La mayor operación inmobiliaria del Pirineo aragonés, impulsada por el Ayuntamiento de Sallent junto a Formigal, está paralizada porque el subsuelo sobre el que deben asentarse 600 pisos y 1.700 plazas hoteleras es inestable. Las empresas adjudicatarias de la urbanización, Obenasa y Obearagón, tuvieron que retirar las máquinas nada más iniciar el movimiento de tierras, hace casi un año, porque la ladera de la montaña sufrió un deslizamiento. La decisión la tomó la dirección general de Carreteras de la DGA porque, además, aparecieron grietas en la vía de acceso a Formigal e incluso en la carretera A-136, que comunica con Francia, al haberse movido la ladera situada justo encima. Desde entonces, se han encargado hasta tres estudios geológicos y geotécnicos que constatan «la precariedad de la estabilidad global de la ladera y la necesidad de replantear todas las actuaciones», según se pone de manifiesto en el segundo modificado del proyecto de urbanización, encargado a la consultora de ingeniería Prointec y presentado hace tres meses con el objetivo de salvar los problemas del subsuelo. El problema afecta a 28 hectáreas de monte en las que el Ayuntamiento, a través de su sociedad urbanística Sallent 2025, lanzó hace una década el desarrollo de inmuebles, hoteles y usos comerciales, repartidas en 23 parcelas sobre el paraje denominado Estacho. Por su venta pretendía obtener un mínimo de 32 millones de euros y enjugar las arcas municipales, pero el negocio se le ha torcido seriamente por los problemas geológicos. Estabilidad «bastante precaria» Como se reconoce en la documentación oficial, «la estabilidad de la ladera es bastante precaria y por tanto insuficiente para poder ejecutar las obras de edificación y urbanización previstas con una seguridad razonable a largo plazo». Por ello, se propone parar la montaña mediante cuatro pantallas de pilotes de hormigón, con una profundidad que oscila entre los 16,5 y los 20,3 metros. La situación llevó al alcalde de Sallent, Jesús Gericó, a ofrecer el mes pasado a las tres empresas que firmaron opciones de compra por varias parcelas (en las que pretendía construir casi 200 viviendas) la devolución del dinero entregado a cuenta y negociar compensaciones. Las constructoras ya habían encargado los proyectos de los apartamentos e iniciado su comercialización, por lo que le puede costar muy caro al Ayuntamiento hacer frente a los daños y perjuicios que se han generado. Cualquier opción supondrá un severo impacto sobre la economía del municipio. Si decide aparcar el desarrollo de la urbanización, el alcalde tendrá no solo que negociar con los compradores, sino con las contratistas de la urbanización, a las que les adjudicó las obras hace ahora dos años por 9,6 millones. Y si opta por estabilizar los terrenos adoptando las soluciones propuestas por uno de los mayores especialistas del país en cimentación, el ingeniero de Caminos y catedrático de Mecánica del Suelo y Cimentaciones de la Universidad Politécnica de Madrid, José María Rodríguez Ortiz, tendrá que gastarse 2,7 millones adicionales en las obras. Pero ni l a sociedad urbanística ni el Ayuntamiento cuentan con fondos suficientes. El alcalde guarda silencio Pese al interés de este diario por conocer la postura del alcalde, Jesús Gericó declinó aclarar el futuro de la urbanización y se reservó la opción de hacer declaraciones tras leer esta información. Pese a su negativa, HERALDO pudo contrastar las negociaciones con los compradores de los suelos y la reunión mantenida el 30 de mayo por la empresa municipal Sallent 2025 con las ingenierías implicadas en el proyecto (Prointec, Gamma Geoténica y Tenada) para dilucidar una posible salida. Y todas las partes llegaron a la conclusión de que la mejor opción es mantener las obras paralizadas otro año más para ver cómo evoluciona el terreno.