El presidente de la Comunidad, Marcelino Iglesias, decidió entrar ayer en la polémica desatada por el modelo financiero de Montañas de Aragón (Aramón) para lograr ingresos que reviertan en la mejora de las estaciones de esquí autonómicas. Iglesias dejó de lado el fondo de la cuestión (el convenio suscrito por Aramón con el Ayuntamiento de Benasque y los términos en que estipula las recalificaciones de suelo y los aprovechamientos urbanísticos) y cargó sobre el frente político, reclamando «consenso» para llevar adelante los planes de modernización y expansión de los complejos invernales. El presidente, visiblemente molesto con las críticas de «especulación» vertidas desde los grupos de la oposición, aseguró estar dispuesto a paralizar las inversiones comprometidas en el sector de la nieve si no hay un acuerdo entre los partidos políticos que las respalde.
Aunque las duras críticas vertidas contra la DGA y Aramón han provenido, además de la Plataforma en Defensa de las Montañas, del PP, CHA e IU, el presidente del Gobierno aragonés únicamente se refirió al Partido Popular, con quien dijo que quiere reunirse la próxima semana para que aclare su posición ante los planes de modernización de las estaciones, ya que aseveró que no está dispuesto a «avanzar un metro más» si no hay un amplio consenso sobre el sector, que la DGA considera estratégico para la Comunidad Autónoma.
Iglesias mostró su deseo de reunirse también con Ibercaja, entidad con la que comparte al 50% el accionariado de Aramón, con el mismo objetivo de clarificar posiciones en los proyectos de las cinco estaciones que gestiona la empresa: Cerler, Panticosa, Formigal, Valdelinares y Javalambre.
«Munición electoral»
Iglesias hizo un llamamiento a la sensatez y a la serenidad porque estos proyectos necesitan estar «ampliamente apoyados». «Si los convertimos en munición electoral es muy difícil que avancemos en ellos por lo menos hasta las próximas elecciones», agregó.
El jefe del Ejecutivo autonómico no quiso hacer ninguna valoración sobre las informaciones publicadas por este periódico sobre las recalificaciones pactadas entre Aramón y el Ayuntamiento de Benasque y el aumento de valor de los suelos, ya que «las valoraciones las hacen las empresas especializadas», dijo. Iglesias señaló que si en Aragón se producen «grandes debates» como éste es precisamente «porque hay grandes proyectos», de los que reiteró que su voluntad es avancen con un consenso amplio.
Sobre las críticas del PP, que acusó a Aramón de ser «la mayor especuladora del Pirineo», comentó que le parecen «especialmente graves» y que no tienen mucho sentido, puesto que la formación política tiene representantes tanto en Ibercaja como en Montañas de Aragón. «El PP forma parte de los consejos de Ibercaja y de Aramón», dijo, por lo que le pidió a los populares que «aclaren si ésta es su posición; si es así, no estoy dispuesto a avanzar un metro más».
Proyectos a largo plazo
Iglesias afirmó que la modernización de las estaciones de esquí, no es un proyecto de esta legislatura, sino «de más largo plazo» y es «imprescindible la colaboración» del PP, «que ha tenido responsabilidades en el Gobierno y las volverá a tener».
Esa será la posición que Iglesias defenderá en sus reuniones con Ibercaja y el PP, según señaló. El presidente mostró su esperanza en que la posición expuesta por el PP a raíz de las informaciones sobre Cerler haya sido coyuntural, porque «hasta ahora tenía una postura coherente». Reiteró que el Partido Popular tiene que «clarificar su postura», y añadió que «si está incómodo» con decisiones que «el mismo ha apoyado», el Gobierno tendrá que «decidir al respecto».
Con este panorama, Iglesias insistió en que, cerca del inicio de un periodo electoral, «no sería razonable» adoptar ninguna decisión sobre los proyectos, lo que obligaría a «reconsiderar algunas cosas». Para el presidente, «hay que tener tiempo y serenidad suficiente» para la «modernización en profundidad» que, a su juicio, necesita el sector para «seguir siendo competitivos».