La política que está siguiendo el Gobierno de Aragón para intentar sacar a flote el aeropuerto Huesca-Pirineos resulta desconcertante, porque mientras el consejero de Obras Públicas, Rafael Fernández de Alarcón, se reúne hoy con el presidente de AENA, Juan Ignacio Lerma, para analizar cómo sacar a flote esta infraestructura, el Ejecutivo aragonés va a dejar que el Grupo Aramón, del que es accionista al 50% junto a Ibercaja, se lleve su vuelo de Londres al aeropuerto de Toulouse. Quizá traiga a los mismos pasajeros, pero el futuro de las instalaciones aeroportuarias queda, ahora sí, sin una sola ruta de pasajeros y al borde del abismo. O se encuentra una alternativa o está condenada al cierre, como otras en España.
Como dato significativo, los vecinos de Alguaire acaban de hacer el ejemplo contrario, ya que han logrado arañar unos 15.000 viajeros al aeropuerto de Toulouse de dos compañías que este invierno aterrizarán en Lérida y subirán a estaciones de esquí de Andorra, pernoctando el 90% de ellos allí, pero el 10% lo harán en Cataluña.
MENOS GASTO, MÁS INGRESOS Desde Aramón, no obstante, se hace hincapié en el posible beneficio que el traslado de su vuelo a Toulouse puede conllevar tanto para la administración como para la región. La empresa radica sus perspectivas de mayores ingresos y menores gastos en dos previsiones. La primera, el abaratamiento del vuelo entre Londres y el aeropuerto escogido por Aramón. Mientras el vuelo directo Londres-Huesca obligaba a costear el alquiler de una aeronave que cubriera este trayecto específico, además de otros costes derivados de mantener personal en tierra o del propio mantenimiento de la línea, en el caso de Toulouse no hace falta pagar por el avión, porque ya cuenta con vuelos regulares desde la capital británica. Se suprime este coste.
La segunda, en el mayor volumen de turistas que, según la empresa, atraerá el nuevo contrato firmado con el tour-operador inglés Thomsom. Mientras la temporada pasada Aramón solo comercializaba su oferta mediante Thomsom en Londres, este invierno podrá captar clientela en cuatro ciudades más: Birmingham, Manchester, Bristol y Dublín. El grupo considera así que «hay posibilidades de multiplicar por cinco el número de esquiadores que van hacia el valle de Tena».
Este hecho, concretan desde la empresa, permitirá reducir el impacto negativo del cierre del aeropuerto de Huesca porque, según explican, «no debe haber preocupación en el sector hostelero del Valle de Tena». Seguirán llegando los mismos esquiadores al Pirineo oscense. O muchos más si la oferta tiene buena acogida en un mercado británico que consume cinco millones de días de esquí al año. Cada vez que acuden a Huesca harán como mínimo seis pernoctaciones. Hasta ahora venían registrando unas 6.500, más de mil viajeros por temporada.