Nuevo editorial de desnivel. de la costa a la montaña

El Ministerio de Medio Ambiente va a intervenir para paralizar una construcción en Murcia, en la costa. Allí, una empresa ha comenzado los trabajos para levantar 2.000 viviendas, hotel, zona comercial, campo de golf y playa artificial. Una diputada de la oposición murciana ha calificado así la obra: “Una de las actuaciones más agresivas sobre uno de los recursos naturales más importantes de nuestra región”. Pensando en la costa, ha enunciado lo que hoy se vive en las cordilleras por culpa de la industria de la nieve. Sin embargo, el Ministerio interviene en la playa, pero nada hace por la montaña.
El ansia por estaciones de esquí nuevas y más grandes allí donde les dejen continúa. Y bien que les dejan: en Aragón el jefe de Medio Ambiente es un anterior directivo del promotor, Aramón. A la nómina gruesa de proyectos hay que añadir más: la gallega Peña Trevinca recalificando terreno perteneciente a la red Natura 2000, ampliación de Béjar por una Zona de Protección de Aves y una propuesta de “recalificación” extraña como es privatizar Navacerrada antes de que se continúe avanzando en el parque nacional de la sierra de Guadarrama. Repasamos el resto: Fuentes de Invierno, San Glorio, ampliación de Formigal por Espelunciecha, Castanesa, Punta Suelza y/o La Munia– Ruego, Val Fosca, ampliaciones de Gúdar y de Javalambre, ampliaciones de Baqueira-Beret, reducción
de la Reserva Natural de Larra para ampliar la estación de esquí de fondo. No olvidamos
la idea macabra de recortar el parque de Sierra Nevada para ampliar la estación porque son ellos quienes no la olvidan.
Salvo las leyes de espacios protegidos, nada defiende a las montañas de ellos. Quizás algunas no lograrán nunca protección alguna pero lo que no merecen es que se las desfigure de una manera tan dramática. No tienen defensa, salvo la pelea desigual de los grupos conservacionistas, porque los ministerios de Medio Ambiente de varias legislaturas no han tenido oídos para la petición de una Ley de Protección del Paisaje o una Ley de Protección de la Montaña.
Es más, este Ministerio de Medio Ambiente no tiene ojos para el Convenio Europeo del Paisaje, ni la Carta Española de las Montañas que le han caído delante de su cara. Los dos son documentos importantes, listos para ser suscritos, en los que han trabajado personalidades relevantes en sus áreas de trabajo o de conocimiento. La Carta, encargada por el anterior Ministerio, fue sometida además a un consenso amplio.
Ya que los gobiernos se guían tanto por las estadísticas, sería útil que remiraran la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas de febrero y marzo de 2004. Según el CIS, el 88% de los españoles quiere que el gobierno (cualquier gobierno) defienda el medio ambiente de las empresas y de los individuos. Parece una extrapolación muy realista decir que casi la totalidad de los españoles está por tanto pidiendo medidas para la protección del paisaje y de la montaña.
¿Y este Ministerio?, ¿va a aprobar la Carta?, ¿va a suscribir el Convenio Europeo? Desde esta revista hemos llegado hasta donde hemos podido: la secretaría del Gabinete de la Ministra, cuyo titular es también co–responsable de Medio Ambiente de su partido, para preguntarlo. Desde antes de verano tienen nuestra petición de información por escrito, junto a nuestra queja por la actitud caciquil del alcalde de Sallent de Gállego. Aunque insistimos cada mes para tener y ofrecer a los lectores una respuesta, sólo sabemos que la petición está derivada a un departamento cuyo nombre no nos quieren decir.

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