La generalitat intenta salvar la estación de boí taüll

Fuentes próximas a la Administración señalan que un equipo formado por trabajadores de Avançsa, el hólding industrial de la Generalitat, y de la Conselleria de Territorio ya se ha puesto a trabajar en el proyecto de Boí Taüll. “La idea es que pongan orden a las cuentas de la empresa para ver cómo se puede solucionar este problema”, señalan. A la espera de saber si la gestora de la estación levantará el concurso de acreedores, una de las opciones que ha barajado es la de que la Generalitat pueda asumir la dirección de la estación a través de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC).

“Se tendría que buscar una salida a los negocios hoteleros y de restauración que también explota la sociedad”, explican estas mismas fuentes.
El abogado de la compañía controlada por Nozar, Agustí Bou, confirma que “la actitud de la Generalitat es muy participativa”, aunque apunta que su vocación no es quedarse con la estación de esquí, sino afrontar los problemas de tesorería.

Deuda
La compañía, que presentó concurso de acreedores en abril, acumula una deuda de 42 millones de euros. El pasivo se reparte entre Bankia, CatalunyaCaixa, CAM, La Caixa, Nozar y el Institut Català de Finances (ICF).

Boí Taüll ya ha presentado tres posibles soluciones a sus acreedores para intentar abandonar el concurso. La primera opción plantea el pago del 100% de la deuda a devolver en quince años. La segunda, una quita del 40% y pagar los créditos en diez años, mientras que existe una tercera alternativa que propone pagar el 100% de la deuda en diez años pero convertirla en un préstamo participativo.

La Administración catalana es propietaria de las instalaciones de La Molina y Núria, en Girona, y de otras dos estaciones leridanas, Espot y Port Ainé, a través de FGC.

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