No caben más ladrillos en los pirineos

No caben más ladrillos

Val d¹Aran, Cerdanya y Andorra han llegado al techo de su crecimiento urbanístico, según un estudio presentado por el profesor de geografía de la Universitat Autònoma de Barcelona, Antoni Tulla. Entre las soluciones barajadas para este problema destaca la necesidad de promover iniciativas turísticas locales, como el agroturismo y otro tipo de servicios, en detrimento de la construcción de segundas residencias. En el caso de la Cerdanya, la opinión de los expertos se ve reforzada por la creación de plataformas ciudadanas contrarias a la construcción de nuevas urbanizaciones a la comarca. La última, Salvem Pedra, pretende detener la construcción de 137 viviendas en ese municipio perteneciente al término de Bellver de Cerdanya, con solo cinco casas habitadas todo el año. El caso de Pedra se suma a otros planes para la construcción de segundas residencias en la Cerdanya, directamente a través de urbanizaciones o maquilladas en proyectos de campos de golf o ampliación de pistas de esquí, lo que ha generado un arduo debate en el que participan activamente las autoridades locales y también las entidades cívicas y culturales.

En Val d¹Aran, y concretamente en el municipio de Naut Aran, por cada nuevo habitante ganado se han construido hasta 25 viviendas. Según el secretario de planificación territorial de la Generalitat, Oriol Nel.lo, ³esto constata que la segunda residencia no ayuda a fijar población en el territorio, por lo que hemos de orientarnos hacia otro modelo de desarrollo turístico, pensando más en la construcción de hoteles y la oferta cultural². En Andorra las organizaciones ambientales se quejan de las urbanizaciones que tiene lugar fuera de los núcleos urbanos, ya que están degradando algunos de los espacios más valiosos del principado, como el valle de Incles o la zona de Cortals d’Encamp.

Referéndum popular. El Empordà ha realizado recientemente una consulta convocada por la plataforma Salvem l¹Empordà para pronunciarse sobre una moratoria urbanística. La consulta contó con el consentimiento de la Junta Electoral. Votaron 5.700 ciudadanos. el 96%, a favor de que se detenga la construcción.

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