«formigal es la experiencia piloto de aramón»

El portavoz de la Plataforma en Defensa de las Montañas, Francisco Iturbe, está convencido de que Formigal, como primera ampliación de una pista de esquí en Aragón, es la experiencia piloto del modelo de desarrollo que el grupo Aramón quiere aplicar en el Pirineo y el Sistema Ibérico. Las previsiones para Astún, Canal Roya y Castanesa apuntan en este sentido, mientras sigue sin llegar la demandada Ley de la Montaña «que marque unos límites, que establezca que no todo vale en este medio tan frágil».

Francisco Iturbe, que el pasado viernes ofreció una conferencia en el local de la Asociación Cultural Alaniés, de Jaca, explicó que «se puede sacar rendimiento a la naturaleza, pero no con la especulación inmobiliaria», aunque, «por desgracia, las grandes constructoras que ya han acabado con la costa, con la primera línea de playa, han vuelto los ojos a la montaña, y han encontrado en las estaciones de esquí la manera de urbanizar y especular. El mar no se puede ampliar, pero sí los kilómetros de primera línea de una estación de esquí».

Por primera vez ha ocurrido en Aragón con Formigal, el modelo que el grupo Aramón (Gobierno de Aragón e Ibercaja) «quiere implantar en el resto del Pirineo y en el Sistema Ibérico. Formigal es la experiencia piloto». La elección para esa ampliación de Espelunciecha «no fue al azar», sino por ser «pieza clave para decidir entre un parque internacional de los Pirineos y una macrourbanización» hacia la que finalmente se inclinó la balanza pese a la propuesta de declarar este territorio Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Ahora las miras están en la unión de estaciones por Canal Roya -que conllevará especulación- en Astún, donde «con la excusa de modernizar la estación se vuelve a plantear la inevitable urbanización asociada», y en Castanesa, donde «se van a invertir 525 millones de euros para construir 5 mil casas en un valle con 210 habitantes». Según el Instituto Aragonés de Estadística, «por cada 20 nuevas casas se asienta un solo habitante, así que para asentar una familia de tres miembros se necesitan 60 casas. La tasa media de ocupación de estas nuevas urbanizaciones es de 17 días por año. Por eso se las denomina fantasmas», sin olvidar «que son una carga por los servicios que requieren».

Iturbe recordó que el paisaje pirenaico «es un medio valioso, fruto de miles de años, algo a tener en cuenta antes de transformarlo», y si bien la actividad humana agropecuaria ha tenido que ver con esa transformación, ha sido paulatinamente a lo largo de siglos. «La montaña es un medio muy frágil, al que se impacta con facilidad» y el esquí, «una práctica deportivo-turística que, nadie lo niega, produce desarrollo, pero por realizarse en una zona sensible, es una actividad a regular».

 

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