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Heraldo de Aragon
Los ecologistas recaban apoyos contra las obras de Formigal
Aramón defiende que el terreno se regenerará y cita como ejemplo la estación de Cerler.
S. C. Formigal | «Las obras de Formigal están despellejando el Pirineo y es imposible restaurar este territorio a no ser que quieran hacer de él una jardinería; y hablar de recuperación medioambiental en este caso manifiesta un inmenso y total desconocimiento». Así de tajante se mostró el catedrático de Geografía Física en la Universidad Autónoma de Madrid y Premio Nacional de Medio Ambiente, Eduardo Martínez de Pisón, durante la visita a los trabajos de ampliación de la estación de esquí de Formigal organizada por la Plataforma para la Defensa de las Montañas de Aragón, que quiso así mostrar sobre el terreno la «grave cicatriz» que se ha abierto en el valle de Espelunciecha.
Martínez de Pisón, que actuó de guía, apuntó que ha solicitado al presidente de las Reservas de las Biosferas del Comité MAB (Hombre y Biosfera de la Unesco), Javier Castroviejo, que a raíz de esta actuación se excluya esta zona de la Biosfera Ordesa-Viñamala. «Esta figura tiene que mimarse y entenderse como un motivo de orgullo y no sólo como una medalla que me pongo el día de fiesta», dijo. El profesor y Premio Goldman de Medioambiente 2003 recordó que en su momento se llegó a plantear incluso ampliarla a la cuenca del Alto Gállego, y «en estos momentos nos merecemos una censura de París».
Entre las cuarenta personas que participaron en la visita se encontraban los parlamentarios de IU, Adolfo Barrena, y de CHA, Yolanda Echeverría y Pedro Lobera, y científicos del Instituto Pirenaico de Ecología, además de los representantes de la dirección general de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Georgina Álvarez y Alfonso Calvo, respectivamente. Adolfo Barrena recordó que hace ya tres meses y medio esta formación política solicitó la documentación oficial y «vamos a analizar si están todas las autorizaciones que se requieren».
Denuncia
Por su parte, uno de los portavoces de la Plataforma en Defensa de las Montañas, Mariano Polanco, denunció que el primer estudio de impacto ambiental que se realizó en el servicio provincial de Huesca «salió incompatible y negativo», y posteriormente el Colegio Oficial de Biólogos alegó en contra de la declaración tras detectar «irregularidades» referidas a la ausencia del proyecto constructivo y una «falta de rigor metodológico en su redacción», entre otros aspectos.
Polanco aludió también a la existencia de un acuerdo entre Aramón (Montañas de Aragón) y el Ayuntamiento de Sallent para favorecer la «especulación urbanística» y destacó que la inversión «se ha disparado sospechosamente» de 70 a 105 millones de euros.
«Yo respeto todas las opiniones, pero hay ejemplos claros de que el terreno se regenera e incluso se mejora, y estamos realizando un gran esfuerzo para replantarlo absolutamente todo, para que a corto y medio plazo, en dos o tres años, la zona esté recuperada». El director general de Aramón, Eduardo Martínez, respondió así a las críticas vertidas desde la Plataforma en Defensa de las Montañas. El responsable de Aramón recalcó que en su día el diseño técnico se modificó para cumplir las prescripciones medioambientales y existe una «vigilancia continua y permanente», además de contar con el asesoramiento de una empresa especializada externa al holding.
De cara al comienzo de la temporada invernal, Eduardo Martínez indicó que el complejo invernal abrirá con normalidad, aunque paulatinamente irá incorporando las pistas e instalaciones que se vayan terminando.
Así por ejemplo, en el nuevo dominio esquiable de Portalet se dispondrá de unas dependencias de servicios provisionales hasta que se construya el edificio definitivo.
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El Periodico de Aragón
Las obras de Formigal llegan a la Unesco
La ampliación de la estación podría repercutir en el sello de calidad del valle
Hemos pedido a la Unesco que anule nuestra propuesta de ampliación de la Reserva de la Biosfera de Ordesa-Viñamala a la cabecera alta del río Gállego, e incluso que estudie recortar su actual límite territorial como castigo al maltrato que se está realizando al lugar con las obras de ampliación de Formigal», aseguraron ayer los catedráticos Eduardo Martínez de Pisón y Pedro Arrojo, del Comité Hombre y Biosfera (MaB) de dicho organismo, encargado de conceder un sello de calidad.
