A la cicatería a la hora de la protección de los espacios naturales en el Pirineo se une la debilidad de sus planes de ordenación de los recursos naturales, cuando los hay. Contrasta con el impulso dado a las estaciones de esquí por medio de la empresa Aramón, participada por la DGA e Ibercaja y las facilidades que reciben todas las estaciones a la hora de acometer obras de gran impacto ambiental en zonas de indudable valor ecológico, con unas evaluaciones de impacto ambiental que obvian los criterios ecológicos más elementales. El día 5 de diciembre se publica la concesión para la construcción del teleférico Reina Sofía en Candanchú y el día 6 se inaugura y se pone en funcionamiento. Maravillas sólo posibles si alguien hace la vista gorda.
Estamos asistiendo a la descatalogación de Montes de Utilidad Pública para acometer urbanizaciones en Sallent de Gállego o a la propuesta de construcción de viviendas en Panticosa para sufragar los gastos de la estación de esquí. Las modificaciones de planeamiento urbanístico en marcha prevén numerosos campos de golf todos ellos con 2000 viviendas en núcleos alejados del caso urbano tradicional.
Es evidente que todo esto no se improvisa dado que este nuevo destino para el Pirineo requiere de infraestructuras energéticas, viarias, servicios, etc que serán necesarios para poder llevar adelante este nuevo Plan Benidorm. Aquí es donde entra el apoyo del Gobierno de Aragón, que desde el Departamento de Presidencia elaboró el texto de las Directrices Parciales de Ordenación del Pirineo Aragonés, y la colaboración del Consejo de Ordenación del Territorio de Aragón, el COTA, que aprobó el pasado viernes 24 de noviembre el Informe favorable al Proyecto.
Si bien hay hermosos comentarios sobre el desarrollo sostenible, que pueden confundir al lector menos experimentado, el Título III, Directrices al Planeamiento Urbanístico, deja muy claro cual es el fin primero y último de la propuesta: construir más que lo que se hace ahora, con más facilidades y todo legal. Las nuevas Directrices abren la puerta a un Pirineo al servicio de los proyectos urbanísticos de segunda residencia, grandes consumidores de recursos naturales, destructores del paisaje, transformadores de las dinámicas sociales, económicas y culturales de los valles, pero que dan grandes beneficios a sus promotores y a los que les allanan el terreno.
Y sólo faltaba la reforma, ya en marcha, para modificar la Ley Urbanística de Aragón, la LUA, en la que el Gobierno de Aragón pretende llevar los proyectos supramunicipales, a los suelos no urbanizables especiales, es decir, a todos aquellos que tienen alguna figura de protección ligada a sus valores naturales, tradicionales, agrícolas, ganaderos, etc. Llegan también noticias, sin confirmar, de que van a desaparecer las Comisiones Provinciales de Ordenación del Territorio e incluso las ponencias técnicas, esto es, la participación pública y la de los técnicos se cambiaría por la ocultación y la desinformación. De confirmarse sería la puntilla definitiva para la conservación del Pirineo.
El domingo día 11 de diciembre se celebró el Día Internacional de las Montañas sin que el Ministerio de Medio Ambiente haya cumplido con su palabra de aprobar la Carta de las Montañas prometida en 2002. Tampoco el Gobierno de Aragón ha cumplido la suya de aprobar una Ley del Pirineo. Por ello, más de 30.000 aragoneses defenderemos el próximo 15 de diciembre ante las Cortes de Aragón la Iniciativa Legislativa Popular para la defensa de las Montañas de Aragón, con la esperanza de poder reconducir todavía las aguas a su cauce y hacer ver a los Grupos Parlamentarios y a la sociedad aragonesa que el Pirineo no puede ser tratado como un inmenso solar para construir apartamentos.