Y digo reconocida porque no sabemos como refleja Aramón el valor de sus suelos pendientes de desarrollo urbanístico en Cerler y Castanesa en sus cuentas: ¿a precios de antes o después de la crisis? Quizás convenga recordar que el Gobierno anunció una nueva inyección, por enésima vez, en diciembre de 2011 para refinanciar la deuda de Aramón, que ascendió a 9 millones de euros. Y dada la predisposición del señor Consejero y exdirector de Aramón a olvidar, es más que probable que las transfusiones de ingentes cantidades de dinero público sigan manando para retrasar, que no evitar, la catástrofe económica y ambiental del modelo esquí-inmobiliario de nuestro Gobierno.
Los ciudadanos no debemos olvidar, ni consentir que se nos pida que hagamos la vista gorda. Debemos pedir responsabilidades al Gobierno de Aragón e Ibercaja, deben explicar de donde va a salir el dinero para tapar el agujero, y como van a redefinir el modelo de desarrollo turístico ligado al esquí en los próximos años.