña, para asegurar, como dice el texto, que esta actividad permita vivir con dignidad y con el reconocimiento que se merece como gestores históricos de los territorios de montaña.
El documento, junto con el que recoge el ‘Modelo de desarrollo para los territorios de Montaña’ y el que recoge los ‘Criterios que deberán cumplir los proyectos de nieve’, conformarán el grueso de la documentación que el próximo miércoles 14 de abril se entregará al presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, y al de las Cortes, Francisco Pina.