“Siempre nos ha parecido una insensatez, pero tratar de sacarlo adelante en estos momentos resulta una tomadura de pelo hacia los aragoneses”, denuncian en un comunicado de prensa.
En su opinión, “no se puede afirmar que no hay dinero para financiar los servicios sociales básicos y al mismo tiempo, pretender una inversión millonaria en una empresa pública deficitaria a punto de quebrar”.
Según EQUO, el proyecto supone reproducir el modelo del ladrillismo con la construcción de 4.500 viviendas en un entorno natural de alto valor ecológico, que supondría su irremediable destrucción.
En el mismo comunicado denuncian que la pretensión de basar en el esquí la economía de los valles es un error mayúsculo. Aluden a la baja innivación de las montañas, que se verá agravada por los efectos del cambio climático, por lo que aconsejan otro tipo de acercamiento a la generación de riqueza en los valles pirenaicos.
Por último, recuerdan que el informe ambiental del proyecto se aprobó a finales de 2012 y caduca en diciembre de este año. Y la reactivación del procedimiento administrativo “pretende facilitar la necesaria redacción futura de un informe que permita mantener la pretensión de dar visos de viabilidad a este proyecto faraónico y especulativo”.