Los excursionistas invaden las montañas más icónicas

La banalización de la montaña comporta problemas tanto en el Everest como en cimas infinitamente más modestas pero que no están al alcance de cualquiera. Todo el mundo se atreve con los destinos más icónicos alimentando los problemas de masificación en días punta, la destrucción del medio ambiente y, en el peor de los casos, los accidentes, de mayor o menor gravedad. El Pedraforca, de 2.506 metros, está en el punto de mira de los Bombers de la Generalitat y del parque natural del Cadí-Moixeró al ser una de las cumbres más solicitadas, tanto por excursionistas o escaladores curtidos como por domingueros que se agobian al tener que trepar por el Coll del Verdet y bajar por la Tartera. Dos enclaves en los que se han registrado víctimas mortales en los últimos años.

Su fácil acceso desde el área metropolitana de Barcelona anima a coronarlo. Evitar en lo posible la Tartera, un frágil pedregal que se extiende por una pendiente de poco más de un kilómetro, es uno de los retos que se marcó el parque natural cuando en el 2016 habilitó un camino alternativo. El problema es que este itinerario, que discurre al lado de la Tartera, sufre desperfectos periódicamente y requiere de reparaciones que este año todavía no se han acometido. “Debido a la gran inestabilidad del terreno, el sendero necesita mantenimiento”, apunta Joan Casòliva, geólogo del parque natural y montañero. Pero esta temporada, la reconstrucción se realizará tarde, los trabajos no se prevén iniciar hasta principios de septiembre.

La alternativa a la ‘Tartera’
El camino que evita el pedregal del Pedraforca es utilizado por la mayoría de senderistas

Aun así, Casòliva estima que actualmente la gran mayoría de senderistas utilizan el camino y que sólo un 15% sigue bajando por el pedregal contribuyendo de esta manera a la erosión y destrucción de este frágil hábitat. “De momento, no hemos prohibido el paso por la Tartera, aunque no lo descartamos en un futuro”, cuenta Gasòliva mientras desciende por el sendero con algunos tramos incómodos y resbaladizos que piden a gritos una mejora.

El otro punto que precisa atención si se asciende por la ruta clásica (refugio de Estasen-Coll del Verdet-cima del Pollegó Superior-Enforcadura-Tartera-Estasen) es el Coll del Verdet. Una vez allí no son pocos los que maldicen el momento en que decidieron tutear al Pedraforca.

La Vanguardia fue testigo la semana pasada de cómo una deficiente preparación física provoca situaciones comprometidas, aunque en este caso no hubo que lamentar desgracias. Tres amigos, uno de ellos de 67 años y con sobrepeso, sufría lo indecible en el Verdet. Mejor dicho, en el Verdet y a lo largo de todo el recorrido. Josep, de 62 años, y su hijo se armaron de paciencia para esperar y ayudar a su compañero. Salieron a las ocho de la mañana de la pista cerca del refugio de Estasen donde aparcaron el coche y hasta trece horas después no regresaban al punto de partida. En condiciones normales esta excursión se prolonga de cinco a seis horas, en función de las paradas y del ritmo.

Durante el 2018
Hasta el viernes, los bomberos realizaron 18 rescates en esta montaña

La lluvia les pilló en la bajada lo que pro vocó un par de caídas al veterano del grupo. Este caso ilustra a la perfección lo que no debe hacerse en el monte. Josep explicaba que ellos no son unos novatos, que han subido otras veces el Pedraforca, pero que en esta ocasión su amigo no estaba preparado para el reto.

Desgraciadamente, el Pedraforca o los Pirineos atesoran demasiados ejemplos de una conducta negligente, de imprudencias que se saldan con un rescate o en males mayores. Desde enero y hasta el viernes por la mañana, los Bombers de la Generalitat habían ejecutado 18 operaciones de salvamento, una menos que durante el mismo periodo del 2017, en este enclave que se reparte entre los términos municipales de Saldes, Gòsol y Gisclareny, en la comarca del Berguedà. Casòliva considera que el camino alternativo a la Tartera ha reducido los accidentes pero que es necesario tener información mucho más detallada de las causas de los rescates y de los puntos exactos dónde se realizan para poder hacer un análisis más exhaustivo y mejorar la seguridad.

