La Navidad se acerca y las estaciones de esquí del Pirineo que aún no han podido estrenarse, todas excepto Cerler, están trabajando a marchas forzadas para intentar abrir y aprovechar así una de las épocas de mayor demanda. Ante la ausencia de nevadas significativas, los centros están sacando toda su maquinaria para producir nieve artificial o para trasladarla con palas y camiones a las zonas más bajas.
Candanchú y Astún esperan poder fijar por fin hoy una fecha de apertura, mientras que Aramón por ahora no se marca plazo para Formigal-Panticosa y solo insiste en que anunciará la esperada noticia «lo antes posible».
En Astún, en los últimos días están utilizando camiones y palas para recoger la nieve que el viento desplazó hacia el parquin para llevarla a los embarques de los telesillas y las pistas de la zona baja, «que es donde más problemas tenemos por las temperaturas», ha explicado este miércoles el director, Alejandro Madrid, quien ha reconocido que mover cientos de metros cúbicos de nieve es una labor muy complicada. «Nos supone muchos recursos, pero tampoco nos podemos quedar con los brazos cruzados. Estamos haciendo todo lo que podemos», recalcó. Ha admitido que hay «inquietud» entre los empresarios turísticos de la zona, los trabajadores y los esquiadores «pero ya sabemos que en este negocio es así, el tiempo no lo decidimos nosotros».
Mientras, en Candanchú están moviendo la nieve almacenada durante este verano y otoño con la técnica del ‘snowfarming’ para cubrir las partes más bajas de Pista Grande (Debutantes III y la cinta). Además, están pisando la Tuca, la zona más alta (2.400 metros), ya que la nevada de la pasada semana se acumuló en muchos vestisqueros por el viento. También están a la espera de que llegue más frío para poner en marcha los cañones, que necesitan que las temperaturas bajen a entre 2 y 5 bajo cero «y no se están dando estos días», dijeron.
En Formigal-Panticosa, sí que han podido activar este miércoles los cañones de nieve artificial y las máquinas pisapistas se han afanado para trabajar el manto producido.
La que sigue estando de enhorabuena es Cerler, que ha abierto el telesilla Basibé. Además, la ligera nevada de la noche anterior por encima de los 1.800 metros (que dejó 5 cm en la Ribagorza y Sobrarbe) y la producción de nieve de los últimos días les permitirán ampliar este jueves hasta los 39 kilómetros. Y es que gracias a sus benévolas condiciones meteorológicas han podido mantener los cañones en marcha durante 36 horas en muchas zonas y mejorar la calidad de las pistas, con espesores de entre 25 y 95 cm.
Desde las estaciones recalcan que las previsiones meteorológicas para los próximas días son «inciertas». La Aemet no descarta para este jueves algunas precipitaciones débiles con una cota que irá subiendo de los 1.200 a los 1.700 m, pero para el resto de la semana ya no se esperan salvo en cotas muy altas del Pirineo. Al menos se mantendrán heladas matinales.