El proceso de integración de Candanchú en Aramón es inviable. Este anuncio del holding de la nieve, que se hizo público el pasado 2 de julio, fue un duro golpe para la dirección del centro jacetano y para todo un valle, el del Aragón, que había puesto las esperanzas en ello. Sin embargo, los motivos siguen siendo un misterio.
El informe de una empresa auditora que ambos habían consensuado, aunque ahora Candanchú la rechace y encargue otro por su cuenta, fue el desencadenante. De él, según Aramón, se desprenden «contingencias de diversa índole», que fuentes próximas resumen como «mala gestión», que han desencadenado esta ruptura de relaciones. Pero a la hora de desvelar esos puntos se aferran a la cláusula de confidencialidad que firmaron para hacerlo. Tampoco la estación jacetana está dispuesta a darlos a conocer e insiste en que, aunque existieran, serían «insignificantes».
Lo único que está claro es que, a pesar de llevar años con encuentros y desencuentros, siete concretamente, esta vez la noticia ha sido un mazazo para todo el valle, vecinos que habían puesto las esperanzas en la llegada de las inversiones públicas a las estaciones de esquí de la zona, el motor de desarrollo de su economía que ha mermado en el último trienio por lo que han bautizado como «efecto Aramón»: la fuga de esquiadores al valle vecino, el de Tena, en el que las inversiones de Aramón han sido millonarias.
Los empresarios no han tardado en saltar a la palestra y las dos asociaciones del valle, la AEJ (Asociación de Empresarios de la Jacetania) y ACOMSEJA (Asociación de Comercio y Servicios de la Jacetania) reclaman urgentes inversiones públicas para la decana de las estaciones con el fin de paliar la «fuga de esquiadores» al valle de Tena. «Nunca pensamos que podrían llegar a discriminarnos tanto a los habitantes de la comarca de la Jacetania», critica una de ellas hablando del holding de la nieve. «La inversión en Formigal ha sido un agravio comparativo», denuncia la otra. Ambas, además, apuestan por la unión de los dos complejos del valle -Astún y Candanchú- y de estos con Formigal como futuro del esquí en su comarca.
La sorpresa también se la ha llevado la propia dirección de Candanchú, que, hasta ese día, mantenía que las negociaciones eran «cordiales» e incluso en alguna ocasión se habían aventurado a señalar que lo ideal sería que la fusión llegara antes del inicio de la próxima temporada, en cuyos preparativos aseguran estar inmersos. Las declaraciones de Eduardo Roldán, su director, lo han dejado claro desde el principio: «Este irresponsable acuerdo frustra las expectativas de la Jacetania», una decisión que ha tachado también de «soez» e «incoherente». Es más, ha criticado incluso la famosa auditoría que «no se corresponde con la realidad». Por ello, dice, ya ha encargado otra a «expertos independientes».
Aramón prefiere no echar más leña al fuego y guarda silencio. Pero otras fuentes cercanas al grupo, ante las, en algún momento, exaltadas palabras de Roldán, incidieron a finales de esta semana en que ellos no han roto ni romperán la confidencialidad. «Debería ser Candanchú, si quiere, quien desvele los puntos de la auditoría». Insisten en que el informe no es una recopilación de datos sino un estudio económico, patrimonial, jurídico y de otros aspectos y, además, que Roldán «conocían el documento desde un principio porque se les entregó en mano y antes de tomar la decisión».