La explotación, a cielo abierto, tiene
como finalidad producir áridos de machaqueo, bloques y lajas destinadas a
obras de construcción.
El documento que Medio Ambiente ha sometido a consultas, previas a la
decisión de si el proyecto debe someterse a evaluación de impacto ambiental,
señala que la alternativa seleccionada por la empresa para ubicar la
explotación «afecta de forma marginal» al paraje de Tendereña –declarado
Lugar de Interés Comunitario– y a la ZEPA Reserva de la Biosfera de
Viñamala, además de resultar «visible desde la carretera Nacional 260».
La zona de extracciones se sitúa en una ladera cuyos cultivos han sido
abandonados. La empresa prevé llegar a extraer 672.000 metros cúbicos de
minerales –un volumen que duplica el de la basílica del Pilar sin torres–
en los 30 años que espera estar explotando la cantera. El ritmo inicial
sería de 10.000 metros cúbicos anuales, «que en función de la creciente
demanda, se estima alcanzará los 20.000″ en un lustro.
Alertrans prevé efectuar bancos de cinco metros, taludes de diez y bermas
de nueve de anchura. Afirma en el proyecto que los excavará sin necesitar
explosivos debido a que «la fina estratificación de los materiales y el
diaclasado de los mismos determina la existencia de bloques de tamaño
manejable». El material en bruto sería trasladado a las instalaciones de la
empresa en Sabiñánigo, donde sería sometido al machaqueo. El diseño inicial
incluye una explanada de mil metros cuadrados para verter la tierra vegetal,
arcillas y margas que generen los trabajos. Por último, proponen revegetar
la zona con especies autóctonas y plantar árboles para tapar la visión de la
cantera.
La cantera está proyectada a 1.700 metros del núcleo urbano de Yésero, en
el valle del Sía, un barranco que tributa sus aguas al Gállego en Biescas y
que está poblado por bojedales y quejigos.
La mina, al haber conseguido la empresa únicamente los derechos para
explotar una de las tres ubicaciones que barajaba, se situará en la zona de
mayor impacto visual sobre Yésero.
La constructora sostiene que ninguna de las tras alternativas incluye
«enclaves con especies de flora protegidas», aunque sí reconoce que «existen
a distancias medias nidificaciones de quebrantahuesos».
También asume que resultará afectado el cauce del río Sía, tanto por el
paso de la maquinaria como por la recepción de partículas en suspensión.