La hostelería sufre la escasez de nieve y mira al cielo para fin de año

La aparente salida de la crisis hacía pensar a los hosteleros aragoneses que la campaña de Navidad iba a permitirles recuperar los años de pérdidas. Sin embargo, la meteorología les ha jugado una mala pasada y la falta de nieve no solo les truncó los sueños para el puente de la Constitución, sino que puede ocurrir lo mismo con el puente de Navidad. No obstante, mantienen la esperanza de que las previsiones para Nochevieja mejoren y el manto nivoso sea el protagonista.

Uno de los lugares en donde peor lo están viviendo es en la sierra de Gúdar-Javalambre. La estación de esquí del grupo Aramón permanece cerrada. Y es que, tal y como reconocen las gentes de la zona hay pueblos cuyos termómetros han alcanzado los 20 grados. Unas temperaturas que provocan «preocupación» al presidente de la asociación empresarial turística de la zona, David Nadal. «Esto no es normal y muchos establecimientos están recibiendo llamadas para cancelar sus reservas», apuntó.

Situaciones similares viven los dueños de apartamentos turísticos, hoteles, comercios y restaurantes cercanos a las pistas de esquí de Panticosa y Candanchú. También están cerradas.

La campaña no está perdida, tal y como reconoce José María Ciria, que regenta un hotel y es presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara de Comercio de Huesca. Reconoce que ha recibido llamadas «de los más amantes de la nieve para anular sus contrataciones», si bien admite que «peor sería que esta situación se viviera en Nochevieja». Y es que, según Ciria, este primer fin de semana próximo a la Nochebuena es «más familiar que de ocio, por lo que el que decide reunirse en el Pirineo para estas celebraciones le da igual si hay mucha nieve o poca». «Es un extra importante», recalca.

OCUPACIÓN Los datos así lo atestiguan porque el establecimiento que regenta Ciria habitualmente en estas fechas está al 100% y ahora ronda al 90%. Apunta a que el día 4 habrá una bajada «importante» en el Valle de Benasque en la que está la estación de Aramón Cerler, si bien si las precipitaciones son copiosas «el Pirineo atraerá».

Una realidad que se extiende también en Teruel. El presidente de la asociación de empresarios turísticos de esta provincia, Juan Ciércoles, quien señala que la cuestión «familiar» es la que hace que la ocupación en Nochebuena roce el 30%, mientras que en año nuevo aumenta hasta el 80%.

En la capital aragonesa, tal y como destaca el presidente de los hoteles de la ciudad, Jesús Boillos, las reservas tienen un nivel bajo porque su momento álgido en esta época es la Nochevieja y sus celebraciones. Apunta a que Zaragoza no solo es atractiva para las despedidas de soltero, sino también para despedir el año.

Boillos también mantiene que las incidencias en la montaña «no repercuten en la capital». «El que va a esquiar no suele utilizar nuestros establecimientos».

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