Los dos, junto a una treintena de expertos, políticos y gentes relacionadas con el Medio Ambiente –incluida una representante del Ministerio de Medio Ambiente– visitaron ayer los trabajos que la empresa Aramón está realizando en el valle de Espelunciecha. El viaje informativo estaba organizado por la Plataforma en Defensa de las Montañas.
El proyecto de Aramón, un plan que se prolongará hasta el 2009, persigue la modernización y ampliación de las cinco estaciones de la empresa, Formigal –que sería la primera–, Cerler, Panticosa, Javalambre y Valdelinares, con un presupuesto global de 198 millones.
La imagen que desde la carretera puede verse del valle es la que ofrecen las palas excavadoras trabajando las 24 horas, los numerosos desmontes y movimientos de tierras que desfiguran la geografía natural del paisaje y un goteo continuo de camiones y coches. Las máquinas comenzaron los trabajos en junio, «pero siguen un control ambiental estricto ejercido tanto por las brigadas medioambientales de Aramón como por las técnicas de regeneración de la montaña que se están utilizando», explicó ayer Eduardo Martínez, director general de Aramón, quien recordó que la estampa que ahora se ve es la propia de unas obras.
«El plan de actuación, que es de cinco años, mejorará mucho el esquí y, desde el punto de vista ecológico, permitirá a la montaña regenerarse», añadió.
LAS CRITICAS «¿Cómo se puede decir que la montaña va a quedar mejor?», se preguntaba ayer Martínez de Pisón, que como catedrático de Geología, habló de «desfiguración de la morfología natural» y de «cirugía del hierro» en el Pirineo. «El modelo de estación que se propone cambia el carácter deportivo de las pistas, que ofrecían una bajada por la ladera de la montaña intentando superar las dificultades naturales», afirmó, por otro lado, Mariano Polanco, de la Plataforma en Defensa de las Montañas, cuyo manifiesto deja claro que no niegan «los efectos positivos de la industria blanca como motor económico de los valles».
Sin embargo, una de las críticas más escuchadas en la visita fue «la especulación urbanística que se crea alrededor de la pistas de esquí, que de por sí no es rentable». La Plataforma ve en el proyecto de ampliación de Formigal «un contrato entre Aramón y el Ayuntamiento de Sallent para un pelotazo «.
El director de Aramón, Eduardo Martínez, contestó ayer que «la rentabilidad de cualquier explotación de esquí sólo da para mantener las instalaciones, no para modernizarlas. Por eso se buscan los recursos fuera, pero siempre de manera controlada». Al respecto, existen voces cada vez más numerosas que afirman que la masificación del turismo de montaña existirá con o sin esquí, y piden por ello un estudio integral sobre el futuro del Pirineo.
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Diario del AltoAragón
Exigen la paralización de la ampliación de Formigal
JACA.- La Plataforma para la Defensa de las Montañas de Aragón exigió ayer a las autoridades la paralización inmediata de las obras de ampliación de la estación de Formigal a través del valle de Espelunciecha. Más de cuarenta personas se reunieron ayer en la zona para demandar a las autoridades que tengan “la sensibilidad suficiente” para parar las obras y restaurar el patrimonio natural, algo que reivindican desde hace varios meses, al igual que un debate abierto en la sociedad para decidir sobre el futuro de un territorio que es de todos.
Así lo explicó Eduardo Martínez de Pisón, catedrático de Geografía de la Universidad Autónoma de Madrid, y Premio Nacional de Medio Ambiente, además de miembro del comité MAB (Hombre y Biosfera de UNESCO) que actuó como guía de esta visita, en la que participaron responsables de partidos y sindicatos, técnicos y asesores del MIMAM, periodistas, científicos e investigadores.
