La ley de seguridad en los centros de esquí y montaña ha quedado olvidada en el fondo de algún cajón. Del proyecto que comenzó a gestarse en 2006 tras una recomendación del Senado a todas las Comunidades con pistas de esquí en su territorio, la consejería de Economía y Empleo asegura no saber nada e insiste que nunca tuvo «el rango de anteproyecto».
En el lado opuesto están los centros invernales. Algunos como Astún o Candanchú insisten en la necesidad de regular esta actividad. Si bien los complejos, por ejemplo, retiran pases ante conductas incívicas o usos fraudulentos amparados en las normas con las que se expide el forfait (se han retirado más de 200 esta temporada), recalcan que hay otras situaciones en las que no pueden hacer nada. «Urge legislar», recalcó Jorge Navarro, responsable de Comunicación de Candanchú. Como ejemplo, fuentes de Astún mencionaron el esquí de travesía. «Hay que regular a la gente que sube en dirección contraria a los esquiadores por medio de la pista o a los que a deshoras y con poca visibilidad, mientras trabajan las máquinas con sus cables, suben ladera arriba. En Andorra ya ha habido accidentes, y graves», recalcaron.
El documento que el Gobierno aragonés tenía se gestó en el seno de Nieve de Aragón, donde los responsables de las estaciones mantenían encuentros con el ejecutivo autonómico. Durante los dos primeros años se avanzó mucho y se abordaron diversas temáticas, si bien a partir de 2008, reconoció el ejecutivo de Marcelino Iglesias en su día, cayó en el olvidó. No obstante, desde Turismo siempre se apostó por él, un borrador con 77 artículos en los que se hacía referencia a que el control en pistas recaería en vigilantes de seguridad, bien identificados y en posesión del título correspondiente (artículo 22); o de que entre las obligaciones del esquiador (artículo 31) estaban atender las instrucciones del personal, respetar las normas y comportarse de forma que no pongan en peligro a otros usuarios. Un seguro de responsabilidad Si bien el texto no obligaba a utilizar el casco, explicaba que «convendría la práctica generalizada» y, además, recogía como imprescindible y obligatorio un seguro de responsabilidad civil. También se hablaba de la clasificación de pistas, la preparación y el balizamiento de las mismas, la circulación de vehículos o paso de animales por el dominio esquiable, e incluso la obligatoriedad de disponer de servicios de socorro y salvamento.
Pero a los años de olvido del PSOE (desde 2008 no se volvió a abordar aunque insistían en que el texto tenía un nivel muy desarrollado y solo hacía falta pulir detalles) se suman ahora los del ejecutivo de Rudi. Desde el departamento de Economía recalcaron que el documento nunca tuvo «rango de anteproyecto», que no se ha avanzado nada en estos años, si bien excusaron que eso «no quiere decir que en las reuniones con las estaciones no se aborden temas de seguridad».