La empresa Explotaciones Turísticas de Candanchú SA (Etuksa) presentará la próxima semana el concurso de acreedores ante su crítica situación económica y financiera, complicada aún más si cabe tras la negativa de los principales accionistas a acudir a una ampliación de capital aprobada ayer por la junta general. Este trámite legal dejará en el aire la apertura de la estación de esquí para la próxima temporada, ya que el juez tendrá primero que tomar una decisión y designarse más tarde un administrador concursal antes de poder pactar una solución provisional que permita recibir esquiadores.
El ‘holding’ aragonés de la nieve, Aramón, está dispuesto a acudir al rescate de la estación de esquí del valle del Aragón para permitir que abra, aunque sea con retraso. Pero para ello requiere como condición indispensables no hacerse cargo de la deuda millonaria de Etuksa, que se eleva a unos 6,5 millones de euros.
El consejo de administración, que ya presentó el preconcurso el pasado 15 de octubre, asumió ante los accionistas reunidos ayer en Candanchú que están abocados al concurso, según apuntaron varios asistentes. De hecho, la junta general aprobó una ampliación de capital por 1,572 millones de euros, imprescindible para restablecer el equilibrio patrimonial al encontrarse en causa legal de disolución, sin que los principales socios ocultaran que no pensaban desembolsar el dinero necesario.
Los pequeños accionistas dejaron bien clara su disposición a renunciar a sus acciones si la medida podía servir para salvar la estación y garantizar el mantenimiento de la plantilla. El socio-director de Ilex Abogados, José Antonio Visús, que acudió en representación propia y de un grupo de pequeños accionistas del valle del Aragón, reclamó el cese del consejo de administración y reprobó su gestión. «Es un consejo desorientado, con falta de capacidad para resolver el gravísimo problema de Candanchú y del valle del Aragón», dijo.
Posible impugnación
José Antonio Visús, al igual que otros socios, recalcó que la junta general no podía aprobar la ampliación, puesto que no se había puesto a su disposición una copia íntegra de la propuesta junto con un informe de los administradores. Por ello, el abogado se reservó la posibilidad de emprender acciones legales.
La tensa junta de accionistas se alargó tres horas y media y contó con la asistencia de 40 personas, que representaban el 56% del capital. Los máximos responsables de Etuksa presentaron el informe de gestión «sin ningún tipo de información económica», como denunciaron varios socios. Además, se quejaron de que los datos del balance económico proyectados en una pantalla ni se podían leer.
Uno de los principales accionistas y miembro del consejo, Miguel Gurruchaga, llegó a asumir que « quizás » habían actuado «tarde», lo que provocó la contestación del abogado José Antonio Visús. Este aseveró que la dirección de Etuksa «o ha actuado con mucha temeridad o se compone de muy buenas personas», puesto que tendrán que responder de la deuda con su patrimonio personal «al haber incumplido los principios de la ley concursal».
El director de Candanchú, Eduardo Roldán, explicó que la junta general aprobó las cuentas, la gestión del consejo y la ampliación de capital. E insistió, como había dicho a los socios, en que el propósito de Etuksa era firmar el convenio con el Gobierno de Aragón para salvar la estación «a la mayor brevedad posible», aunque no dio detalles de los últimos contactos mantenidos esta semana. En cuanto a la deuda con la Mancomunidad de Aísa, apuntó que están «en negociaciones», al igual que con el resto de acreedores.