La Expo 2008 de Zaragoza tenía que verse desde las alturas. El Grupo Aramón, participado al 50% por el Gobierno de Aragón e Ibercaja, colocó en el recinto una telecabina para unir la estación Delicias con el meandro de Ranillas. El trayecto era de poco más de un kilómetro y cinco minutos de duración. El coste, de 11 millones de euros, más el mantenimiento anual. La intención de sus propietarios, tras su inauguración el 11 de julio de 2008, fue la de convertir el telesilla en un recurso turístico para la capital aragonesa durante los próximos 25 años. Dos años y medio después, el 18 de febrero de 2011, decidieron pararla. La estructura presentaba “un equilibrio financiero no positivo”, según fuentes oficiales del grupo aragonés de la nieve.
El holding de la nieve junto a Leitner, la otra empresa propietaria, no consiguió ingresar ni la mitad del dinero invertido solo en su fabricación e instalación. Unos 950.000 viajeros, la mayoría turistas de fuera de Zaragoza, utilizaron este sistema para sobrevolar, a 50 metros de altura, una pequeña parte de la Expo por un precio de 3,5 euros el billete sencillo y de 5 euros el de ida y vuelta. Al terminar la muestra, los viajes cayeron en picado y ni si quiera los trayectos a 1 euro consiguieron remontar la demanda.
El número de tickets vendidos desde que terminó la Expo hasta que se paró la estructura no ha sido facilitado desde Aramón, desde donde aseguran no encontrar esos datos. Tampoco el coste de las revisiones y de los trabajos de mantenimiento que cada semana han realizado los técnicos de la empresa semi-pública para evitar que el sistema se oxide y pierda su valor en el mercado.
Aramón estudia ahora la venta de las 48 cabinas o el traslado a una estación del grupo. Foto: Juan Manzanara
Aramón estudia la venta de las 48 cabinas o el traslado a una estación del grupo. Foto: Juan Manzanara
Con una viabilidad económica negativa y tras los dos primeros años de funcionamiento, el acuerdo al que llegaron ambas empresas contemplaba la opción de que el Ayuntamiento de Zaragoza se quedara con la gestión de la estructura. Después de que el Consistorio desestimara la oferta, la opción para Aramón y Leitner fue la de desmantelar el sistema. Pero el coste del desmontaje y los traslados mantuvieron las cabinas colgadas y sin movimiento durante cuatro años más.
Ahora, Aramón ha comenzado a desmontar la estructura y ha descolgado las 48 cabinas “en perfecto estado”, según el grupo. Sin un destino claro, desde la empresa valoran la venta a otras empresas o el traslado a alguna de sus estaciones de esquí, dependiendo del coste de la operación. Lo que está claro es que “ahora se ha decidido hacer algo, que es no continuar, y buscar la mejor salida para la infraestructura”, apuntan desde el grupo.
El estudio de viabilidad que realizó la sociedad pública Expoagua, encargada de aprobar la convocatoria del concurso del diseño, construcción y explotación de este medio de transporte, garantizó que el trazado propuesto era idóneo desde el punto de vista económico, técnico y medioambiental. Un proyecto que también pasó el filtro del Ayuntamiento y del Gobierno de Aragón.