«si se tiene que hacer un proyecto de esquí, que se haga, pero que se desvincule del urbanismo»

Zaragoza.- La Mesa de la Montaña se constituyó el pasado mes de junio, y desde entonces se reúne varias veces al mes. La Plataforma en Defensa de las Montañas participa en este debate, cuyo objetivo es marcar las bases con las que las Cortes elaborarán la Ley de la Montaña, uno de los compromisos del presidente Marcelino Iglesias.

El portavoz de la plataforma, Francisco Iturbe, confirma que definir cómo se tendrían que regular los proyectos de la nieve está creando dificultades. Los ecologistas insisten en que el urbanismo debe desvincularse de las estaciones de esquí, a veces menos peligrosas para la naturaleza que las grandes urbanizaciones.

Pregunta.-Acaba de empezar 2010. ¿Tendrá Aragón este año la prometida Ley de la Montaña?
Respuesta.- Entendemos que sí, porque es el compromiso del presidente Iglesias, que se comprometió a tenerla antes de acabar esta legislatura. De hecho, la Mesa de la Montaña surgió con la condición de facilitar el trabajo a las Cortes para aprobar esta ley.

P.- ¿Cómo va la mesa de trabajo? Parece que el tema de los proyectos de la nieve está “encasquillando” el proceso, ¿no?
R.- Sí, era lo lógico. No obstante hay que insistir en que las partes implicadas están debatiendo, cosa que hasta ahora no había sucedido después de muchos años. Ése es el papel de la mesa.

P.- ¿Pero cuál es la postura de la plataforma en este punto polémico?
R.- El gran problema es el tema de la protección de la alta montaña, tanto por sus valores como por las amenazas en forma de urbanización, sobre todo en los últimos años.

Con el tema de la altitud, ya planteamos una cota orientativa de 1.500 metros, y es interesente que en la mesa ya hay un organismo científico del CESIC que ha opinado que la cota de alta montaña está en los 2.000 metros y que por encima de esa cota el ecosistema es tan frágil que debería tener una protección especial. Y esa es una de nuestras reivindicaciones históricas.

 

 

P.- Y en cuánto al tema del urbanismo, ¿dónde radica la dificultad para alcanzar un acuerdo?
R.- El urbanismo es una gran amenaza. Lo que pedimos es que si se tiene que hacer un proyecto de esquí, que se haga, pero que se desvincule del urbanismo. Que se estudie si es viable o no, pero que no se presente –como está sucediendo con todos los proyectos de Aramón- acompañado de grandes urbanizaciones, que en la mayoría de los casos son más problemáticas que la propia estación en sí. Y esta demanda no se acaba de entender por parte del Gobierno de Aragón.

P.- ¿Cuál es la postura del Ejecutivo?
R.- Se quiere intentar mantener el viejo modelo de que el urbanismo sea el motor económico y esto a nosotros sí que nos parece fundamental no mantenerlo. No decimos que no se puede urbanizar, sino que ambos proyectos, nieve y urbanismo, sean independientes. Pero si un pueblo necesita para sus habitantes casas, evidentemente se tienen que hacer, una cosa no tiene nada que ver con la otra.

P.- ¿Cree que las Cortes seguirán a pies juntillas las conclusiones de la mesa?
R.- (Silencio) La verdad es que muy optimista en ese aspecto no se puede ser por las experiencias pasadas, aunque también es verdad que se ha avanzado más en cinco meses de mesa que en los últimos cinco años de confrontación. La plataforma va a seguir muy alerta para que determinadas cuestiones se tengan en cuenta, como son el tema de los ganaderos y los científicos. Esas voces han aparecido en la mesa y sí que tienen que ser escuchadas en las Cortes de Aragón. Si no se hace, desde luego que la Ley saldrá coja, si no se reconoce el papel de la ganadería de montaña y los valores técnicos y científicos que tienen esas zonas.

P.- ¿Cuándo se prevé presentarlas?
R.- El tope máximo tiene que ser marzo de este año, y en eso seguimos, para que las Cortes ya la puedan tramitar. Los plazos siguen siendo los iniciales.

P.- ¿Y hay plazo para su aprobación?
R.- El compromiso es tenerla antes de que acabe esta legislatura, por lo que se supone que para finales de este año tiene que estar. Pero no le puedo concretar más.

P.- ¿Qué le puede pasar a la montaña aragonesa si no se desarrolla esta Ley? ¿O esta hipótesis ya no la contemplan?
R.- No la queremos contemplar, (risas), porque entendemos que el compromiso es en firme. Si no se aprobase, seguiríamos en la actual situación en la que estamos, sin un marco que regule lo que sucede en las montañas y yendo a golpe de proyecto. Cualquier cosa que se proponga en las montañas puede ser factible y se avanzaba en esa especie de marasmo. Parece que con el parón inmobiliario esto se ha suavizado, pero hace dos años estábamos viendo cómo en cada valle había proyectos amenazantes, donde el paisaje es prácticamente irrecuperable, y dando mordiscos al patrimonio y afectando a la calidad de vida de los propios habitantes.

 
 

P.- Dice que se ha ido “dando mordiscos” al paisaje sin coordinación ¿Existe algún tipo de conexión entre este “desarrollo” de la montaña y los últimos aludes?
R.-Sí y no. Aludes ha habido siempre y van a seguir habiendo. Existen zonas de riesgo, si en éstas no hay nada construido no suele pasar nada, pero si, por poner un ejemplo, se construye una urbanización aumentan las posibilidades de que sea una tragedia.

Un caso bastante claro es el del Balneario de Panticosa. Hay zonas en las que durante siglos no ha habido ningún problema pese a tener riesgos de aludes porque allí no se construía, pero que ahora, que se ha decidido construir, es cuando empiezan a haber problemas. Pero no es un problema de aludes, sino de que nos estamos metiendo donde no debemos. Otro caso muy paradigmático es el de Astún.

P.- ¿Sabe que se está estudiando el realizar una cartografía con zonas en riesgo de Aragón?
R.- En estos momentos ya existe un estudio con todas las zonas de riesgo tanto de aludes como sísmicos, pero sí se quiere hacer y mejorar pues evidentemente mucho mejor, porque son elementos muy importantes a tener en cuenta y donde además entra en juego la seguridad.

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