Hoy escribiré muy en serio (en honor de quienes no me captan la ironía ni cuando la pinto a brochazos). Y haré una loa a mis amigos los ecologistas (por ejemplo, los de Ecologistas en Acción), que en la actualidad son el único colectivo social y político capaz de lanzar propuestas razonables. En otros países los grupos dedicados a la defensa del medio ambiente suelen tener un punto desmadrado, radicalote y superutópico. Aquí, sin embargo, son la voz de la sensatez, el espíritu del sentido común. Por ejemplo cuando lanzan comunicados (el pasado 27 de julio) proponiendo un plan urgente para reconvertir la economía de las cuencas mineras turolenses porque lo del carbón nacional se acaba definitivamente debido a) al efecto invernadero y b) a la nula rentabilidad del susodicho combustible. ¿Como diablos podría justificarse la instalación en Zaragoza de un gran centro de investigación sobre el cambio climático (si es que al final lo ponen), mientras a unos cuantos kilómetros del mismo las térmicas lanzan a la atmósfera millones de toneladas de dióxido de carbono?
El movimiento ecologista ha hecho la única propuesta seria sobre el futuro de los Pirineos, apostando por crear un parque natural internacional con Francia que permita vertebrar un espacio de calidad medioambiental, turística y agroalimentaria, desde el cual desarrollar imagen de marca y valor añadido. Eso por la cara, mientras las instituciones públicas y las entidades sociales más señeras se gastan lo que no está en los escritos empeñadas en montar olimpiadas, conducir al corazón de la montaña vías de alta capacidad o reducir cada valle a la triste condición de urbanización playera.
Los ecologistas han puesto el punto de mira sobre esa mina de Borobia, aprobada por la Junta de Castilla–León y subvencionada por el Gobierno central, a la que la opinión pública aragonesa apenas presta atención aunque va a jorobar a base de bien el nacimiento de varios ríos que corren luego por la Tierra Noble. ¡Ah, la que se armaría (con idéntica razón) si esta putadica nos la hiciesen desde Cataluña!
Y por hoy se acabó lo que se daba. Felices fiestas, oscenses.