En respuesta a «división en un pueblo de 3 habitantes»

Sr. Director:

En relación con el reportaje publicado el lunes pasado en su periódico (“División en un pueblo de 3 habitantes”) quisiera, como aludido, realizar algunas puntualizaciones.

Ante todo matizar que el Plan que promueve el ayuntamiento de Montanuy prevé la construcción de 2.300 viviendas, 3.500 plazas hoteleras y 3 campos de golf con todos sus servicios. Un Plan urbanístico que está totalmente condicionado al proyecto de ampliación de las pistas de esquí de Aramón-Cerler por el valle de Castanesa y que nada tiene que ver con las necesidades reales de un municipio de unos cientos de habitantes donde no existe paro laboral.

Sin embargo, el Sr. Agullana, alcalde de Montanuy, dice en el reportaje que se construirán 80 viviendas por núcleo y se insiste en el objetivo de crear 250 puestos de trabajo…ligados en su mayor parte a la práctica de una actividad – el esquí – que sólo es viable cuatro meses al año y se nutre de trabajadores eventuales y mal pagados.

Todo el Plan se basa en un convenio urbanístico que obliga al Ayuntamiento de Montanuy a recalificar de rústicas a urbanas todas las fincas que aporte la empresa Aramón, la cual ha estado comprando fincas rústicas a los vecinos del valle antes de resolverse definitivamente el PGOU. Estas operaciones se han realizado siendo Consejero Delegado de Aramón el Sr. Javier Blecua, actualmente cesado por presunta corrupción urbanística.

En el reportaje publicado el pasado lunes el Sr. Marcelino Iglesias dice “queremos modernizar las estaciones de esquí de Aragón para competir con Cataluña”. El Sr. Iglesias confunde “modernizar” con “ampliar”. Ello supone muchos gastos (una estación de esquí es deficitaria). Aramón ha dicho en numerosas ocasiones que necesita las plusvalías de la construcción urbanística para costear las estas ampliaciones. Por tanto, somos las gentes de los pueblos quienes, al vender las fincas antes de recalificar, pagamos las ampliaciones de las pistas de esquí, porque son las plusvalías que vamos a dejar de cobrar las que van a dar el margen suficiente a ARAMON para desarrollar su “¿obra social?”.

El urbanismo desatado ni es motor de la economía ni fuente de riqueza pública, sino todo lo contrario. Los inmensos beneficios de los especuladores se asientan inevitablemente en la miseria de la inmensa mayoría de la población. El pirineo aragonés viene siendo objeto de un monumental saqueo de su riqueza a manos de constructores, promotores y bancos con la complicidad de un amplísimo ejército de gestores públicos tan banales como mediocres desde hace décadas.

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