“El Mont Blanc es un parque de atracciones, una ascensión de urbanitas”, deplora el alcalde de Saint Gervais les Bains

El parque natural ha encargado un estudio al Institut Nacional d’Educació Física de Catalunya (Inefc) en Lleida para determinar con exactitud el número de personas que suben al Pedraforca. El trabajo, dirigido por Estela I. Farías, consiste en preguntar a los excursionistas que están en esta zona del Cadí-Moixeró cuál es la ruta que prevén emprender para contrastar estos datos con las cifras registradas por los distintos contadores dispuestos en los puntos de acceso al Pedraforca. Farías detalla que del total de 1.233 montañeros abordados un domingo de julio y un sábado de agosto, 1.065 pudieron concretar su itinerario que, en el caso de unos 500, era la cima del Pedraforca. La investigación se prolongará durante el 2019.

Los llamamientos a la prudencia y a la preparación no son gratuitos. bomberos, Mossos y Guardia Civil no dan abasto. La festividad del 15 de agosto precisó en siete casos la activación de medios aéreos para ir en ayuda de excursionistas en apuros, en Catalunya. Y este jueves fallecía en el Pico Infiernos, en Panticosa, en el Pirineo aragonés, una mujer de 48 años que se precipitó por una ladera.

Los sucesos que más preocupan son aquellos en los que se ven involucrados menores, a veces presionados por padres demasiado exigentes y otras por monitores sin suficiente preparación.

Debate
Del Aneto al Mont Blanc, ¿hay que regular las cimas?

La masificación, los daños al medio ambiente y las situaciones de peligro invitan periódicamente a debatir sobre la necesidad de limitar el acceso a algunas cumbres. Sea el Everest, que esta primavera registró la cifra récord de casi 800 cumbres; el Mont Blanc, con entre 300 y 400 diarias en temporada alta, o el Aneto, con 240. El alcalde de Benasque, Ignacio Abadías, se ha manifestado esta semana a favor de poner límites en el techo de los Pirineos, de 3.404 metros, tal como publicó el jueves El Heraldo. “No digo que haya que cobrar como hacen en el Everest, pero habrá que regularlo, igual que se hace con otras actividades, porque se acumula mucha gente en la cima . Y mucha gente tiene educación, pero a otros les falta una asignatura de urbanidad”, indicó Abadías, que recuerda que hay quienes tienen que jugarse la vida, los rescatadores, para solucionar “actitudes negligentes”.

Las declaraciones de Abadías llegaron unos días después de que Jean-Marc Peilleux, alcalde de la localidad de Saint Gervais les Bains, en la vertiente francesa para subir el Mont Blanc, lamentara que esta cumbre de 4.810 metros se haya convertido en “un parque de atracciones, en una ascensión de urbanitas, de turistas que no entienden que en la alta montaña hay reglas”. Peilleux cuenta a Le Parisien que lleva quince años pidiendo que se regule el Mont Blanc para evitar conductas deplorables. Un guía recibió el puñetazo de un excursionista porque no le dejó pasar; un grupo de letones cargaba un mástil de diez metros con la intención de izar la bandera de su país en la cima… Un rosario de despropósitos.

El déficit de cultura de montaña es preocupante.

“Al Pedraforca suben desde escaladores y alpinistas a gente con poca experiencia y también niños de colonias”, alerta Casòliva. Precisamente, en agosto del 2011, los bomberos tuvieron que rescatar a 17 menores, de siete a once años, y a sus monitores, sorprendidos por una feroz tormenta cuando emprendían el descenso. La aventura se quedó en un susto.

Sin nivel técnico ni forma física

El estudio “Accidentalidad en deportes de montaña de federados”, realizado por la Federación Española (Fedme), destaca que las causas mayoritarias de rescates son la falta de nivel técnico (39%) y de preparación física (25%). Estos motivos están menos presentes en el caso de las personas federadas (el 32% y el 20%), lo que indica que este colectivo tiene una mejor formación. Esta estadística surge de una fuente, los Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim), por lo que tal como reconoce Alberto Ayora, responsable del comité de seguridad de la Fedme, los datos son incompletos y hace un llamamiento a la necesidad de que los diferentes cuerpos que participan en salvamentos en el medio natural utilicen los mismos criterios a la hora de documentar la información para poder realizar análisis más completos. Ayora subraya la importancia de que cada vez más gente practique senderismo, el deporte mayoritario, pero alerta de la urgencia de emprender iniciativas para que todo el mundo disfrute de la montaña de una manera responsable.

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