El desmontaje de la telecabina se alargará hasta finales de año. El desmontaje de la telecabina se alargará hasta finales de año.Oliver Duch
La telecabina instalada por Aramón para unir La Almozara y el recinto de la Expo acabará transportando esquiadores a miles de kilómetros tras el fiasco millonario que supuso su explotación como recurso turístico en la capital aragonesa. El grupo aragonés de la nieve ha vendido la instalación a la compañía que la fabricó, Leitner, hace más de una década y esta empresa a su vez la ha revendido por piezas a estaciones de esquí de Italia y de Israel.
Aramón quiso contribuir a la Muestra Internacional con la compra y montaje de un sistema de comunicación por cable sobre el río Ebro, para lo que se gastó más de 11 millones de euros. Tras el fracaso en su explotación, con pérdidas millonarias, optó por cerrar al público la telecabina a principios de 2011 y plantear al Ayuntamiento su desmontaje. Un fracaso para un sistema de transporte que debería haber funcionado un cuarto de siglo.
La instalación pertenecía a una unión temporal de empresas (UTE) formada por Aramón y la propia empresa que la fabricó, Leitner, una de las dos que existen en Europa dedicadas a la construcción de telecabinas. Según las explicaciones dadas en su día, el grupo aragonés de la nieve –participado a partes iguales por la DGA e Ibercaja– iba a asumir el coste de la explotación por 5,5 millones de euros y Leitner la construcción, por otros 5,5 millones.
Desde Aramón no han querido facilitar ningún tipo de información sobre el destino de la telecabina ni sobre las condiciones de su venta, aprobada por el consejo de administración el pasado mes de julio, con el argumento de que está sujeto a un contrato de confidencialidad por expreso deseo de Leitner. Y desde la compañía italiana remiten al ‘holding’ de la nieve.
Fuentes conocedoras de la operación aseguraron a este diario que el precio convenido es muy inferior al que se llegó a barajar cuando Aramón estudió hace tres años vender la telecabina a la estación andorrana de Grandvalira por 1,15 millones.
La única información oficial es que el desmontaje, que comenzó el mes pasado, se alargará hasta finales de año. Y no resultará económico, dado que el presupuesto de ejecución material asciende a 285.255 euros, según la documentación remitida al Ayuntamiento de Zaragoza para la obtención de la preceptiva licencia.
Fuentes internas de ambas empresas admitieron a este diario que la telecabina, en pleno desmontaje, se ha revendido por piezas a estaciones de esquí de Italia y de Israel, aunque todo el material será previamente revisado en la central que tiene Leitner en Vipiteno. «Se va a poder reutilizar la mayor parte de la telecabina de Zaragoza, en torno al 90%, ya que solo habrá que desechar piezas muy específicas», señalaron.
El más de medio centenar de cabinas que se descolgaron del cable hace tres años se acaban de enviar a la planta de Leitner en el Tirol para su examen antes de ser embarcadas hacia Israel. Allí prestarán servicio en la estación de esquí del monte Hermón, en los altos del Golán.
Mientras tanto, avanzan las obras de desmantelamiento de la telecabina en Zaragoza, sujetas al proyecto que se redactó a finales del año pasado y a la licencia municipal, concedida el pasado 22 de junio. Los trabajos comenzaron en septiembre con la retirada de los 2.000 metros de cable suspendido, que está acopiado en una zona acotada del meandro de Ranillas, al igual a las pilonas que se van desmontando a modo de mecano a la espera de su traslado. Para ello, se está utilizado una grúa de gran tonelaje de la empresa zaragozana El Portillo, ya que cada uno de los fustes pesa entre 15 y 30 toneladas.
La segunda más grande de todas, de 41 metros de altura y situada en la ribera de La Almozara, junto al Pabellón Puente, se retiró el pasado viernes.
Los operarios de Leitner desplazados a Zaragoza centrarán esta semana los trabajos en la margen izquierda con el objetivo de despejar la zona de la Expo para las fiestas del Pilar, que empiezan el sábado. De las diez pilonas que conformaban la telecabina, cinco se colocaron en Ranillas. De esas, dos se han desmantelado y faltan tres, que desaparecerán en los próximos días, uniéndose a la que también se ha retirado en el lado de La Almozara.
Al mismo tiempo, se trabaja en la demolición de los encepados de hormigón que sustentaban los fustes metálicos. Esta tarea comenzó la semana pasada junto a la actual sede de Educación, en el complejo de oficinas de la Expo. Solo la ejecución material se elevará a 35.500 euros.
Según la licencia, se eliminarán las cimentaciones hasta una profundidad de entre 20 y 30 centímetros. Con posterioridad se repondrán los huecos con baldosas, césped u hormigón en función del emplazamiento de cada una de ellas.
El presupuesto inicial superaba los 400.000 euros, pero Aramón y Leitner lo rebajaron al mantener las dos estaciones situadas en los extremos de la telecabina, junto al edificio de Etopia y la Torre del Agua.