La opinión del visitante, aunque no informado, es unánime: ¿para qué es preciso tanto destrozo?, ¿para qué tantas pistas y desmontes brutales?, ¿para qué roturar, alisar y despellejar totalmente la montaña?, ¿dónde está el nacimiento del río Gállego?, ¿para qué un aparcamiento de 3.000 plazas a 1.800 metros de altura?, ¿qué utilidad tendrá dicho aparcamiento en época estival y fuera de los escasos fines de semana en que se usará?, ¿los bárbaros desmontes realizados no provocarán desplazamientos de laderas en el aparcamiento y la deformación de la carretera?, ¿quién ha podido firmar que estas obras no tienen impacto ambiental?, ¿cómo se recalificarán los terrenos cercanos a Sallent?, ¿quién ha dado el visto bueno a este proyecto?, ¿quién es responsable de todo esto a las puertas del Parque Nacional de los Pirineos Franceses?
La respuesta es clara: los promotores de la ampliación y la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma aragonesa.
Parece ser que éste será el futuro de bastantes rincones y valles aragoneses si la sensibilidad y los responsables medioambientales y turísticos no cambian radicalmente en la región.