El hotel Formigal, el segundo más grande de la estación de esquí, cambiará de manos en breve. Aramón está ultimando su venta a una empresa española que cuenta con capital ruso, por más de 4,5 millones de euros. La operación forma parte del plan diseñado por el ‘holding’ de la nieve para reducir la deuda desprendiéndose de algunas de sus propiedades.
La venta se pretende cerrar en breve, en cuanto dé el visto bueno el Consejo de Administración de la sociedad formada por el Gobierno de Aragón e Ibercaja, y eso podría producirse en los próximos días. La compañía que ha realizado la oferta para hacerse con la titularidad del hotel, de 4 estrellas y 108 habitaciones, ha comprado otros activos turísticos en España y cuenta además con bienes inmuebles en varias partes del país, según fuentes cercanas a la operación.
Hace tiempo que Aramón tenía intención de desprenderse de esta propiedad. Con su venta y la de otros inmuebles, pretende amortizar parte de la deuda. Cifrada en 78 millones de euros, a finales del 2013 consiguió refinanciarla, para devolver el dinero en un plazo de diez años.
El plan de negocio del ‘holding’ incluye la desinversión de activos, entre ellos el hotel Formigal y dos parcelas en la misma urbanización, por lo que se espera ingresar en torno a ocho millones de euros. Las parcelas, denominadas Blanchard y Pignatelli, se publicitaron en la web de Aramón por un precio conjunto de salida de 1,7 millones, tras no haberse ejercitado la opción de compra por 3,1 que firmó una promotora inmobiliaria de Zaragoza.
A principios de 2014, el Consejo de Administración dio el visto bueno para enajenar los terrenos, aunque sobre todo tenía la vista puesta en la operación inmobiliaria con el hotel, que reportaría mayores beneficios, por encima de los 4,5 millones.
Aramón había recibido distintas ofertas. Sin embargo, hasta ahora no ha conseguido llegar a un acuerdo. El grupo de la nieve se resistía a vender por debajo del precio estipulado en el informe de valoración, por lo que optó por esperar a otro comprador que finalmente ha llegado.
El edificio data de los años 60. Lo construyeron los fundadores de la estación de esquí del valle de Tena y desde entonces lo han explotado diferentes cadenas hoteleras. Llegó a gestionarlo directamente el ‘holding’ aragonés, que realizó una gran reforma de las instalaciones para adaptarlas a los nuevos tiempos. En 2007 firmó un acuerdo con la cadena Abba Hoteles para ceder su explotación. Esta se quedó con la plantilla, que actualmente es de hasta 35 personas en la época de mayor ocupación en temporada invernal. El contrato con ese grupo turístico sigue vigente, una cuestión que habrá que resolver con el cambio de titular.
En la urbanización, todavía dispone de otros activos. Entre ellos, varios pisos, que se utilizaban habitualmente para el alojamiento de los empleados, alguno de los cuales también han salido a la venta.
El Hotel Formigal es el segundo más grande que todavía sigue operativo en la urbanización. El de mayor capacidad, el Aragón Hills, inaugurado en 2007, permanece cerrado desde hace casi dos años y sin ningún tipo de mantenimiento, deteriorándose a pasos agigantados. Llegó a esta situación debido a los problemas judiciales del empresario valenciano Ángel del Cabo, presunto colaborador del expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán.