A falta de solo mes y medio para que concluya el verano, parece poco probable que se inicien este año las obras de ampliación de la estación de esquí de Valdelinares, un proyecto que en junio fue declarado de interés general por parte del Gobierno de Aragón con objeto de agilizar los trámites administrativos. Eso es, al menos, lo que piensan los alcaldes de la zona, que no ven tiempo material para que arranque el proyecto, ampliamente demandado por los pueblos de la comarca.
Sin embargo, los trabajos de acondicionamiento del nuevo acceso al complejo invernal avanzan a pasos agigantados, de manera que se espera que en el mes de septiembre pueda estar la carretera que circunvala la estación lista para su uso.
Desde el grupo Aramón -la empresa que gestiona la estación- reconocieron que todavía falta finalizar el proceso expropiatorio para que las primeras máquinas puedan entrar en la zona para habilitar nuevas pistas de esquí. Señalaron que estos trámites se encuentran a un 80% de su ejecución y agregaron que la tramitación administrativa «tiene unos tiempos que hay que cumplir, entre ellos la exposición pública». Según precisaron, el proyecto, incluso el plan de obra, están ya preparados para arrancar en cuanto concluyan los trámites burocráticos.
Pese a todo, fuentes de la estación indicaron que, si bien resulte difícil empezar los trabajos en estos meses previos al otoño, «nada es descartable».
Por el contrario, las previsiones son que la nueva carretera de acceso al complejo deportivo esté terminada el mes que viene. En algunos tramos de esta nueva vía únicamente están pendientes los trabajos de asfaltado.
El proyecto, que ha consistido en modificar el trazado de una antigua pista forestal, está siendo ejecutado por la Diputación Provincial mediante un convenio de colaboración suscrito hace un año con el Gobierno de Aragón para la financiación del mismo. En la infraestructura se han invertido 1,4 millones de euros y permitirá la conexión con el pueblo de Valdelinares sin necesidad de atravesar las instalaciones de la estación de esquí. La carretera arranca en la entrada del primer aparcamiento y finaliza en la zona del Collado de la Gitana.
Los alcaldes de la comarca consideran que este nuevo acceso mejorará las condiciones del tráfico y seguridad de la estación. De hecho, la gran afluencia de esquiadores registrada en ciertas fechas durante las campañas invernales ha provocado en alguna ocasión el colapso de las comunicaciones.
Además de favorecer el tránsito viario, en la zona confían en que la nueva vía contribuya a promover el desarrollo socioeconómico de las sierras de Gúdar y Javalambre.
Si importante es esta infraestructura para los pueblos de la comarca, todavía lo es más la ampliación de la estación, en la que tienen puestas todas sus esperanzas tanto ayuntamientos como empresarios. Los agentes sociales y económicos creen que será un revulsivo para el turismo, «al ofrecer un producto más competitivo», señalaba una empresaria.
El alcalde de Alcalá de la Selva, Jesús Edo, sostiene que el proyecto es tan amplio que, aunque este año no arranquen las obras, «entiendo que hay trabajos por los que se podría empezar ya por no requerir de tantos trámites burocráticos, como es el telesilla grande». A su juicio, esto crearía nuevas expectativas en la zona.
La ampliación de la estación de Valdelinares, para la que algunos empresarios reclaman hasta 25 kilómetros esquiables, es una vieja demanda de la comarca. Forma parte de un plan concebido en 1996 con el que se pretende duplicar el perímetro del complejo, que de los 7,5 kilómetros de pistas actuales, pasará a disponer de 15 cuando finalice el proyecto. Es una ambiciosa intervención, presupuestada en una primera fase en nueve millones de euros, aportados por el Fondo de Inversiones de Teruel. En la campaña de 2009 entró en funcionamiento la pista azul, denominada la Mina, pero falta el grueso de la ampliación, que consta de cinco nuevas pistas.