El ayuntamiento de barbastro permite un pelotazo urbanístico con la ampliación de un área industrial

El proyecto de ampliación del polígono industrial Valle del Cinca, en Barbastro, ha propiciado una operación urbanística con una llamativa rentabilidad para Javier Blecua, consejero delegado de Aramón, al vender al Ayuntamiento de la localidad unos terrenos que había adquirido un año antes por un precio veinte veces menor.

El 20 de octubre de 2005, Javier Blecua, a través de una empresa unipersonal que creó 17 días antes, compró por 30.000 euros a dos matrimonios de Barbastro un solar de 22 hectáreas, con catalogación de urbano de uso industrial, ubicado en el polígono Valle del Cinca, entre las factorías de Brilen y Polyone. La adquisición la realizó a pesar de que ese terreno estaba entonces registrado a nombre de la extinta empresa SAICAR y los vendedores se encontraban reclamando su propiedad mediante un proceso judicial de expediente de dominio.

Medio año después, el 4 de abril de 2006, el juez, en un auto firmado por el secretario el día 26, otorga la propiedad a los dos matrimonios que ya habían vendido la finca. El día 11 de ese mismo mes, el alcalde de Barbastro, Antonio Cosculluela, ya había anunciado en un pleno que está negociando y tiene prácticamente cerrada una opción de compra de terrenos para la futura ampliación del polígono industrial.

Uno de los inconvenientes que tenía el Consistorio para poder adquirir suelo de uso industrial era la falta de fondos, por lo que Cosculluela solicitó en mayo de 2006 al Departamento de Economía y Hacienda de la DGA una subvención finalista que le fue concedida el 26 de septiembre con una cuantía de 300.000 euros. A partir de ese momento, el proceso de adquisición que Cosculluela, presidente también de la Diputación de Huesca, había anunciado, se acelera.
Tramitación urgente

Javier Blecua envía la oferta formal de venta de terrenos al Ayuntamiento por fax el 8 de noviembre. En el texto, con fecha oficial de entrada del día 10, advierte que la finca, cuya propiedad todavía estaba en ese momento registrada a nombre de SAICAR, está pendiente de ser cambiada de titularidad a favor de las personas a las que se la había comprado y después a la suya propia.

Para acreditar que el solar pertenece a su empresa, La Paúl y San Miguel Valle del Cinca, adjunta la escritura de compraventa del 20 de octubre de 2005 y el auto judicial que posteriormente otorgó el solar a los vendedores. En una parte de la escritura remitida al Consistorio se tacha el precio de los 30.000 euros, pero esa cifra aparece en otro párrafo del documento y también en la factura del notario que lo acompaña.

En el fax, Blecua fija el precio de 540.910 euros por toda la finca. Si se suma el IVA, la cantidad final es de 600.000 euros. Igualmente, señala que si el Ayuntamiento tiene interés en dividir la finca para adquirirla en dos fases, se mantendrá el precio de manera proporcional. De esta forma, tal y como posteriormente acuerda con el Consistorio, se vende aproximadamente la mitad del terreno, lo que equivale justo a la subvención concedida por la DGA, y se otorga una opción de compra por el resto a satisfacer antes del 31 de diciembre de 2007.

Además, Blecua señala que el Ayuntamiento se hará cargo de los impuestos que se deriven de las transmisiones y de la posible división de la finca, condición que se acepta y a la que después se añade la disposición municipal a correr con todos los gastos notariales y registrales de la operación.

Ese día 10 de noviembre, el alcalde firma un decreto para abrir el expediente de compraventa, se solicita una retención de crédito de 300.000 euros a cargo de la subvención, se rubrica un informe en el que se justifica la necesidad de ampliar el polígono industrial Valle del Cinca y se señala que algunos propietarios con los que se han entablado negociaciones previas han solicitado precios elevados. Se aporta también un informe pericial sobre el valor del suelo en el que se afirma que el solicitado por Blecua resulta «apto» por comparación con el de la Ponencia de Valores.

A la semana siguiente, el 17 de noviembre, Blecua solicita al Ayuntamiento licencia de segregación de la finca. El mismo día, el secretario general la concede. También en esa fecha se aprueba la retención de crédito y se elabora un informe de la unidad de Patrimonio y Contratación donde se dice haber confirmado los datos registrales aportados por Blecua, se justifica la segregación de la finca y se respalda la legalidad de la concesión. Este documento está firmado, aparte de por el secretario general, por el interventor accidental, que da su visto bueno en ausencia justificada de la interventora municipal titular del cargo.

Además, el mismo 17 se aprueba la compra mediante decreto de Alcaldía, se publica el pliego de cláusulas administrativas de la transacción y se remite al Boletín Oficial de la Provincia de Huesca el anuncio de información pública de dicho pliego.

Finalmente, el 5 de diciembre de 2006, Blecua vende a Alcaldía (que tiene potestad para llevar a cabo este tipo de actos sin que pasen por el pleno municipal) 105.227 metros cuadrados de la finca por 258.620 euros y establece la opción de compra de los restantes 117.005 para ejercerla antes del 31 de diciembre de 2007.

A la hora de formalizar el documento de pago, la interventora municipal mostró por escrito su desacuerdo con diversos aspectos de la operación, ya que, por ejemplo, consideraba que no estaba bien acreditada la titularidad de la finca y que no había fondos para pagar los gastos de notaría.

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