La telecabina de la Expo volverá a dar servicio, pero no será finalmente en ninguna de la estaciones de esquí aragonesas como se había previsto hasta ahora. El grupo aragonés de la nieve, Aramón, prefiere hacer caja para reducir su deuda, por lo que negocia la venta del remonte a su competencia directa, al complejo andorrano de Grandvalira. Aunque su adquisición superó los 11 millones de euros hace siete años, el holding está dispuesto a desprenderse del sistema de transporte por cable de Zaragoza por un 10% del importe, en torno a 1,15 millones. Eso sí, se ahorrará los 600.000 euros en los que se presupuestó el desmontaje y traslado de toda la infraestructura, ya que la factura correría a cuenta de los compradores.
El consejo de administración de Aramón dio el visto bueno a la operación en su última reunión, celebrada la semana pasada, por lo que ahora hace falta concretar el interés demostrado por la estación andorrana para que desaparezca uno de los elementos más característicos de la Expo. El remonte debía funcionar durante un cuarto de siglo en Zaragoza, pero cuando no se habían completado ni tres ejercicios de su puesta en marcha dejó de dar vueltas entre la avenida de La Almozara y el Parque del Agua por las elevadas pérdidas acumuladas. El remonte está parado desde principios de 2011 y las cestas solo se movían semanalmente en vacío para cumplir un exhaustivo programa de mantenimiento.
Las cabinas se descolgaron a principios del mes de mayo, cuando Aramón decidió que valía más la pena desmontarlas que dejarlas sine díe sobrevolando el río Ebro a la espera de su definitivo traslado. Si todo fructifica, lucirán en uno de los sectores andorranos de Grandvalira en la próxima campaña de esquí. La estación cuenta en la actualidad con tres telecabinas y su pretensión es ampliar la red, tal y como reconocen sus gestores y han publicado los medios de comunicación locales.
Fuentes de Aramón confirmaron a este diario que también han demostrado interés por quedarse con el sistema de transporte por cable varios intermediarios con los que se ha contactado. Su objetivo sería trasladar la telecabina a alguna estación de Austria, Turquía e incluso de La India.
Tras el fiasco comercial de la explotación en Zaragoza, la posibilidad que en un principio hizo pública Aramón fue la de llevarse el remonte a alguna de las estaciones del grupo, concretamente a las de Formigal o de Cerler, aunque la opción que tomó más fuerza fue la del valle de Tena.
Los planes pasaban hace un mes por montarlo de nuevo en Formigal con el objetivo de unir los sectores de Sarrios y Anayet. Allí funciona la silla Collado y con la telecabina se lograría duplicar la capacidad de transporte en un punto clave del complejo, que se convierte en un cuello de botella cuando hay picos de demanda. «Es un paso crucial de la estación», añadieron.
No obstante, desde Aramón ya aclararon que la decisión final sobre el futuro de la telecabina dependería de los costes y de las posibles ofertas de otras estaciones. Aramón inició las negociaciones con Leitner, que fabricó el sistema y debía reinstalarlo para cumplir el acuerdo firmado en su día. Su coste rondaba los 3,6 millones, por lo que se ha optado finalmente por ahorrarse este dinero y ganar en torno a 1,5 millones con su venta.
Además, la cúpula de Aramón entiende ahora que la telecabina no sería tan beneficiosa para Formigal, puesto que su capacidad de transporte es muy superior a los picos de demanda que se necesita cubrir y, por otra parte, obligaría a los esquiadores a quitarse y ponerse el equipo, lo que supone un inconveniente añadido para la explotación. No obstante, Aramón ya dijo en su día que la decisión final dependería tanto de los costes como de las posibilidades de venta de este activo al que no se le sacaba rendimiento.