Diputados de CHA y de IU asistentes al acto calificaron la ampliación de “destrozo irreversible”. Yolanda Echeverría, de Chunta, explicó que “este valle merecía una figura de protección que no se le ha dado porque se trata no sólo de un espacio de gran belleza, sino también de un enclave privilegiado”. Por su parte, el portavoz parlamentario de IU Aragón, Adolfo Barrena, se ratificó en la “necesaria moratoria en los planes de ampliación de las estaciones de esquí que pretende la empresa Aramón hasta que tengamos la Ley de Protección de las Montaña.
Desnivel
Espelunciecha en la Unesco
El valle podría quedar fuera de la Reserva de la Biosfera de Ordesa -Viñamala debido a las obras de ampliación de Formigal.
Pedro Arrojo y Eduardo Martínez de Pisón, ambos miembros del Comité español MaB (Men and Biosphere), declararon ayer, 21 de septiembre, que solicitarán a la Unesco que se «ampute» el área de Espelunciecha de la Reserva de la Biosfera de Ordesa-Viñamala. El anuncio lo hicieron ayer en el curso de una visita que un grupo de científicos, políticos aragoneses, sindicalistas, técnicos en medio ambiente, ecologistas y periodistas hicieron al alto valle del Gállego, donde se están llevando a cabo unas obras para ampliar la estación de esquí de Formigal.
La magnitud de las obras, que han arrasado ya con centenares de hectáreas de turberas y que cambiarán de forma irrecuperable la fisonomía de este enclave pirenaico, dejó sin palabras a más de uno de los visitantes. Entre polvaredas que levantaban los grandes camiones que transportan las toneladas de tierra y piedras removidas, Pedro Arrojo, que recibió el año pasado el Nobel de Ecología, como se conoce mundialmente al importante Premio Goldman, declaró que aquello iba «contra el sentido común y contra la racionalidad».
Eduardo Martínez de Pisón, que de alguna manera se ha convertido en el alma de la lucha por la conservación del valle de Espelunciecha, frente a una morrena glaciar arrasada por las excavadoras, recurrió a la ironía para advertir que estaba produciendo una nueva glaciación llamada Aramon (empresa promotora de la ampliación de Formigal), y consideró una auténtica burla las palabras de Eduardo Martínez Ibargüen, de Aramon, que días antes había declarado que estaban «mejorando la naturaleza». Otro de los científicos presente, Daniel Gómez, doctor en Biología y miembro del Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC, no dudo en calificar las obras de «acto vandálico» y advirtió que se estaba perdiendo un patrimonio natural de incalculable valor científico.
Un proyecto irregular
Por su parte, Javier Martínez Giul, catedrático de Hidrogeología de la Universidad de Zaragoza, y uno de los «padres» de la Nueva Cultura del Agua, no daba crédito a que se hubiera aprobado el Estudio de impacto medioambiental de unas obras que a todas luces provocará la desaparición irrecuperable de todo un ecosistema, e invitó a los técnicos que le habían dado el visto bueno a que renegaran de él aunque fuera a título particular.
Este estudio de impacto, al que la empresa Aramon recurre cada vez que una crítica salva el círculo de silencio que parece haberse construido en Aragón alrededor de la ampliación de Formigal, estaba tan lleno de irregularidades que el Colegio Oficial de Biólogos de Aragón solicitó por dos veces que fuera retirado. El estudio fue sin embargo aprobado por el consejero de Medio Ambiente Alfredo Boné, el mismo Boné que con anterioridad había presentado el proyecto de obra de ampliación de Formigal como presidente de Aramon.
Pérdida de credibilidad
La exclusión de la cuenca alta del río Gállego, escenario de las obras de ampliación de Formigal, de la Reserva de la Biosfera de Ordesa-Viñamala no llevaría aparejada ninguna sanción económica, pero constituiría una mancha difícil de maquillar en la política de protección de la naturaleza del Gobierno de Aragón.
El título de Reserva de la Biosfera es concedido por la Unesco a aquellos territorios que conservan un singular patrimonio natural, cultural y paisajístico. La retirada de este sello de calidad pone en evidencia una mala gestión medioambiental de la administración donde está el territorio y significa una pérdia de prestigio. «Pero esto al Gobierno de Aragón -nos decía Mariano Polanco, portavoz de la Plataforma de Defensa de las Montañas de Aragón- le trae sin cuidado. Los que lo componen sólo ven nuestras montañas como el lugar donde hacer negocio».