El entramado de empresas públicas, entidades de derecho público, fundaciones y corporaciones en las que participa el Ejecutivo aragonés ha tenido un espectacular aumento de su presencia en las cuentas públicas de la Comunidad Autónoma. Sus fondos se han multiplicado por 13,7 mientras las cuentas globales lo han hecho por 2,4.
CARLOS VILLANOVA. Zaragoza | El entramado de empresas públicas, entidades de derecho público, fundaciones y corporaciones en las que participa el Ejecutivo aragonés ha tenido un espectacular aumento de su presencia en las cuentas públicas de la Comunidad Autónoma. Si en 2001 los Presupuestos elaborados por la DGA destinaban 63,3 millones de euros a este tipo de entidades (tanto para su gasto corriente como para inversiones), en el proyecto de 2008 la cifra sube a 870,5 millones.
El crecimiento de la sociedades instrumentales en los últimos siete ejercicios ha sido del 1.275%. O lo que es lo mismo, que las partidas destinadas a ellas dentro de los presupuestos de Aragón se han multiplicado por 13,7. En contraste, las cuentas públicas han aumentado globalmente un 144% o, dicho de otro modo, se han multiplicado por 2,4 en ese mismo periodo.
Y eso sin contar las empresas participadas por la DGA en las que su participación en el capital social no supera el 50%, ya que en ese caso no figuran explícitamente en los Presupuestos y entran en el apartado de transferencias de capital. El ejemplo preclaro de este modelo es Montañas de Aragón (Aramón), el gran grupo de la nieve aragonesa (posee cinco de las siete estaciones de la Comunidad) donde el Gobierno ostenta justo el 50%, por lo que no tiene un apartado específico en las cuentas públicas.
En cualquier caso, tanto las empresas públicas, tenga la participación que tenga la DGA, como las denominadas entidades de derecho público (el Instituto Aragonés de Fomento o el Instituto Aragonés del Agua, por ejemplo), las fundaciones y corporaciones se rigen por el derecho privado, lo que les confiere mayor agilidad que la administración pública clásica pero también les otorga una peligrosa opacidad al escaparse del control parlamentario.
Este tipo de entidades que aparecen detalladas en los Presupuestos acaparan una quinta parte de las partidas inversoras del conjunto de las cuentas públicas. Si se tiene en cuenta a aquellas en las que la DGA no posee la mayoría de las acciones, la cantidad inversora que queda fuera del control de las Cortes se sitúa en torno a una tercera parte del total.
Como contrapartida, desde el Gobierno se mantiene que estas sociedades, cuyo crecimiento está generalizado tanto en el Gobierno central como en todas las Autonomías, son imprescindibles para agilizar determinadas actuaciones. En ese sentido, se asegura, por poner un caso, que sin ese modelo nunca se podría haber acometido un proyecto como la plataforma logística de Zaragoza en apenas cinco años.
Años de gran impulso
Como se puede apreciar en el gráfico adjunto, ha habido dos años clave en el crecimiento de las partidas destinadas a las empresas públicas y fundaciones. En 2002 se pasó de 63,3 a 349,6 millones de euros y en 2006 el salto fue de 566,9 a 803,6 millones.
En el primer caso, el incremento vino dado por la creación de Suelo y Vivienda de Aragón -la entidad encargada, principalmente, del desarrollo de VPO- la Sociedad de Promoción y Gestión del Turismo Aragonés, la Ciudad del Motor S. A., la entidad pública de Servicios Telemáticos, el Instituto Aragonés del Agua, Sirasa -el ente de Agricultura responsable del desarrollo del regadío- y, sobre todo, la empresa de la pltaforma logística, que ese año recibió 185 millones de euros.
En 2006 se crearon las empresas de la radio y la televisión autonómica (53 millones) y el Banco de Sangre y Tejidos (3,7). Pero lo que más se notó en la fuerte subida de ese ejercicio fueron las dotaciones de Suelo y Vivienda de Aragón, que tuvo 275 millones, y la sociedad responsable de Plaza, que gestionó otros 154.