EL MUNDO DE LOS PIRINEOS, 41, SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2004
EDITORIAL
¿Ya adelantamos algo?
Este número de EL MUNDO DE LOS PIRINEOS, como siempre, está lleno de cosas
bellas. Nuestro tema central, que dedicamos a las desconocidas montañas
andorranas, reportajes sobre el esquileo, el valle de la Fueva, los puentes
o el macizo de Jaizkibel; nuestra entrega de la serie sobre el clima con el
tema de la niebla, las secciones habituales… Pero si el lector atento se
fija, la revista está perlada de hechos preocupantes. El valle de
Espelunziecha, hermoso en la fotografía de esta página, está siendo devorado
por máquinas excavadoras; en nuestras páginas de Actual informamos sobre el
insostenible crecimiento inmobiliario de algunas comarcas del Pirineo
oriental; en el informe de Preocupados por… advertimos del alcance que
puede tener para la cordillera la ampliación de la Unión Europea. Al
parecer, la fortuna o el infortunio venidero están en manos de los
políticos.
En las últimas décadas las organizaciones ecologistas han hecho un
sobreesfuerzo. No sólo para denunciar algunos hechos lamentables, sino para
aportar alternativas, propuestas válidas, generalmente bien estudiadas, con
razonamientos sensatos. Pero seguimos viendo como, un tanto irracionalmente,
quienes llevan las riendas de la Administración siguen apostando por un
modelo económico que ya hace mucho da muestras de agotamiento. Tanto se ha
hablado de la ³balearización² del Pirineo ¡y tan poco caso se le ha hecho!
¿Es normal que en algunas zonas de la cordillera se construya a ritmo de 25
viviendas por cada nuevo habitante? ¿Alguien se ha parado a pensar si el
negocio del esquí es rentable por sí mismo? Sí, más de uno se ha detenido en
analizar estos fenómenos, y ha llegado a conclusiones escalofriantes.
Viendo a los ecologistas todavía obligados a acampar en zonas que están
siendo modificadas por las excavadoras, nos preguntamos si en 30 años de
democracia hemos avanzado algo.