Las previsiones de nieve en la provincia de Huesca en los comienzos de la estación de la primavera no es algo que sorprenda a los habitantes de las zonas pirenaicas, aunque sea a cotas tan bajas como los 600 metros.
Lo que no es normal, observa Joan María Vendrell, guarda del refugio de Góriz, es la situación que se le presentó hace solo unos días. «El 31 de marzo subí en zapatillas y no pisé nieve en todo el recorrido, eso es algo inédito», ha señalado.
Subraya, que en en Góriz, en el mes de abril, los últimos años siempre han esquiado. «Con nieve primavera más blanda, pero nieve».
Según indica, «el año pasado por estas fechas teníamos casi dos metros de nieve en Góriz. El tope lo tuvimos el 20 de abril. El año pasado -recalca-, en 2018, no estamos hablando del siglo XIX».
Reconoce que el tiempo «está un poco loco», pero no precisamente por el hecho de que nieve en estas fechas. «Este invierno ha sido muy seco, solo ha nevado a finales de octubre una semanita y a últimos de enero otra semanita. Es toda la nieve que tenemos en Ordesa», asegura.
Esta situación, tendrá repercusiones negativas en los meses de verano, «porque hay poca previsión de agua», ha observado.
«Parece que el invierno, cuando ya la gente está pensando en la playa y ya la había estrenado, vuelve a hacerse fuerte y nos esperan quince días de nieve», añade.
Joan María Vendrell puntualiza que las nevadas no será intensas como ocurre a mitades de invierno, pero sí serán continuas e irán acompañadas de pocos días de sol. «Va a cambiar el panorama. El 31 de marzo teníamos en Góriz cero centímetros de nieve; el 1 de abril, 4, yel día 3 tenemos 10. Veremos cómo evoluciona el tema».
No tienen reservas de montañeros hasta el viernes, pero está convencido de que nadie subirá con las previsiones atmosféricas. «La Semana Santa no se presenta con pantalón corto y zapatillas, tiene toda la pinta de que será invernal».