Elisa Vargas es desde el mes de diciembre la nueva directora de este organismo dependiente de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP). Explica que la progresiva modificación del clima podría afectar directamente a la producción energética al reducir los caudales de los ríos, modificar notablemente los ecosistemas y aumentar el riesgo de incendios.
Desde los años 50, la temperatura ha ido aumentando 0’2 ºC cada década. Según los estudios del Observatorio Pirenaico de Cambio Climático, en 2030 el incremento podría ser de entre 1 y 2ºC respecto a los valores actuales. Unas previsiones que, de cumplirse, tendrán “consecuencias graves”, alerta Vargas. Precisamente ofrecer una idea general del impacto del cambio del clima sobre el territorio y dar recomendaciones para administraciones y otros actores es el objetivo de este observatorio nacido en el año 2010.
Hasta el pasado año se financiaba a través de fondos europeos POCTEFA y en la actualidad, las regiones que integran la CTP (Andorra, Aragón, Cataluña, Navarra, País Vasco y las francesas Aquitania, Midi-Pyrinees y Languedoc-Roussillon) continúan sustentándolo económicamente mientras se buscan otras vías de financiación.
Los informes realizados por el Observatorio Pirenaico de Cambio Climático sobre clima, agua, biodiversidad, bosques y riesgos naturales, entre otros, así como toda la información sobre el organismo pueden consultarse en su página web: www.opcc-ctp.org