La presencia de osos en la Ribagorça aragonesa ha provocado de nuevo problemas en los rebaños de municipios vecinos de la Alta Ribagorça. Por ello, esta semana se han vuelto a producir estampidas y dispersiones de ganado vacuno. Ello ha motivado que se declararan “zona osera” los municipios ribagorzanos de Monanuy, Bonansa y Las Paules, entre otros, y se pusiera en marcha un plan de ayudas a los ganaderos de unos 60 euros por animal en explotación. Las temperaturas altas de este invierno han hecho que los osos no hayan hibernado y con sus desplazamientos han causado estampidas del ganado. Los animales detectan a los plantígrados por el olor, lo que dificulta su manejo en aquellos lugares por dónde el oso ha pasado primero.