La crisis económica y la escasez de nieve retraen la afluencia al pirineo

La crisis económica actual era el dato de partida. Se sabía que esta temporada de esquí reduciría la afluencia a las pistas del Pirineo y de Teruel. Pero no se contaba con el tiempo, que al ser demasiado benigno para estas fechas ha echado por tierra las previsiones más optimistas. Una confabulación de vientos fuertes, inoportunas lluvias, temperaturas demasiado altas para la época y nevadas con cuentagotas ha conseguido restar un importante número de esquiadores a los centros invernales, desde Candanchú y Astún hasta Cerler, pasando por Formigal, Valdelinares y Javalambre. El resultado es una ocupación máxima del 75%.

Con todo, ha habido formas de alojamiento que, como las viviendas de turismo rural, los campings y, sobre todo, las segundas residencias, se han portado bien. Eso explica que, aunque las estaciones de esquí se vean medio vacías, los visitantes invadan los bares, los restaurantes y las calles comerciales de lugares como Jaca, Biescas y Benasque.

«Ya se puede decir que es un año malo para las pistas de esquí», resumió ayer Roberto Pac, presidente de la Asociación de Turismo de la Provincia de Huesca. Y para demostrarlo recurrió a las cifras, que indican que Nochebuena la ocupación hotelera en los valles pirenaicos osciló entre el 50% y el 55%, mientras que en Nochevieja se elevó al 70% y al 75%, según los establecimientos.

TERCERA OPORTUNIDAD Lejos de los llenos totales o casi totales de hace varias temporadas. Porque el esquí no ha fallado este invierno, sino que lleva ya unos años de lento declive por culpa de la mala situación económica. «No son tiempos buenos», reconoció Pac, que espera que, «al final», la política de recortes del nuevo Gobierno central «dé resultados positivos».

Las fechas de Reyes, la tercera oportunidad para hacer caja estas Navidades, tampoco pintaban bien. «Las previsiones son de que la ocupación hotelera sea del 50%», manifestó el jueves pasado Fernando Sánchez, alcalde de Canfranc y presidente de la Asociación Turística del Valle del Aragón.

Sin embargo, se esperaba mucho público en las segundas residencias construidas entre Puente la Reina y Candanchú, que se llenan de zaragozanos, vascos y navarros. Pero esta predicción se cumplió solo en parte. «Se ve menos gente por la calle que otros años», comentó un comerciante jaqués.

En el Valle de Tena, las previsiones apuntaban a una ocupación hotelera inferior al 50% durante este largo fin de semana. «Este año es más flojo que otros porque no ha nevado en condiciones», aseguró Lorena Sánchez, de la Asociación Turística del Valle de Tena.

En cambio, en el valle de Benasque daban por hecho que no conseguirían llenar la mitad de las camas disponibles. «Tendremos una ocupación del 25% entre el 5 y el 8 de enero», afirmó Jorge Llanas, que dirige la entidad turística de la zona.

«¿La causa?», se preguntó el hotelero. «La gente no está dispuesta a salir de casa para no poder esquiar, porque la mayoría de las pistas de Cerler no están abiertas por falta de nieve y lo mismo pasa en el resto de la cordillera», subrayó.

 

CLIENTE NACIONAL Pedro Marco, de la Asociación de Empresarios de la Jacetania, no se mostró tan pesimista. «Aquí el 95% es turismo nacional y la crisis está golpeando fuerte a España, pero el público de segunda residencia está respondiendo muy bien», explicó.

De todas formas, la débil ocupación navideña no ha sido una sorpresa para el sector hotelero. «Ya el puente de la Constitución vino menos gente», dijo Marco.

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