El Tribunal Superior de Justicia ha anulado el Plan General que recalificaba 50 ha en nueve localidades de Montanuy. La recalificación habría permitido financiar la ampliación de las pistas de esquí de Cerler hacia el valle de Castanesa, con lo que la sentencia paraliza la única alternativa para el desarrollo de la zona, que habría complementado las rentas de la ganadería, principal actividad de sus pocos habitantes, y habría creado algún empleo para los pocos jóvenes que allí quedan. Que digan los responsables de la asociación Naturaleza Rural y otras afines, que pretenden hablar en nombre de los vecinos que viven y trabajan en el valle, qué alternativas caben para evitar el declive y abandono definitivo del valle. ¿Qué problema ambiental ocasiona que en un término municipal de 17.400 ha se recalifiquen tan solo 50 y que, de media, se construyan en el plazo de 30 años unas 250 viviendas por localidad, cuando se han construido miles en los núcleos mas turísticos del Pirineo? Es muy cómodo poner palos en la rueda del desarrollo de un valle de montaña desde un confortable piso de la ciudad. Y por cierto, ¿cuántos miembros de estas asociaciones se dejaron la piel como hicieron los vecinos del valle en la lucha contra el fuego en el trágico incendio de marzo de 2012 para salvar sus bosques, tierras y pueblos?